"El monumento..."

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Desde tiempos inmemoriales, los pueblos han rendido culto a personajes ilustres, locales y nacionales, levantando monumentos con sus figuras como un gesto de agradecimiento a los aportes que lograron para sus comunidades o para la patria; hay también figuras para el adorno de las ciudades, con las cuales se presume el talento artístico de sus artistas o de creadores invitados.

¿Erigirle una estatua a Los Beatles cuyos miembros jamás pisaron nuestro puerto y que ni tan siquiera nos brindaron una corchea? No se vale.

En ese sentido, nuestro malecón se ha venido poblando de  monumentos construidos en distintas épocas y por diversos motivos; algunos de ellos, inexplicables e injustificables, y además, feos, igual o más que los ridículos monigotes carnavaleros, que son unos verdaderos adefesios.

Si mal no recuerdo, el primer monumento sobre la banqueta del malecón, y que con el tiempo se convirtió en símbolo icónico del puerto, es el de la Alegoría Marina, mundialmente conocido como “Los Monos Bichis”; una representación acertada de la conexión entre los mazatlecos y el mar. El mentado monumento sexagenario es obra del sinaloense Rodolfo Becerra.

¿Levantarle un monumento al cuartero londinense, no por su aportación a la música, sino  para complacer el gusto de Miguel Torruco? Eso es corrupción.

Con los años se fueron agregando otros; algunos muy bien logrados, otros no tanto, y también, los que nada tienen que hacer en nuestro imponente malecón, como es el caso de la figura de Benito Juárez, y de paso, el asta monumental herencia del Presidente Zedillo, si mal no recuerdo. A ello agrego el dedicado al maestro espiritual Sri Chinmoy, erigido por su pequeño grupo de seguidores locales.

Cosa curiosa, entre los feos, para mi gusto, es el dedicado a las “pulmonías” y hágame usted el favor, al mazatleco Pedro Infante, el máximo ídolo de la música ranchera.

Entre los destacados, me atrevo a citar los siguientes: la mujer mazatleca, el de la continuidad de la vida, la sirenita, el de la familia, el de los peloteros, así como las figuras de Fernando Valadez y  Ferrusquilla. Todos ellos, ligados a nuestra cultura y a nuestras querencias.

Pero ¿Los Beatles que seguramente ni siquiera están o estuvieron enterados de nuestra existencia? ¿Tan solo para un queda bien fifí con el señor Torruco? Eso se configura como abuso de poder.

Mi experiencia me ha dado la convicción de que muchas veces los puestos públicos son utilizados por sus titulares, como una oportunidad para satisfacer antojos personales o de gente allegada a ellos, o simplemente, para hacer gala de su efímero poder.

De esa manera, recién toman sus encargos se les ve en coches nuevos, en cómodas y lujosas oficinas, conviviendo en restaurantes y bares caros, ocupando localidades de privilegio en espectáculos públicos. Por supuesto, no a cargo de su cartera, sino a costillas del erario.

Justo por la vía del halago, el Alcalde Luis Guillermo Benítez, en una de sus “mañaneras” reiteró  que se erigirá una estatua en honor a Los Beatles porque se lo pidió el Secretario de Turismo Federal.

¿A poco la alcaldía le da derecho a su titular de disponer a su antojo del espacio municipal para lucirse ante el que considera que es su superior jerárquico, en este caso, Torruco Marques? Benítez Torres tiene una visión patrimonialista, al igual que  sus antecesores.

El argumento dado por El Químico para justificar el homenaje a los músicos ingleses, es frívolo, y la verdad, encabrona, ya que más allá de la trascendencia alcanzada por la banda comandada por John Lennon, no existe ninguna razón que nos conecte a ella; en todo caso, tiene mayor merecimiento el autor del popular “Corrido a Mazatlán”, del cual, ni quien se acuerde, ya que en correspondencia al canto que nos dedicó, no hemos tenido ningún gesto de agradecimiento para el guanajuatense José Alfredo Jiménez.

El monumento a Los Beatles, de hacerse, constituirá un redondo acto de corrupción,  que será cometido por uno de los que se dicen, abanderado de la cuarta transformación y que nunca entenderá lo que significa tan alto objetivo ¡Buen día!