MALECÓN
11/08/2025 04:00
    Malecón es columna institucional de esta casa editorial. / malecon@noroeste.com
    La presencia del Ejército busca contener la violencia, pero también ha generado temor, denuncias y una creciente desconfianza hacia las fuerzas de seguridad.
    Las reuniones de nunca acabar

    La comunicación institucional por parte de las autoridades del Estado en los últimos tiempos haga de cuenta que son copiar y pegar, y pedir que salgan de ese guión y proporcionen más detalles ya es avaricia.

    En este caso hablamos del enésimo viaje que tuvo el Gobernador Rubén Rocha Moya hacia la Ciudad de México para abordar los “avances” de la implementación del sistema de salud IMSS-Bienestar.

    La reunión estuvo encabezada, lógicamente, por la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, así como las y los gobernantes de diferentes entidades federativas y autoridades de salud a nivel federal.

    A ojo de buen cubero, que ya ve que lo tenemos aquí, van algo así como 89 reuniones para atender el progreso que tiene este sistema de salud impulsado por el ex Presidente Andrés Manuel López Obrador, y al cual se unieron varios estados en enero del 2024 para arrancar con esto.

    Cuando uno piensa en que se pondrá en marcha un esquema para ofrecer servicios de salud pública, lo normal sería pensar que como mínimo habrá infraestructura básica para funcionar y medicamentos para ofrecer.

    Bueno, se supone que en septiembre del 2024 ya estaría al tiro este nuevo sistema de salud y es hora que sigue checando y dándose cuenta que les falta casi todo.

    Y es que ha de ser una enorme sorpresa verse con estas broncas que dicho sea de paso, ya estaban presentes cuando nomás estaba en funciones el IMSS y los sistemas de salud estatales.

    En Sinaloa hemos sido testigos de todo eso, no ocupamos que nos la cuenten de otras partes ni compararnos, es como que de decreto cada año haya movilizaciones, manifestaciones y reclamos en contra de hospitales y clínicas que administran los Servicios de Salud, y los del IMSS.

    Ojalá que en este nuevo acercamiento que tuvo el Gobernador de Sinaloa con la Presidenta Sheinbaum, le haya avisado que “tal vez” sigamos estando en una situación crítica de seguridad pública, y con ello pida que no se abandone al Estado.

    La militarización,
    respuesta y problema

    La militarización en Sinaloa es un reflejo de una crisis compleja que no se resuelve con frases hechas sobre “respeto a la ciudadanía”. La presencia del Ejército busca contener la violencia, pero también ha generado temor, denuncias y una creciente desconfianza hacia las fuerzas de seguridad.

    Las quejas contra el Ejército que reporta la CNDH evidencian un choque constante entre la necesidad urgente de seguridad y las limitaciones legales y éticas para el uso de la fuerza. En un contexto donde los actores violentos están fuertemente armados, garantizar la seguridad sin caer en abusos se convierte en un dilema difícil de resolver.

    Más que culpar o justificar, es necesario entender que la militarización trae consigo contradicciones profundas: es a la vez una respuesta necesaria y un problema en sí misma, que puede erosionar la legitimidad del Estado y la confianza ciudadana.

    Garantizar seguridad y proteger derechos fundamentales simultáneamente no es una tarea sencilla. Requiere reformas institucionales, controles claros y un diálogo honesto sobre las limitaciones y costos del modelo actual.

    Aceptar la complejidad de esta situación es el primer paso para avanzar hacia soluciones realistas y sostenibles, dejando atrás las consignas simplistas que no reflejan las dificultades concretas que enfrentan Sinaloa y México.

    Sin duda, no todo es para todos

    Aunque en teoría resulta buena idea, no está tan chilo que los programas de reactivación que se aplican en el puerto de Altata tengan tan poco impacto en las ventas, según han denunciado los propios comerciantes.

    Este domingo se realizó un nuevo esfuerzo de parte de los gobiernos y corporaciones para llevar turismo al puerto más importante del centro del estado.

    El evento se denominó Altata Rush y llevó a cientos de visitantes a esa comunidad costera con la intención de impulsar el deporte y el consumo local.

    Por la mañana el malecón lució con pocos negocios abiertos y ventas limitadas, mientras comerciantes dividían opiniones sobre si estas actividades realmente reactivan la economía del puerto.

    Normalmente, en este bello destino, la actividad económica empieza a media mañana, con la llegada de las visitas.

    Pero este evento comenzó muy temprano y a las 8:00 horas, afuera de algunos restaurantes en la entrada del puerto ya se podían ver puertas abiertas.

    Sin embargo, en el malecón la imagen era distinta, pues sólo se pudo observar a algún vendedor de mariscos, otro de ropa y otro restaurantero que había abierto nada más para cobrar por el uso del sanitario.

