"El oficio de poeta"

¿Qué sería del mundo sin la poesía?, es una pregunta frecuentemente planteada. Para algunos es un quehacer inútil; para otros, es un cántico divino. Hay quienes opinan que es un oficio estéril, mientras que para otras personas es un himno a la belleza.

 

Habrá que reconocer que sin este género literario no existiría musicalidad en las palabras ni armonía en el universo. Sin la brillantez de la retórica y la magia de las metáforas se evaporarían el amor y el romanticismo. “La poesía -dijo fray Luis de León- no es sino una comunicación del aliento celestial y divino”.  El nombre de creador, escribió Torcuato Tasso, sólo les corresponde a Dios y al poeta.

 

El Poeta ve lo que otros no ven, escucha lo que otros no alcanzan a percibir y descubre vetas inexploradas en el fabuloso yacimiento de las palabras. Sin embargo, aun cuando el oficio de poeta sea grandioso, conlleva exorbitantes dosis de sufrimiento, señaló Kierkegaard.

 

“¿Qué es un poeta? Una persona desdichada que oculta hondos sufrimientos en su corazón, pero cuyos labios son de tal naturaleza que si de ellos brotan sollozos y alaridos, suenan como una bella música... Y las personas se apiñan en torno al poeta y le dicen: vuelve a cantar, es decir, deja que los sufrimientos atormenten tu alma y que tus labios conserven su anterior forma; pues el alarido no haría sino angustiarnos, pero la música es deliciosa”.

 

El filósofo danés precisó que los críticos se asemejan a los poetas, pero se diferencian en que no tienen sufrimientos en el corazón ni música en los labios. “Y por eso prefiero ser porquero en Amager (isla unida a Copenhague) y que me entiendan los cerdos, antes que ser poeta mal entendido por las personas”.

 

¿Valoro a los poetas?

 

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@rodolfodiazf