MALECÓN
15/02/2022 04:00
    No importa si decimos que aunque sea una persona la manifestación vale, pero fue una sorpresa que la segunda protesta en Culiacán, como parte de un movimiento nacional contra los asesinatos de periodistas, estuviera tan desairada por los comunicadores.
    Se les adelanta

    Ahora sí que la Auditoría Superior del Estado se encargó de ganar el jaloneo y antes de que le solicitaran, de manera oficial, alguna auditoría, inició los trabajos para conocer la situación de los fideicomisos de fondo de ahorro y la Unidad de Servicios Estatales del SNTE 53.

    La Auditora Emma Guadalupe Félix Rivera es el blanco de los ataques de muchos diputados y diputadas, y salir a defenderse de los señalamientos vertidos en su contra nunca ha sido su pasatiempo, pero ahora reaccionó y devolvió las críticas con “bofetada de guante blanco”.

    Y no es que estemos aquí para aplaudirla, todavía no sabemos exactamente a qué se dedica en ese puesto, solo la vemos aparecer cuando la reclaman eventos oficiales, como la entrega de las auditorías anuales al Congreso.

    Pero mientras son peras o son manzanas, ya es hora de que las maestras y los maestros aprendan una lección y elijan de una mejor manera a quienes los representarán en los sindicatos, se agarran cada cosa que los usa de trampolín y luego ni les resuelven ni vigilan los recursos.

    Y mientras tanto los que nomás se la pasan hablando, pero hacen muy poco, son los legisladores. Desde antes que terminara el 2021 ya juraban que sacarían a la Auditora de su cargo y que darían celeridad al proceso, pero de ahí en adelante todo quedó en puro aire, amenazan, amagan, pero al final no hacen nada.

    Gritos en el desierto

    No importa si decimos que aunque sea una persona la manifestación vale, pero fue una sorpresa que la segunda protesta en Culiacán, como parte de un movimiento nacional contra los asesinatos de periodistas, estuviera tan desairada por los comunicadores.

    Al final siempre van los mismos, pero todos valientes y valiosos en su grito y valdría la pena preguntar dónde estamos parados todos, por qué mueve más una marcha por el asesinato de un perrito, como la que sucedió en Los Mochis, que el grito de “ya basta de la violencia contra la prensa”, que generalmente termina en asesinatos.

    Es importante decir que la intención de este Centinela no es minimizar los gritos de protesta ante cualquier tipo de violencia, cada quien en su lucha cada quien desde su trinchera.

    Pero a pesar de que fueron pocos, pudimos escuchar el grito de ¡Ya basta! de algunos de los periodistas más importantes de Culiacán, ellos que dentro de su lucha han visto caer a amigos, colegas, compañeros.

    Durante este 2022 ya se han registrado cinco asesinatos de periodistas, es por eso la importancia de esta exigencia de justicia.

    Y no es que estemos señalando a un gobierno, hace años que el periodismo en México está en riesgo, pero eso sí, las administraciones van y vienen y siguen indolentes con el gremio periodístico.

    Como insistieron ayer, los gobiernos han sido omisos en atender la violencia con este gremio y la omisión también es complicidad.

    Al gremio, hay que decirlo también, le falta unión, para que ya no sea sólo el grito de algunos, no podemos esperar a que caiga alguien cercano.

    El fatídico viernes

    No sabemos porque a los funcionarios le da por prometer cosas para el fin de semana, sobre todo para los viernes, ¿qué tienen los viernes que son tan atractivos para hacer anuncios?

    Y lo decimos por el asunto del Carnaval, que de nuevo el Alcalde Mazatlán, Luis Guillermo Benítez, sostuvo que este viernes ahora sí, se decidirá si hay fiesta o no.

    Ya sabe lector, que si la tendencia de los casos Covid-19 vaya a la baja, a pesar de que ya lo dijo el Secretario de Salud, Héctor Melesio Cuén “sería un milagro”, que el semáforo epidemiológico baje a amarillo, todo lo que se lleva repitiendo el Alcalde.

    Y por algo le dicen “El Químico”, porque con los eventos previos a la gran fiesta carnestolenda ha llevado a la gente, a empresarios y comerciantes, casi a tenerlos convencidos de que el Carnaval va porque va.

    Y cómo no, si los mazatlecos ya tienen a sus reinas, reyecitos y demás, y el bailongo de banda, que llevan en la sangre que hasta se antoja que digan, a la ching... que se haga el Carnaval.

    El Gobernador Rubén Rocha Moya vuelve a decir que si la letalidad “no muy alta”, y las condiciones de salud lo permiten habrá fiesta.

    Como dice “El Químico” Benítez con que esté en amarillo, porque ya no sería decisión de un consejo de salud, sería del Ayuntamiento, o sea por sus pistolas.

    Y todavía se da el lujo de decir que de no realizarse el Carnaval los daños serán para los hoteleros, no pues, muy preocupado por ellos el Alcalde, porque no incluye el daño para su ego que terminaría muy herido.

    Mejor que de una vez, amarren los paquetes funerarios y las gavetas en los panteones, para que cuando menos eso no paguen las víctimas, por dejarse llevar por el canto de las sirenas carnavalescas.

    La duda

    A los resultados de la investigación del caso de los sobornos entregados por la empresa brasileña Odebrecht les pasa lo mismo que a las pruebas de los casos judiciales muy manoseados: ya nadie cree lo que se diga al final.

    Ahora resulta que los sobornos millonarios entregados al ex director de Pemex, Emilio Lozoya, solo fueron para él y no se repartieron a funcionarios más arriba, como si estuvieran protegiendo descaradamente a otros funcionarios.

    Es más, el mismo Lozoya se ha encargado de acusar al ex Presidente Enrique Peña Nieto y a su ex Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, de ser parte de la estafa a la nación.

    Cuando un funcionario de este calibre te asegura que sus jefes lo obligaron a participar en un fraude del tamaño del mundo, por lo menos te pones a investigar sus dichos, pero aquí parece que todo apunta a castigar a Lozoya y a su familia, y a olvidar a cualquier otro implicado.

    Tan fácil como constatar que en todos los países donde operó Odebrecht, la cantidad de beneficiados por los sobornos fueron decenas de personas, y aquí en México sólo hay uno.