    Entendimos muchos que no todos los eventos generan lo que pretendemos para todos, pues este, por sus características como el horario y los visitantes, sin duda no arrastró a los potenciales clientes que los comerciantes pensaban.

    Uno de los comerciantes fue claro en señalar que este evento no les benefició porque no reactivó a ningún negocio.

    ¿Dónde miras un bicicletero que se sentó a comerse algo, ves el Oxxo y está lleno?, cuestionó con cierta molestia.

    También recalcó que estos eventos los hacen muy temprano y la gente que asiste no consume.

    Las denuncias son que desde hace casi un año, las ventas se mantienen bajas y que, en Altata, gran parte de la gente sobrevive cuidando casas o recolectando almejas para su venta o lo que se pueda preparar y vender para consumo.

    Otro más señaló que las ventas han caído hasta un 70 por ciento, que hay días que sólo se venden dos docenas de ostiones, que hoy en día abren a las 10 u 11 de la mañana y se van a las 17:00 o 18:00 horas, cuando antes de iban hasta las 10 u 11 de la noche.

    Y aunque ven positivas algunas señales, sobre todo desde que el Ejército ha organizado actividades culturales como la presentación de su orquesta, hubo meses enteros en los que el turismo prácticamente desapareció y ahora apenas comienzan a acercarse a los niveles previos a la crisis de inseguridad.

    La bronca es que a pesar de esto el Gobierno municipal de Navolato, que encabeza el Presidente Municipal Jorge Rosario Bojórquez Berrelleza, el balance es más optimista.

    Y entendemos que sea así porque pues es su chamba y su manera de soportar el caos con una bandera política diferente a la que gobierna a nivel estatal, pero lo cierto es que se ve muy golpeado el asunto. Habrá que seguir insistiendo y echarle más creatividad para lograr mejores resultados.

    Las reuniones de nunca acabar

    La comunicación institucional por parte de las autoridades del Estado en los últimos tiempos haga de cuenta que son copiar y pegar, y pedir que salgan de ese guión y proporcionen más detalles ya es avaricia.

    En este caso hablamos del enésimo viaje que tuvo el Gobernador Rubén Rocha Moya hacia la Ciudad de México para abordar los “avances” de la implementación del sistema de salud IMSS-Bienestar.

    La reunión estuvo encabezada, lógicamente, por la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, así como las y los gobernantes de diferentes entidades federativas y autoridades de salud a nivel federal.

    A ojo de buen cubero, que ya ve que lo tenemos aquí, van algo así como 89 reuniones para atender el progreso que tiene este sistema de salud impulsado por el ex Presidente Andrés Manuel López Obrador, y al cual se unieron varios estados en enero del 2024 para arrancar con esto.

    Cuando uno piensa en que se pondrá en marcha un esquema para ofrecer servicios de salud pública, lo normal sería pensar que como mínimo habrá infraestructura básica para funcionar y medicamentos para ofrecer.

    Bueno, se supone que en septiembre del 2024 ya estaría al tiro este nuevo sistema de salud y es hora que sigue checando y dándose cuenta que les falta casi todo.

    Y es que ha de ser una enorme sorpresa verse con estas broncas que dicho sea de paso, ya estaban presentes cuando nomás estaba en funciones el IMSS y los sistemas de salud estatales.

    En Sinaloa hemos sido testigos de todo eso, no ocupamos que nos la cuenten de otras partes ni compararnos, es como que de decreto cada año haya movilizaciones, manifestaciones y reclamos en contra de hospitales y clínicas que administran los Servicios de Salud, y los del IMSS.

    Ojalá que en este nuevo acercamiento que tuvo el Gobernador de Sinaloa con la Presidenta Sheinbaum, le haya avisado que “tal vez” sigamos estando en una situación crítica de seguridad pública, y con ello pida que no se abandone al Estado.

    La militarización,
    respuesta y problema

    La militarización en Sinaloa es un reflejo de una crisis compleja que no se resuelve con frases hechas sobre “respeto a la ciudadanía”. La presencia del Ejército busca contener la violencia, pero también ha generado temor, denuncias y una creciente desconfianza hacia las fuerzas de seguridad.

    Las quejas contra el Ejército que reporta la CNDH evidencian un choque constante entre la necesidad urgente de seguridad y las limitaciones legales y éticas para el uso de la fuerza. En un contexto donde los actores violentos están fuertemente armados, garantizar la seguridad sin caer en abusos se convierte en un dilema difícil de resolver.

    Más que culpar o justificar, es necesario entender que la militarización trae consigo contradicciones profundas: es a la vez una respuesta necesaria y un problema en sí misma, que puede erosionar la legitimidad del Estado y la confianza ciudadana.

    Garantizar seguridad y proteger derechos fundamentales simultáneamente no es una tarea sencilla. Requiere reformas institucionales, controles claros y un diálogo honesto sobre las limitaciones y costos del modelo actual.

