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"Opinión"

"Amor en tiempo de coronavirus"

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    alberto.kousuke@uas.edu.mx


    A menos que seas un Otaku, seguramente el aislamiento social ya ha empezado a afectar tu estabilidad mental.

    Un Otaku es un espécimen joven obsesionado con las computadoras o aspectos de la cultura popular. Dicha obsesión resulta perjudicial sobre su vida social ya que suele vegetar en aislamiento.

    A la mayoría de nosotros la soledad no nos sienta bien. En esta situación, nuestro cuerpo empieza a evocar sentimientos desagradables. Esto es una respuesta adaptativa (como la sed o el hambre) que nos motiva a buscar interacciones sociales justo como el hambre nos incita a procurar comida.

    Nuestro cerebro tiene un circuito encargado de regular nuestra conducta motivacional y emocional, el sistema límbico. Este circuito cerebral evoca emociones como estrés y ansiedad en situaciones que no favorecen nuestra sobrevivencia (hambre, soledad, etc.) con el fin de incitarnos a la acción y perpetuar nuestra existencia.

    Los humanos somos animales sociales, necesitamos convivir con otros miembros de nuestra especie para sobrevivir. De hecho, las personas con relaciones sociales débiles son 50 por ciento más propensos a morir que aquellos con conexiones sólidas. En otras palabras, ser solitario es tan letal como tomarse dos litros de refresco de cola al día.

    En una situación como esta pandemia, en la que se requiere reducir o eliminar el contacto directo con otros humanos, el aislamiento, y la falta de actividad física puede alterar nuestras mentes.

    De acuerdo con un estudio publicado en The Lancet hace un mes, los principales síntomas durante una cuarentena por una pandemia son estrés, depresión, confusión, ira, miedo, y abuso de sustancias (https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30460-8).

    Asimismo, reportan que el 29 por ciento de los pacientes que estuvieron en cuarentena con el coronavirus del año 2003 sufrieron de estrés postraumático.

    La intensidad de estos síntomas dependen en gran medida de la personalidad. Una persona extrovertida tendrá más dificultades para adaptarse al aislamiento que un introvertido.

    Por otro lado, quedarse encerrado 24/7 con otros seres humanos también tiene sus consecuencias.

    En situaciones de confinamiento extremo las personas suelen sentirse atrapadas, esto dispara respuestas de defensa y ansiedad. Solemos reaccionar emocionalmente y automáticamente cuando estamos ansiosos, esto se transfiere a nuestras interacciones con las otras personas que comparten nuestro espacio. Esto puede escalar a respuestas defensivas recíprocas.

    En ambas situaciones, para aquellos que tenemos la fortuna de permanecer en cuarentena, la OMS recomienda mantener contacto indirecto con las personas más allegadas, realizar ejercicio, desarrollar una rutina de actividades, enfocarse en lo positivo, y ayudar a nuestro prójimo (en la medida de lo posible).

    Pocos mexicanos han sido infectados con el SARS-CoV-2, y menos aún han sido diagnosticados con Covid-19; no obstante, todos estamos propensos a sufrir los estragos del aislamiento social.

    Esta pandemia no es una carrera, sino un maratón. Debemos de prepararnos y tomar medidas para que esta situación no dañe nuestro cuerpo y mente.

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