|
"Opinión"

"El dream team de Conacyt: entre diseñadores, modistas, y comunicólogos"

""

    Los avances en ciencia y tecnología trasforman de manera fundamental la manera en que la sociedad vive, teniendo un impacto trascendental en el desarrollo económico de un país. Para promover el avance tecnológico, los países en desarrollo como México deben de invertir en educación de calidad, así como en el mejoramiento y desarrollo de tecnologías y conocimiento.
    La ciencia y la tecnología son motores imprescindibles para el desarrollo, dado que las revoluciones científicas determinan el progreso económico, desarrollo de sistemas de salud, educación, e infraestructura.
    Para este fin, en México contamos con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el cual es un organismo público descentralizado dirigido a promover y estimular el desarrollo de la ciencia y la tecnología en ese país. Tiene la responsabilidad de elaborar las políticas de ciencia y tecnología en México. A través del Conacyt, la mayoría de estudiantes de posgrado pueden tramitar un apoyo económico, mientras su programa académico pertenezca al Padrón Nacional de Posgrado de Calidad (PNPC).
    Asimismo, el Conacyt administra el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), mediante el cual se reconoce con un nombramiento especial y un estímulo económico a investigadores que hayan cubierto con una serie de criterios de preparación y productividad académica, y que se sometan a una rigurosa evaluación de sus pares académicos.
    La ciencia en México se ha caracterizado por ser uno de las necesidades nacionales menos atendidas en toda la historia de nuestra nación.
    Por poner un ejemplo de una nación estancada económicamente que resurge de las cenizas, tenemos el caso de Japón. A pesar de haber sido devastada por dos bombas nucleares (Hiroshima y Nagasaki) y de haber sido socavada por los aliados, Japón fue capaz de recuperarse del trauma de la Segunda Guerra Mundial, y a través de una restructuración fue capaz de convertirse en la segunda economía mundial en la década de los sesenta (les tomó solamente dos décadas).
    Este impactante desarrollo económico se debió a dos factores que México carece: “Kaizen” y una gran inversión/restructuración en educación, ciencia y tecnología.
    Kaizen es una filosofía que se basa en el mejoramiento continuo personal a todos los niveles de la sociedad, con el fin de lograr un bienestar colectivo. Se basa en la ideología de que cada uno de los miembros de la sociedad hace el ejercicio diario de mejorar proactivamente como individuo, con el propósito de combinar el talento y trabajo de todos, mejorando las condiciones y calidad de vida del país. En México, aún seguimos practicando el lema: “El que no es tranza, no avanza”.
    En el otro rubro, Japón dedicó el 2.0 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para fomentar el desarrollo de su sociedad. En México, el promedio anual del gasto en ciencia, tecnología e innovación durante la administración priista fue de 0.43 por ciento del PIB. Este año, El Conacyt sólo recibió 24 mil 664 millones de pesos de presupuesto para este año, lo cual equivale a 2 mil 299 millones pesos menos que el 2018.
    Con estas ínfimas cifras presupuestales, resulta imposible que México progrese y viva la cuarta transformación.
    La dirección del Conacyt se distinguía en muchas ocasiones por otorgar los apoyos de investigación a partir de dogmas o fines políticos, y no de criterios técnicos. El financiamiento para investigación se caracterizaba por una fuerte carga ideológica, la cual estaba mermando la libertad del conocimiento, prestándose para prácticas de corrupción y falta de transparencia.
    Asimismo, una investigación realizada por Animal Político y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad destaparon un esquema de corrupción gubernamental donde Conacyt desvió 7.6 billones de pesos para financiar compañías privadas, tan soló entre los años 2013 y 2014.
    Existen mafias en todos lados, aún en la ciencia, donde funcionarios del Conacyt no cuentan con los estudios requeridos para los cargos que ocupan y que son un claro ejemplo del influyentismo, amiguismo, y nepotismo característicos de la política mexicana.
    Uno de estos casos fue el nombramiento como subdirector de comunicación del Conacyt a David Alexir Ledesma, estudiante de tercer semestre de la licenciatura en Comunicación, supuestamente promovido por la Diputada Dolores Padierna. Otro caso fue la ex subdirectora de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados, Edith Arrieta, quien estuvo en el cargo ostentando una licenciatura en diseño de modas. Ahora es el caso de María Chávez García, secretaria administrativa del Fondo Sectorial Conacyt-Secretaría de Energía-Sustentabilidad Energética, quien se dedicaba a vender lencería y solo ha cursado la secundaria.
    Las arremetidas constantes contra los estudiantes de posgrado y científicos tienen un impacto tangible sobre el desarrollo científico, tecnológico, y social del país. Los científicos de México aún no vemos “pa’ cuando” la cuarta transformación.

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!