    Aceptar la complejidad de esta situación es el primer paso para avanzar hacia soluciones realistas y sostenibles, dejando atrás las consignas simplistas que no reflejan las dificultades concretas que enfrentan Sinaloa y México.

    Sin duda, no todo es para todos

    Aunque en teoría resulta buena idea, no está tan chilo que los programas de reactivación que se aplican en el puerto de Altata tengan tan poco impacto en las ventas, según han denunciado los propios comerciantes.

    Este domingo se realizó un nuevo esfuerzo de parte de los gobiernos y corporaciones para llevar turismo al puerto más importante del centro del estado.

    El evento se denominó Altata Rush y llevó a cientos de visitantes a esa comunidad costera con la intención de impulsar el deporte y el consumo local.

    Por la mañana el malecón lució con pocos negocios abiertos y ventas limitadas, mientras comerciantes dividían opiniones sobre si estas actividades realmente reactivan la economía del puerto.

    Normalmente, en este bello destino, la actividad económica empieza a media mañana, con la llegada de las visitas.

    Pero este evento comenzó muy temprano y a las 8:00 horas, afuera de algunos restaurantes en la entrada del puerto ya se podían ver puertas abiertas.

    Sin embargo, en el malecón la imagen era distinta, pues sólo se pudo observar a algún vendedor de mariscos, otro de ropa y otro restaurantero que había abierto nada más para cobrar por el uso del sanitario.

    Entendimos muchos que no todos los eventos generan lo que pretendemos para todos, pues este, por sus características como el horario y los visitantes, sin duda no arrastró a los potenciales clientes que los comerciantes pensaban.

    Uno de los comerciantes fue claro en señalar que este evento no les benefició porque no reactivó a ningún negocio.

    ¿Dónde miras un bicicletero que se sentó a comerse algo, ves el Oxxo y está lleno?, cuestionó con cierta molestia.

    También recalcó que estos eventos los hacen muy temprano y la gente que asiste no consume.

    Las denuncias son que desde hace casi un año, las ventas se mantienen bajas y que, en Altata, gran parte de la gente sobrevive cuidando casas o recolectando almejas para su venta o lo que se pueda preparar y vender para consumo.

    Otro más señaló que las ventas han caído hasta un 70 por ciento, que hay días que sólo se venden dos docenas de ostiones, que hoy en día abren a las 10 u 11 de la mañana y se van a las 17:00 o 18:00 horas, cuando antes de iban hasta las 10 u 11 de la noche.

    Y aunque ven positivas algunas señales, sobre todo desde que el Ejército ha organizado actividades culturales como la presentación de su orquesta, hubo meses enteros en los que el turismo prácticamente desapareció y ahora apenas comienzan a acercarse a los niveles previos a la crisis de inseguridad.

    La bronca es que a pesar de esto el Gobierno municipal de Navolato, que encabeza el Presidente Municipal Jorge Rosario Bojórquez Berrelleza, el balance es más optimista.

    Y entendemos que sea así porque pues es su chamba y su manera de soportar el caos con una bandera política diferente a la que gobierna a nivel estatal, pero lo cierto es que se ve muy golpeado el asunto. Habrá que seguir insistiendo y echarle más creatividad para lograr mejores resultados.

    Las reuniones de nunca acabar

    La comunicación institucional por parte de las autoridades del Estado en los últimos tiempos haga de cuenta que son copiar y pegar, y pedir que salgan de ese guión y proporcionen más detalles ya es avaricia.

    En este caso hablamos del enésimo viaje que tuvo el Gobernador Rubén Rocha Moya hacia la Ciudad de México para abordar los “avances” de la implementación del sistema de salud IMSS-Bienestar.

    La reunión estuvo encabezada, lógicamente, por la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, así como las y los gobernantes de diferentes entidades federativas y autoridades de salud a nivel federal.

    A ojo de buen cubero, que ya ve que lo tenemos aquí, van algo así como 89 reuniones para atender el progreso que tiene este sistema de salud impulsado por el ex Presidente Andrés Manuel López Obrador, y al cual se unieron varios estados en enero del 2024 para arrancar con esto.

    Cuando uno piensa en que se pondrá en marcha un esquema para ofrecer servicios de salud pública, lo normal sería pensar que como mínimo habrá infraestructura básica para funcionar y medicamentos para ofrecer.

    Bueno, se supone que en septiembre del 2024 ya estaría al tiro este nuevo sistema de salud y es hora que sigue checando y dándose cuenta que les falta casi todo.

    Y es que ha de ser una enorme sorpresa verse con estas broncas que dicho sea de paso, ya estaban presentes cuando nomás estaba en funciones el IMSS y los sistemas de salud estatales.

