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"Opinión"

"Biomagnetismo: la nueva farsa en Culiacán"

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    alberto.kousuke@uas.edu.mx


    Los días 30 de noviembre y 1 de diciembre se llevará a cabo en el hotel Wyndham de Culiacán el curso de “Biomagnetismo Médico” titulado “Sanación por el BioMagnetismo” de la Fundación Despertar.

    Ellos afirman tener la solución para todos tus problemas de salud. Una solución completamente natural para prevenir y curar un gran repertorio de enfermedades y padecimientos crónicos.

    Suena demasiado bueno para ser cierto. Muy probablemente el escepticismo ya germinó en ti, y si continúas leyendo, trepará aún más.

    La terapia se basa en el uso de magnetos de intensidad media que logran ecualizar los niveles del pH, y su argumento se basa en que la enfermedad no puede desarrollarse con un pH balanceado. El magnetismo supuestamente despolariza áreas del cuerpo que se encuentran desbalanceadas por la presencia de patógenos u otros factores que influyen sobre la energía y la vibración del cuerpo. Puede prevenir enfermedades, así como curarlas.

    Un médico mexicano, Issac Goiz Durán, “descubrió” los principios detrás de esta terapia cuando supuestamente curó a un paciente con sida tras colocar magnetos en el timo y recto del susodicho. También afirma que los magnetos neutralizan el pH, lo cual elimina inmediatamente a los patógenos.

    Los partidarios de Goiz Durán postulan otras aseveraciones ridículas sobre los efectos de los polos magnéticos. Por ejemplo, alegan que el polo norte magnético emite una carga energética negativa que incrementa el nivel alcalino corporal al reducir la concentración de iones de hidrógeno. Esto ocasiona que los virus patogénicos pierdan su información genética y las bacterias pierden el ambiente alcalino necesario para su crecimiento. Fallaron en tomar en cuenta que el campo magnético se invierte cada ciertos miles de años y el argumento anterior pierde todo sentido por algo llamado evolución.

    Asimismo, afirman que miles de médicos han utilizado el biomagnetismo para tratar a millones de pacientes alrededor del mundo que padecen artritis reumatoide, diabetes, cáncer, epilepsia, enfermedad de Alzheimer, acné, mal aliento, y hasta viruela. También omitieron mencionar que el biomagnetismo inició en la década de los ochenta y el último caso de viruela ocurrió en Somalia en el año de 1977.

    Todo esto es completamente inverosímil, una fantasía pseudocientífica. Las enfermedades no son causadas por un desbalance del pH y los magnetos no afectan el pH. La potencia de los magnetos que utilizan es igual a la utilizada en un horno microondas y este no penetra más allá de la piel.

    Los magnetos tienen aplicaciones legítimas en la medicina. Son utilizados para el diagnóstico de padecimientos mediante los aparatos de imagen de resonancia magnética. Asimismo, los pulsos de campos electromagnéticos han demostrado promover la recuperación del tejido óseo en algunas fracturas y fisuras. Sin embargo, los campos magnéticos estáticos como los que se utilizan en el biomagnetismo no tienen ningún efecto terapéutico.

    La terapia biomagnética probablemente no dañará físicamente a los pacientes, solamente su billetera. El problema radica en que los pacientes dejen su tratamiento por optar por este tratamiento que no funciona.

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