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"Dueñez*Empresaria"

"Conciliar trabajo y vida familiar"

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DUEÑEZ* EMPRESARIA

    Es posible y relativamente fácil cambiar de trabajo, pero es muy doloroso y difícil cambiar de familia.
    Conciliar trabajo y vida familiar se ha convertido en un tema relevante a pesar de pertenecer a dos rubros naturalmente separados. El sector empresarial comienza a tener un papel sumamente importante de corresponsabilidad en la integración del núcleo familiar, quien es por excelencia el formador y desarrollador de valores.
    En una sociedad como la nuestra, donde los padres de familia participan en el campo profesional, resulta sustancial que el empresariado coadyuve con pequeños pero importantes cambios en la integración y convivencia familiar. Esto permitirá formar futuras generaciones viables con valores y sentido humano.
    Pareciera que los intereses de las organizaciones no son afines a los de la familia. Sin embargo, las buenas prácticas dentro de las empresas pueden llegar a influir de manera positiva en el núcleo familiar.
    Esto se logra a través de la implementación de políticas laborales que permitan a las personas conciliar trabajo y vida familiar. Entre estas políticas se incluyen plazas laborales con horarios flexibles, oportunidades para trabajar desde casa (Home Office) y extensión de la incapacidad por maternidad, entre otras.
    Es preciso que las firmas opten por dejar de conceptualizar a su personal como un recurso o como una máquina que tiene que cumplir estrictamente con ocho horas laborales. El ser humano es un fin en sí mismo, nunca un recurso intercambiable y prescindible.
    Para llegar a este punto, quienes están a la cabeza de las organizaciones requieren de una profunda comprensión de la naturaleza humana y la familia. No hay manera de equilibrar estos aspectos si la empresa tiene una visión de carácter utilitarista y mercantilista de sus colaboradores.
    El ser humano tiene dos metas complementarias e inherentes a su naturaleza. Primero, lograr la perpetuación del género humano. Segundo, obtener los bienes que el género humano requiere para su debida realización. Lo primero se logra gracias a la familia. Lo segundo se logra con el trabajo. Por eso la familia tiene una primacía esencial respecto al trabajo. Sin seres humanos no hay trabajo. En esto se puede valorar la dignidad del ser humano. Los empresarios no deben olvidar esta realidad.
    Es fundamental valorar a cada individuo con toda la dignidad que posee. Las personas, entre otras cosas, aspiran a tener mejores oportunidades y a ser apoyadas y tomadas en consideración.
    Entender la importancia del cambio de las políticas internas de las compañías y su aplicación, permitirá a los profesionistas que son padres de familia conciliar trabajo y vida familiar. De esta forma, podrán ofrecer tiempo de calidad a sus hijos, quienes representan las generaciones futuras del país. Se requiere, insisto, de un criterio de flexibilidad.
    Actualmente, es inusual que el sector empresarial tenga dicha visión humana ante los problemas que existen en el núcleo familiar. Esto se debe en gran medida a la enorme competencia por el mercado.
    Hoy las empresas están pidiendo el 150 por ciento del potencial de su gente en aras de la competitividad y la productividad empresarial. Esto sacrifica a la sociedad y entorpece la adopción de las políticas complementarias entre empresa y familia.
    Entonces vale la pena preguntarse: si continuamos con esta visión, ¿qué clase de generaciones futuras vamos a tener? Es preciso cambiar: ¡Se trata de una decisión que involucra a todas las partes en forma decidida y valiente!
    A partir de los problemas sociales que han surgido: desintegración social, robo, corrupción, impunidad, etcétera, es de imperiosa necesidad rescatar al ser humano. Esto es alcanzable si se hace un esfuerzo por crear armonía entre la familia, la empresa, el gobierno y la sociedad.
    Es imprescindible que empresarios y directores comiencen a entender la dificultad que viven las generaciones actuales al tratar de conciliar el trabajo y la vida familiar. Será un arduo esfuerzo conjunto, pero no imposible. De llevarse a cabo, se dirigirá sin lugar a dudas a un camino hacia una mayor estabilidad social.
     
    Carlos A. Dumois es Presidente y Socio Fundador de CEDEM.
    “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.
     

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