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"Opinión"

"Científicos diseñan bacteria que defeca antidepresivos naturales"

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    alberto.kousuke@uas.edu.mx

    Las bacterias son organismos unicelulares (células procariotas) muy sencillos y relativamente fáciles de modificar genéticamente. Gracias a la manipulación del código genético bacteriano, la industria farmacéutica es capaz de producir cantidades industriales de insulina, hormona del crecimiento, eritropoyetina, interferones, y muchas otras proteínas humanas.

    Científicos de la Universidad de Miami encontraron una nueva forma de producir psilocibina, el psicodélico encontrado en los hongos alucinógenos. Estos investigadores introdujeron los genes productores de psilocibina provenientes del hongo Psilocybe cubensis y lo introdujeron en el genoma de la bacteria Escherichia Coli. Esta bacteria bautizada “pPsilo16” literalmente excreta alucinógenos como producto de su metabolismo, en un proceso similar a la producción de cerveza (fermentación). Este proceso es capaz de generar 1.16 gramos de psilocibina por litro, la mayor concentración de psilocibina producida por cualquier organismo hasta la fecha.

    Los hongos alucinógenos han sido parte de rituales religiosos por miles de años. Los aztecas llamaron al hongo “Teonanácatl” (la carne de dios), en referencia a sus propiedades sagradas y curativas. En 1957, Albert Hoffman, un químico suizo que trabajaba en la compañía farmacéutica Sandoz, aisló la psilocibina del hongo Psilocybe cubensis. Quince años atrás, Hoffman había descubierto accidentalmente el alucinógeno LSD.

    La compañía Sandoz empezó a utilizar la psilocibina y el LSD en ensayos clínicos, pero estas sustancias fueron prohibidas rápidamente debido a su asociación con el movimiento de contracultura de los 60s.

    Afortunadamente, la psilocibina y el LSD por fin han salido del baúl de los recuerdos tras décadas de prohibición. Estos compuestos prometen convertirse en el tratamiento de primera elección para la depresión, ansiedad, desórdenes alimenticios, adicción al tabaco/alcohol, y otros trastornos mentales.

    Las micro-dosis de psilocibina y LSD han demostrado tener un perfil terapéutico superior al de los fármacos antidepresivos convencionales.

    ¿Cómo es que un alucinógeno ayuda con la depresión y otros trastornos psiquiátricos?

    Estos compuestos son capaces de activar los receptores de serotonina, el principal neurotransmisor deficiente en las enfermedades psiquiátricas.

    Asimismo, estudios de resonancia magnética muestran como los psicodélicos reducen el flujo sanguíneo en una región del cerebro llamada amígdala, una estructura que se encuentra hiperactiva en la depresión, ansiedad, y stress. También se observa una “reparación” de los circuitos neuronales, como si el cerebro se “reseteara”. Esto explica como los psicodélicos son capaces de romper con conductas y patrones compulsivos.

    En contraste con los antidepresivos convencionales, los cuales nublan las emociones, los psicodélicos refuerzan el sistema productor de serotonina cerebral y fomentan las respuestas emocionales, favoreciendo la confrontación activa de los pensamientos negativos en las personas depresivas.

    La triste realidad es que más de 300 millones de personas sufren de depresión a nivel mundial, y la gran mayoría de ellos no responden a los antidepresivos.

    Gracias a la ingeniería genética, y a una bacteria que reside en nuestro colon, los pacientes con depresión y otros trastornos psiquiátricos, tendrán en el futuro cercano la capacidad de curar su enfermedad mental justo como lo hacían los habitantes de la mesoamérica prehispánica.

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