"Como cerco viejo"

Arturo Santamaría Gómez.

Primera fuga del año en penal de Aguaruto

Dice el nada agradable y hasta de mal gusto refrán que mal empieza la semana para quien ahorcan en lunes, y ojalá esa no sea la tónica de este año en Sinaloa en lo que respecta a seguridad pública.
El primer día del año fueron cometidos siete homicidios dolosos, cantidad superior al promedio de 5.5 asesinatos diarios registrados durante 2011 en la entidad.
Y si 2012 inició mal en cuestión de homicidios, peor comenzó en seguridad penitenciaria, pues ayer en la madrugada se fugaron cuatro internos del penal de Aguaruto, oficialmente denominado con el desacertado nombre de Centro de Ejecución de las Consecuencias Jurídicas del Delito, de la forma más típica y rudimentaria en la historia de las evasiones de reos, supuestamente, brincándose una barda y cortando con pinzas una malla ciclónica.
En el Cecjude de Culiacán han ocurrido fugas de las formas más diversas, como la clásica de descolgarse mediante sábanas desde las bardas, por la mismísima puerta principal, a través de túneles, escondidos en vehículos y hasta por la rejilla de prácticas de juzgado, como lo hiciera Eduardo Granados Palma en marzo de 2006.
Quién sabe por qué malévola razón los presos escogen los primeros días del año para fugarse, sin embargo, lo cierto es que a la malagueña pero son los primeros en cumplir sus propósitos o metas del año nuevo.
Por "coincidencia", el 3 de enero de 2011 sucedió una fuga precisamente en el penal de Culiacán y la primera del sexenio del Gobernador Mario López Valdez, la evasión solitaria del recluso Dorian Trinidad León Angulo, quien falleció en diciembre durante una volcadura sin lograr terminar el año en ilegal libertad.
Con algunas excepciones, como el caso de Joaquín "El Chapo" Guzmán, parece que los fugados no logran permanecer por tiempo prolongado con vida o en la calle, tal es la historia roja de Carlos Alberto Rocha Palazuelos y Carlos Alberto Rocha de la Rocha, padre e hijo que escaparon en marzo de 2011 junto con otro reo del Cecjude de Culiacán y fueron asesinados el 28 de diciembre.

Es la segunda fuga de dos de los evadidos

Los cuatro prisioneros que se escaparon en la más reciente fuga son Juan Ángel Santos Lara, Misael Fuentes Lugo, Roberto Torredo Reyes y/o Roberto Iaraguan Sidar, y José Faustino Mariscal Navarrete y/o Roberto López Lizárraga, y de ser verdadera la versión oficial sobre la forma como se realizó la evasión queda más que en evidencia que la seguridad en el penal es prácticamente nula.
Las autoridades penitenciarias pusieron a disposición del Ministerio Público a tres custodios que "vigilaban" desde las torres 4, 5 y 6, a quienes hacen responsables de la fuga por descuido y omisión, y supuestamente hasta expresaron que se quedaron dormidos.
Sin embargo, la responsabilidad de las evasiones, sobre todo esta última tan burda, debe ir más allá de los celadores, puesto que son posibles por la conjunción de la corrupción y la vulnerabilidad del sistema y el personal de seguridad.
En los pasillos y torres del penal de Culiacán, al igual que debe suceder en el resto de los Cecjude del estado, los custodios se desahogan admitiendo que nada hacen o harán de darse el caso de una fuga, porque no se atreven a dispararle a un preso si lo detectan tratando de escaparse, porque el carcelero que hiera o mate a un reo en evasión corre el riesgo de pagarlo con su vida o la de algún familiar.
Lo más grave de la más reciente fuga no es el número de evadidos, ni la forma como sucedió o que sea iniciando el año, sino que dos integrantes del cuarteto que escapó ya se habían fugado del mismo reclusorio en marzo de 2010 a través de un túnel.
Juan Ángel Santos Lara y José Faustino Mariscal Navarrete y/o Roberto López Lizárraga son los dos delincuentes que ya tienen en su mal haber dos fugas del penal de Aguaruto.
En el caso de Mariscal Navarrete, tras la primera evasión fue recapturado y recluido el 2 de diciembre de 2011, y se les peló de nuevo un mes después, o sea que esa peni tiene más agujeros que un cerco viejo.
Lo que está ocurriendo en el Cecjude, no se diga en las inseguras calles, es una burla para la ciudadanía, a quien el "gobierno del cambio" le pide que colabore porque la "seguridad es tarea de todos", pero muy poco hace para cumplir con su parte encomendada.
¿De qué sirve que los ciudadanos contribuyan denunciando a los delincuentes? Si la mayoría de los malandrines no son detenidos, y en caso de apresarlos, algunos se escapan de la cárcel. La tarea debe cumplirse por parejo.

Protesta de Benito Juárez

Enrique Inzunza Cázarez fue reelecto ayer por la mañana por segundo año consecutivo como presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado.
Muy contento, el titular del Poder Judicial, al concluir la sesión de magistrados, sostuvo una conferencia de prensa en la sala de plenos.
A su espalda colgaba flamante un cuadro del Benemérito de las Américas y defensor de la ley, Benito Juárez, mientras que Inzunza Cázarez anunciaba que en 2012 realizarían una reforma profunda al Poder Judicial, además de que se construirían tres salas de prácticas de juicios orales.
De pronto, se escuchó un fuerte sonido que llamó la atención de los periodistas. Benito Juárez cayó de la pared y fue a parar al piso.
El titular de la justicia en Sinaloa dejó ver una risa nerviosa ante la mirada de los comunicadores.
Antes de que alguien preguntara sobre "la protesta de Juárez", Inzunza Cázarez se puso el "huarache antes de espinarse" y declaró:
"Yo profeso los principios juaristas del estado laico, la medianía a la que debe estar sujeta todo el integrante del Poder Judicial, así que Juárez no debe tener de parte mía ninguna inquietud de ese orden. Estoy convencido del estado laico y debe ser un principio constitucional innegociable", dijo ante las risas de los reporteros y el nerviosismo del funcionario.
¿Qué habrá querido decirle Juárez?

Malecón es columna institucional de esta casa editorial
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