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"PUERTO VIEJO"

"Así no..."

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    De acuerdo a los dictados del artículo 4° constitucional, el Estado está obligado a garantizar a la ciudadanía un sistema de salud pública suficiente y de calidad, pero esa buena intención del texto constitucional, al igual que las garantías de alimentos y vivienda, no ha llegado a convertirse en realidad bajo ninguno de los gobiernos que hemos padecido, emanados tanto del PRI como del PAN. Y así ha sucedido, a manera de administrar la necesidad social con el propósito de que sea tema, una y otra vez, de las promesas electorales.
    Y conste que se ha tenido la oportunidad de mejorar significativamente la oferta de salud pública, pero los que han cobrado por gobernarnos han decidido malgastar la riqueza nacional en engordar la burocracia y los bolsillos de los privilegiados que componen la burguesía gubernamental.
    En los gobiernos de los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, por ejemplo, los rendimientos obtenidos del petróleo fueron excepcionalmente abundantes, pero la alternancia decepcionante  decidió repartirlos entre los estados para cubrir el gasto corriente de las entidades, en lugar de destinarlos a fortalecer a las instituciones que integran el sistema de salud pública, para responder con creces a la demanda de una población creciente y un segmento poblacional significativo en camino del envejecimiento. Pero no ha sucedido así y el presupuesto para el sostenimiento del sector salud ha sufrido serios recortes, pues tan solo el año pasado se le dio un tijeretazo del 20 por ciento en relación al de 2017, que también ya venía castigado.
    En repetidas ocasiones, Andrés Manuel nos ha dicho que le dejaron un cochinero de país y justamente, el sector salud es uno de los tiraderos que tiene que recomponer la gestión del actual Presidente de la República; todo ello, provocado por el criminal robo de medicamentos, compras con sobreprecios, una pesada carga de nómina burocrática y una ineficiente e insuficiente inversión en equipo y estructura hospitalaria.
    Durante su campaña política y en no pocas ocasiones de lo que lleva su gestión, el Presidente de la República ha dicho que veremos resultados y que al final de su sexenio dejará al país con un sistema de salud pública universal a la altura de los mejores del mundo.
    Una propuesta de gran calado que requiere la incidencia de muchos factores para trocarla en realidad, que si bien es cierto que se está en el arranque de la gestión, no se vislumbran visos de que se esté en esa dirección.
    Al contrario, las cosas se están agravando, poniendo en serio peligro a los pacientes de enfermedades graves, cuya estabilidad y eventual alivio, dependen al cien por ciento del apoyo gubernamental. Y todo por los arrebatados recortes presupuestales, al grado de poner en cero algunos programas, como es el caso, de la detección y atención de cáncer que ofrece, o más bien, ofrecía el Instituto Nacional de Cancerología.
    Y en la misma anda el Seguro Social al cual le tienen congelados más de mil millones de pesos, una de las causas que provocaron la renuncia de Germán Martínez a la dirección general del IMSS, quien acusó al titular de la Secretaría de Hacienda, de ser un insensible neoliberal. Ironía pura, el hecho de que un hombre formado  en la derecha, acuse de neoliberal a la gente que, se supone, es de convicciones de izquierda.
    Cuando se abrió el combate al robo de combustibles, se llegó al extremo de cerrar las llaves de las suministradoras, provocando desabasto en distintas entidades, y de alguna u otra manera, lo aceptamos como medida necesaria para combatir el pernicioso delito.
    Bajo el pretexto de combatir la corrupción en el sector salud, el Gobierno federal también ha recurrido al cierre de llaves presupuestales, lo cual le está pegando fuerte, muy fuerte, a la operación del aparato de la sanidad pública.Se acepta que hay corrupción en dicho sistema, pero no se consiente que bajo ese pretexto se ponga en riesgo la integridad y hasta la vida de sus derechohabientes.
    Así no, señor Presidente; entienda que su accionar en materia de salud es aberrante y que por ese camino logrará transformar al país, llevándolo de la mediocridad al desastre ¡Buen día!

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