    En Sinaloa hemos sido testigos de todo eso, no ocupamos que nos la cuenten de otras partes ni compararnos, es como que de decreto cada año haya movilizaciones, manifestaciones y reclamos en contra de hospitales y clínicas que administran los Servicios de Salud, y los del IMSS.

    Ojalá que en este nuevo acercamiento que tuvo el Gobernador de Sinaloa con la Presidenta Sheinbaum, le haya avisado que “tal vez” sigamos estando en una situación crítica de seguridad pública, y con ello pida que no se abandone al Estado.

    La militarización,
    respuesta y problema

    La militarización en Sinaloa es un reflejo de una crisis compleja que no se resuelve con frases hechas sobre “respeto a la ciudadanía”. La presencia del Ejército busca contener la violencia, pero también ha generado temor, denuncias y una creciente desconfianza hacia las fuerzas de seguridad.

    Las quejas contra el Ejército que reporta la CNDH evidencian un choque constante entre la necesidad urgente de seguridad y las limitaciones legales y éticas para el uso de la fuerza. En un contexto donde los actores violentos están fuertemente armados, garantizar la seguridad sin caer en abusos se convierte en un dilema difícil de resolver.

    Más que culpar o justificar, es necesario entender que la militarización trae consigo contradicciones profundas: es a la vez una respuesta necesaria y un problema en sí misma, que puede erosionar la legitimidad del Estado y la confianza ciudadana.

    Garantizar seguridad y proteger derechos fundamentales simultáneamente no es una tarea sencilla. Requiere reformas institucionales, controles claros y un diálogo honesto sobre las limitaciones y costos del modelo actual.

    Aceptar la complejidad de esta situación es el primer paso para avanzar hacia soluciones realistas y sostenibles, dejando atrás las consignas simplistas que no reflejan las dificultades concretas que enfrentan Sinaloa y México.

    Sin duda, no todo es para todos

    Aunque en teoría resulta buena idea, no está tan chilo que los programas de reactivación que se aplican en el puerto de Altata tengan tan poco impacto en las ventas, según han denunciado los propios comerciantes.

    Este domingo se realizó un nuevo esfuerzo de parte de los gobiernos y corporaciones para llevar turismo al puerto más importante del centro del estado.

    El evento se denominó Altata Rush y llevó a cientos de visitantes a esa comunidad costera con la intención de impulsar el deporte y el consumo local.

    Por la mañana el malecón lució con pocos negocios abiertos y ventas limitadas, mientras comerciantes dividían opiniones sobre si estas actividades realmente reactivan la economía del puerto.

    Normalmente, en este bello destino, la actividad económica empieza a media mañana, con la llegada de las visitas.

    Pero este evento comenzó muy temprano y a las 8:00 horas, afuera de algunos restaurantes en la entrada del puerto ya se podían ver puertas abiertas.

    Sin embargo, en el malecón la imagen era distinta, pues sólo se pudo observar a algún vendedor de mariscos, otro de ropa y otro restaurantero que había abierto nada más para cobrar por el uso del sanitario.

    Entendimos muchos que no todos los eventos generan lo que pretendemos para todos, pues este, por sus características como el horario y los visitantes, sin duda no arrastró a los potenciales clientes que los comerciantes pensaban.

    Uno de los comerciantes fue claro en señalar que este evento no les benefició porque no reactivó a ningún negocio.

    ¿Dónde miras un bicicletero que se sentó a comerse algo, ves el Oxxo y está lleno?, cuestionó con cierta molestia.

    También recalcó que estos eventos los hacen muy temprano y la gente que asiste no consume.

    Las denuncias son que desde hace casi un año, las ventas se mantienen bajas y que, en Altata, gran parte de la gente sobrevive cuidando casas o recolectando almejas para su venta o lo que se pueda preparar y vender para consumo.

    Otro más señaló que las ventas han caído hasta un 70 por ciento, que hay días que sólo se venden dos docenas de ostiones, que hoy en día abren a las 10 u 11 de la mañana y se van a las 17:00 o 18:00 horas, cuando antes de iban hasta las 10 u 11 de la noche.

    Y aunque ven positivas algunas señales, sobre todo desde que el Ejército ha organizado actividades culturales como la presentación de su orquesta, hubo meses enteros en los que el turismo prácticamente desapareció y ahora apenas comienzan a acercarse a los niveles previos a la crisis de inseguridad.

    La bronca es que a pesar de esto el Gobierno municipal de Navolato, que encabeza el Presidente Municipal Jorge Rosario Bojórquez Berrelleza, el balance es más optimista.

    Y entendemos que sea así porque pues es su chamba y su manera de soportar el caos con una bandera política diferente a la que gobierna a nivel estatal, pero lo cierto es que se ve muy golpeado el asunto. Habrá que seguir insistiendo y echarle más creatividad para lograr mejores resultados.