faltan los castigados
Por segunda semana consecutiva, el Congreso de Sinaloa reformó el Código Penal del Estado en un intento de poner de su parte en medio de esta crisis de seguridad, y aunque se agradece el esfuerzo, vale la pena abundar en este tema.
En la sesión ordinaria de este jueves, el Parlamento modificó la normativa para que se persiga de oficio, es decir, sin necesidad de que haya una denuncia, delitos que tengan que ver con vehículos robados, como transitar o poseer uno, incluso si la persona a quien se encuentre con uno no sea quien lo despojó inicialmente.
Pensará usted que es una acción mínima para atender un tema tan alarmante en estos meses como lo es el robo de vehículos, y razón no le falta, pero también habría que señalar que siendo un delito tan preocupante incluso antes de esta emergencia, existía un vacío legal importante en la materia.
Para tratar de explicarlo mejor, con esta reforma si una persona es hallada con un vehículo que tenga reporte de robo, a pesar de no ser quien lo robó y la víctima no haya denunciado, la Fiscalía General del Estado deberá investigar en automático el delito.
Según la Diputada María Teresa Guerra Ochoa, esto vendrá a darle mayor margen de acción y de investigación a las autoridades para inhibir el robo de vehículos, así como aumentar y agilizar el tema de las recuperaciones.
Y como lo dijimos al inicio, debe reconocerse la intención por abonar un poco a atender la crisis, pero pues el mundo está hecho de buenas intenciones.
No descubrimos el agua hervida si decimos que reformar leyes, ampliar sanciones o tipificar delitos, en estos momentos, difícilmente puede concebirse como una gran solución a la situación que atravesamos.
Simple y sencillamente, volvemos a la semana pasada, en la que también se reformó el Código Penal para tipificar como delito el uso y posesión de ponchallantas, la 65 Legislatura lo comunicó con bombo y platillo, ¿y luego?
Los delitos cuya alza más nos han lastimado desde septiembre del 2024, ya están previstos en la Ley, y aún así han tenido picos de incidencia que aterran a cualquiera.
Como lo han expuesto diversos organismos, entre ellos el Consejo Estatal de Seguridad Pública, y trabajos periodísticos como algunos que hemos publicado en Noroeste, el problema aparente en la entidad no es tanto la falta de leyes y sanciones para determinadas conductas, sino que difícilmente se fincan responsabilidades y se logra una verdadera justicia.
Y aquí es donde volvemos a “La Casa del Pueblo”, cuya mayor aportación en estos momentos puede entenderse como un reforzamiento a las instituciones encargadas del orden y prevención de delitos, llámese Secretaría de Seguridad Pública; y las encargadas de investigar para alcanzar la justicia, que cae en manos de la Fiscalía General del Estado.
En la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas son muy pocos los funcionarios empáticos ante las necesidades de las familias buscadoras, y eso por otorgar el beneficio de la duda a los funcionarios públicos y no decir que ninguno tiene vocación.
Ayer jueves, una madre buscadora de Culiacán pidió a la Comisión de Búsqueda aguas y alimentación para la cuadrilla de familias buscadoras que preparan una jornada de rastreo, pero la Comisión les negó esta ayuda pues lo pidieron “fuera del horario de oficina”, y que para la otra mejor avisen en tiempo y forma.
Hijuela, ahora existe burocracia para que las familias busquen los cuerpos de sus familiares, una burocracia absurda en una oficina que debería tener personal de guardia mientras en Sinaloa no se resuelva la crisis de seguridad y de desapariciones que el Estado no ha podido controlar.
Resulta que en Sinaloa las personas no sólo son asesinadas, sino que sus cuerpos son ocultados por sus asesinos para mermar la impartición de justicia y ante la incompetente administración de la Comisión de Búsqueda deben salir las madres a buscar los cuerpos de sus hijos, y no son merecedoras de unos litros de agua por hacer el trabajo de la Comisión.
Y no es que la Comisión de Búsqueda sea un aparato innecesario, no, claro que es digna la institución para localizar a las personas desaparecidas, pero es que en realidad no han hecho un trabajo extraordinario ni independiente, tampoco son proactivos, y se ha deslegitimado la labor del ente hasta convertirse en un simple gestor.
Ni un solo titular de la Comisión de Búsqueda de Personas ha sido transparente con su toma de decisiones, pues no hay acceso de a las gestiones que realizan, tampoco a la calidad de sus investigaciones, o una actualización en tiempo real de sus logros, y es terrible que la institución sea omisa en estas obligaciones de transparencia también.
A ver cuándo se les ocurre que son funcionarios públicos y deben implementar medidas extraordinarias en la crisis de seguridad, y no irse a sus casas a las 3:00 de la tarde que porque su horario de oficina terminó, sin dejar guardia que atienda las inquietudes de las víctimas y sus familias.
la sinaloense
La delincuencia organizada en Sinaloa parece haber tomado nota de Breaking Bad, pero con presupuesto propio y sin necesidad de un maestro de química frustrado.
En vez de un viejo RV oxidado en medio del desierto, acá se utiliza un remolque soldado, con reactores químicos bien empotrados y camuflaje cortesía de hectáreas de maíz. Todo operativo, funcional y móvil. Y lo mejor, instalado a plena luz del día en La Bebelama de San Lorenzo, sin mayor prisa por esconderse.
Según el Ejército, este laboratorio podía producir una tonelada de crystal al día, y llevaba por lo menos tres meses activo.
Nada mal para algo que apenas se encontró “tras recorridos terrestres”. Pero la franquicia no termina ahí, en San Miguel de las Mesas, Cosalá, encontraron otra escena de ciencia ficción criminal, esta vez con 11 mil 500 litros de sustancias químicas, máscaras antigas colgando de los árboles, y tambos regados como si fueran decoración de una serie.
“Es un laboratorio móvil, es nuevo”, dijo el Teniente Coronel.
Y tiene razón, la innovación va por delante. El narco ya trabaja con plantas portátiles y almacenes a cielo abierto, mientras que la estrategia institucional sigue operando con recorridos sorpresa. Y aunque aseguran una “afectación” de 100 millones de pesos, lo que no se dice es cuántas toneladas ya salieron mientras se organizaban los operativos.
Si esto fuera una serie, sería fascinante. Pero aquí, la producción no se detiene al grito de “corte”, y los capítulos siguen acumulándose... con saldo real.