"El ritual de la vida"

La rutina no es mala, es necesaria para poner orden y disciplina en la vida. Proporciona seguridad y sentido de pertenencia a una familia o grupo, además de facilitar la realización de ciertas tareas al convertirse en un hábito.

 

Muchas de las actividades cotidianas tienen su origen y explicación en la rutina. Cómo nos vestimos, aseamos, trabajamos y nos desenvolvemos obedece a cuestiones de rutina.

 

El rito es una acción simbólica que se realiza con alguna connotación religiosa o ligamen personal, en la cual debe observarse un estricto orden. Por lo general, estos actos están conectados con un especial significado hacia alguna divinidad, familiar, amigos, fechas o situaciones.

 

Cuando el rito se disocia de su sacralidad y misticismo pierde su sentido primigenio y degenera en mera costumbre y rutina. Así sucede en muchas ocasiones con la celebración de los héroes patrios, o de los sacramentos, que se realizan por mecánica tradición e inercia.

 

El zorro, en El Principito, expresó: “Mi vida es monótona. Cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero si me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como la música. Y además, ¡mira! ¿Ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es  bien triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. Cuando me hayas domesticado, ¡será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo”.

 

¿Observo el ritual de la vida?

 

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@rodolfodiazf