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"Desde el ICAMI"

"Autoritarismo versus liderazgo"

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    Me viene a la memoria una excelente película que vi hace algunos ayeres. Me gustó mucho porque hace ver con claridad los dos tipos de autoridad sobre los cuales oscila el liderazgo más eficaz: la autoridad formal y la autoridad moral. El film se titula “El Último Castillo” (The Last Castle).

    El famoso actor Robert Redford realiza el papel del general Irwin quien es reconocido como héroe por sus servicios prestados a su país, goza de gran prestigio entre los altos mandos militares e incluso escribe libros relacionados sobre el mando de personas. Sin embargo, comete el error de desobedecer una orden superior por la que es condenado a prisión militar: se le había indicado que abandonara a sus hombres que habían quedado a merced del ejército enemigo en una batalla y decidió quedarse con ellos sufriendo duras torturas hasta que todos fueron rescatados.
    Por otra parte, el actor James Gandolfini representa al comandante Winter, director de la cárcel militar a la que llegaría el general Irwin para cumplir su sentencia. Winter es un militar sin experiencia en el campo de batalla que gusta de coleccionar artículos de relevancia histórica rescatados de importantes batallas. Resulta ser un admirador del general Irwin de quien ha leído alguno de sus libros; sin embargo, se siente ofendido cuando Irwin le hace ver que ese tipo de colecciones las tienen quienes no han experimentado el fragor de la batalla y esto le lleva a reaccionar con autoritarismo mientras Irwin viva en la prisión.
    El general Irwin tiene previsto esperar con paciencia a que termine su condena hasta que descubre que sus compañeros de cárcel están siendo asesinados y mal tratados bajo el estilo autoritario del comandante Winter. Ante esta situación Irwin decide tomar el mando por última vez y unificar a los presos en una batalla desesperada por acabar con un sistema brutalmente corrupto.
    La unificación de los presos no fue tarea nada fácil para Irwin debido a que sin la autoridad formal de la que había sido desposeído se los fue ganando gracias a su autoridad moral logrando que lo siguieran por convencimiento. Esto le supuso duras pruebas al tener como compañeros a delincuentes militares, algunos de ellos con conductas verdaderamente violentas y detestables. He de añadir a ello el trato déspota que recibía continuamente por parte de Winter que lo humillaba delante de todos.
    Quedan muy bien delineados los dos tipos de autoridad: por un lado, la autoridad formal o jurídica, que se recibe por nombramiento de manera que se ejerza sobre acciones y personas. Y, por otra parte, la autoridad moral, que se gana desarrollando dos componentes fundamentales: el prestigio y la personalidad.
    El prestigio se adquiere demostrando pericia y solvencia profesional en las tareas que desempeñamos y para ello se requiere conocimientos, habilidades, competencias y experiencia. La personalidad se desarrolla de manera integral en las dimensiones morales, sociales y psicológicas que representan un modelo de persona digna de ser imitada: goza de serenidad y ecuanimidad ante escenarios difíciles de enfrentar, observa una voluntad férrea que le lleva a perseverar hasta el final y posee la habilidad para saber comprender y relacionarse con los demás.
    El liderazgo depende fundamentalmente de la autoridad moral tal como lo podemos apreciar en el caso del general Irwin. Otro ejemplo lo tenemos en Mahatma Gandhi, el dirigente más destacado del movimiento de independencia de India contra el Raj británico a base de la desobediencia civil no violenta, sin poseer alguna autoridad formal. Ambos personajes logran que sus seguidores se unan a sus objetivos por convencimiento, consiguiendo un compromiso profundo que les lleva incluso hasta dar su vida.
    Por tanto, aquel que ostente una autoridad formal o jurídica y quiera que sus colaboradores estén verdaderamente comprometidos a dar mejores resultados ha de ir fortaleciendo aquellos aspectos de su personalidad que considere necesarios, al mismo tiempo que se esmera en hacer con mayor profesionalidad su trabajo. Aquel que teniendo autoridad moral sin un nombramiento directivo podrá ejercer su liderazgo junto con sus compañeros en aras a lograr las metas de la organización e influir para que exista un ambiente de trabajo cada vez más agradable y comprometido.

    Director General y Profesor del Área de Antropología y Ética
    ICAMI, Centro de Formación y Perfeccionamiento Directivo, Región Noroeste.
    francisco.ertze@icami.mx

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