Del cinismo y la corrupción
Luego de que todo mundo pensaba en lo sobrio y prudente que se había visto el Gobernador Rubén Rocha Moya, por fin, al cesar a Julio César Cascajares como director del Instituto Sinaloense del Deporte, pues nos volvió a decepcionar a todos al nombrar al ex Presidente Municipal de Salvador Alvarado, Armando Camacho Aguilar, alias “El Iguano”.
Pero la decisión del Gobernador todavía nos cayó más para abajo cuando se supo días después que Cascajares fue nombrado como nuevo director de Radio Sinaloa, en lugar de Paúl Villegas.
Si bien es cierto que los mejores directores del Isde, a lo largo de su historia, no necesariamente deben haber sido deportistas, una de las grandes pruebas es el fiasco que resultó la tacuachesca gestión de la atleta Paola Moncayo, lo que sí nos queda claro es que “El Iguano” tampoco es que la haya roto en la Alcaldía guamuchileña.
Pero no hay un parámetro para medir al “Chango CeroT”, Cascajares, pues no tenía nada de experiencia cuando inexplicablemente recibió el cargo de la Dirección del Isde y ahora, menos, que fue nombrado director de Radio Sinaloa.
Sobre todo porque ahí en Radio Sinaloa reemplaza a un profesional de la comunicación con más de 20 años de experiencia como Paúl Villegas.
Lo peor es que, como ha sido todo un sello distintivo de la 4T, o Cuarta Transformación, Cascajares haya decidido tomar un puesto para el que evidentemente no está capacitado, que también hemos insistido desde este espacio, también es corrupción.
Las idas dioquis a las conferencias
La vocería del Gobierno de Sinaloa y de Seguridad Pública hace muchos meses dejó de ser un ejercicio de transparencia para atender una crisis para convertirse en un bochornoso intento de controlar la agenda mediática, sin éxito.
Escuchar a Verona Hernández Valenzuela una y otra vez asegurando no tener información y remitiendo a medios de comunicación a la Fiscalía General del Estado no es para nada cercano a transparentar toma de decisiones, porque para empezar la vocera de Seguridad Seguridad Pública no es alguien capacitada para tomar decisiones o dar la cara cuando las estrategias fallan.
Ha mencionado cientos de veces que no puede revelar información sobre casos de seguridad pues compete a la FGE, pero los agentes de la SSPE sí participan en los operativos de los que se le cuestionan y ni de eso tiene información, tal es el caso del hecho en el que resultó baleada la camioneta donde iba la nieta del Gobernador Rubén Rocha Moya y no supo ni con qué palabras responder que ignora todo lo que ocurre al interior de la corporación que representa.
Ya de los delitos federales ni hablamos porque hablar de la FGR es toparse con un muro.Y por otro lado, Feliciano Castro Meléndrez como vocero del Estado, con frases repetitivas y vacías: nunca el color, siempre el matiz, dice cada vez que no sabe cómo manejar cuestionamientos directos sobre el mal manejo de la seguridad en el estado.
Pero acá el matiz no pesa cuando ya van más de 2 mil muertos en una crisis sin precedentes que no se ha abordado con la magnitud debida.
En un momento tan delicado como el ataque al vehículo donde viajaba un familiar directo de Rocha Moya, salen estos dos funcionarios a dar cátedra de todo lo que está mal en el manejo de crisis.
Acá lo trágico no es la forma, ni es que sea una estrategia obsoleta el tener una vocería, es que la presiden personas que desconocen sobre seguridad y no se sienta en la mesa a los funcionarios que deberían dar la cara y rendir cuentas.
Cada quien a sus prioridades
Una de las principales críticas que se han presentado hacia la clase política de Sinaloa, es que precisamente como clase política han ofrecido pocas o nulas alternativas para sortear esta crisis social desatada por la inseguridad. Y mientras la ciudadanía decide salir a marchar, generar iniciativas de apoyo mutuo en temas de economía y cuantas ideas para ayudarse, las dirigencias partidistas se andan tirando la bolita.
Ayer la dirigencia del Partido Acción Nacional en Sinaloa comentó acerca de la reciente visita de Luisa María Alcalde Luján, dirigente de Morena a nivel nacional, aprovechando para hacer leña del árbol caído.
No descubriremos el agua hervida si le decimos que, a raíz de esta espiral de violencia, ha disminuido en cierta medida la aprobación ciudadana hacia el partido en el poder, y aún así tienen ganchos en formas de programas para liderar en encuestas y votaciones.
Pero volviendo con la postura de Acción Nacional, la presidenta estatal, Wendy Barajas Cortés, aseguró que de parte de la facción guinda existe preocupación por estos índices de aprobación, mirando ya hacia el 2027.
“Están preocupados, es una muestra más de que quieren mandar una señal de que están bien, pero los sinaloenses por supuesto que tenemos conciencia, por supuesto que tenemos memoria, y por supuesto que somos personas suficientemente inteligentes y racional para saber que lo que están diciendo es una mentira más”, dijo.
Como decimos, es evidente que esta crisis ha puesto en jaque al partido oficialista, y tal vez más aún al “rochismo”, aunque las filas del Banco del Bienestar siguen siendo largas todos los días.
Y lo triste para la política sinaloense es que ni siquiera esta fricción que se avizora desde dentro de Morena sería razón para pensar que la Oposición llegue lo suficientemente fuerte a las próximas contiendas.
Mucho menos pensando en los liderazgos que actualmente pretenden posicionarse como las opciones de cambio en el entorno político. Muchos de ellos más quemados que un cuete de feria de pueblo. Ahora sí que ni pa dónde voltear, caray.