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"OBSERVATORIO"

"El aviso de Tepuche que fue ignorado. Sordos y ciegos, a llorar a Jovel Pérez"

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OBSERVATORIO

    alexsicairos@hotmail.com

     

    Crónica de un ataque anunciado, el asesinato del comandante de la Policía Municipal en Tepuche significó ayer una evidencia más de que el Gobierno, en cualquiera de sus tres niveles, está dejando solos a los policías en la labor de proteger a la gente pacífica frente a la delincuencia cada día de mayor beligerancia. Ahora la cuestión es qué servidor público responderá por la negligencia de no cuidar a quien todo mundo veía en la mira de las células del narcotráfico que disputan el territorio norte de Culiacán.

    Como siempre sucede, el vaticinio trágico contra Jovel Pérez Meza se cumplió al pie de la letra. La sentencia exacta que al consumarse trae a relucir el falso discurso de corporaciones de seguridad pública capacitadas y protegidas por el Estado en el cumplimiento del deber, esa misma oratoria estéril que acabó siendo ayer otra oración más por los agentes caídos.

    El ataque perpetrado por un comando armado, el contingente criminal que según los testigos formaban cinco camionetas repletas de gatilleros, delata la advertencia que de muchas maneras hacen los habitantes de la región colindante con la capital sinaloense, llegando al extremo de organizarse para la autodefensa porque la ausencia de autoridad es real, es terrible.

    Cuánta razón y qué miedo tienen los sinaloenses de la zona de Tepuche que exigen se establezca allí una base de la Guardia Nacional. ¿Y qué esperaban el Gobierno del Estado y el Ayuntamiento de Culiacán para atender la exigencia? Lo que provocaron con la apatía ya ha sucedido; ahora vendrán las condolencia, guardias de honor y, enseguida, la cuenta regresiva para el siguiente policía inmolado.

    Dirán que aquella parte en poder del narcotráfico significa un foco rojo en materia de violencia. Que ya tomaban cartas en el asunto. Que el sacrificio del comandante Jovel Pérez habla bien de las acciones para defender a la gente buena. En contrasentido, por cada cuenta del rosario que pase por los dedos de la rezadora, el miedo y el sentimiento de desamparo se multiplicarán a la enésima potencia.

    Escuche los orantes, señor Secretario de Seguridad Pública, Cristóbal Castañeda Camarillo, que por cada plegaria dedicada al comandante de la Policía en Tepuche hay un reclamo implícito, silencioso pero con todo el estruendo de la indignación, porque la obligación de usted fue incumplida al desestimar los tantos avisos a tiempo que hicieron comunidades que sólo necesitaban gobierno. Únicamente presencia y predominio de ley.
    ¿Qué acciones se instrumentaron en la zona secuestrada por los pistoleros? ¿Por qué no se reforzó la seguridad del comandante de Tepuche? ¿Cuáles garantías de paz y legalidad se les otorgan a las familias de esa zona caliente? ¿La militarización de la seguridad pública es insuficiente para poner orden en Sinaloa? ¿Está logística y moralmente desmantelada la Policía Estatal Preventiva en la circunstancia presente de violencia?

    Vea, Alcalde Jesús Estrada Ferreiro, el desenlace de su frívolo estilo de ejercer el poder, porque pudo suponer (¿Lo imaginó siquiera, señor Presidente Municipal?) que la vida del policía Pérez Meza tendría que ser salvada y evitó mover un solo dedo para ponerlo lejos de las balas inexorables de la delincuencia organizada, esa que continúa humillando a los gobiernos desvertebrados.

    Hacía un mes, 30 valiosos días, que desde la comarca culichi hoy en poder de los sicarios se les avisó de la presencia de facinerosos que amenazan al comandante de la DSPyTM y que se apoderaron de todo frente al abandono de la plaza por parte de las instituciones seguridad pública. ¿Qué diablos hace, díganlo ya sin miedo a confrontarse con el centro, la Guardia Nacional en Sinaloa que no está en sus cuarteles millonarios ni en las ciudades y poblados rurales donde se le necesita?

    Quince días en la ingobernabilidad desde que los moradores de las comunidades que integran la sindicatura se movilizaron para instalarse como Fuerzas Comunitarias Rurales. Dos valiosos días para actuar desde el homicidio que tuvo como víctima a otro ex comandante de la Policía de Culiacán, Luis Alberto Monárrez, quien fuera candidato a Síndico de Tepuche, hecho que por obviedad ponía en la lista trágica a Jovel Pérez.

    Alguien, ¿quién?, se animará a pedirles a los integrantes de las corporaciones de seguridad pública que no cejen en el intento de cuidar a los sinaloenses, aun sabiendo que van al paredón donde ninguna última voluntad se les concederá o que el Gobierno claudicó a la obligación de sacarlos con vida en este creciente campo de guerra. Que tome la palabra aquel que crea que junto al ataúd de Jovel Meza quedó algún barrunto de credibilidad hacia las instituciones.



    Reverso

    Avísese en el epitafio,
    De la tumba del comandante,
    Que ya preparen el cenotafio,
    Del gobierno agonizante.

     

    Campañas contagiosas

    Bastaría con que porte el virus Covid-19 uno solo de los seguidores de los candidatos a Síndico o comisarios que andan desatados en Navolato, para que el contagio se esparza por las comunidades de este municipio. “¿A quién le decimos y que nos hagan caso de la urgente necesidad de suspender las campañas? Puede más la ambición política de los hambreados de poder que el interés general de la salud de los navolatenses”, dice la población que se siente bajo riesgo, con el exhorto al Alcalde Eliazar Gutiérrez Angulo para que tome decisiones responsables.

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