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"Opinión"

"¿Eres tonto o es el internet?"

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    Me ha tocado escuchar esta pregunta de manera recurrente en varios lugares. Supongo que es una pregunta que todos nos hacemos en algún momento, y más aún, cuando nos percatamos de que las redes sociales están plagadas de personajes como Jiapsi Yañez y  La Gilbertona. Aunque estas figuras regalan una carcajada ocasional a uno que otro sinaloense, no aportan nada provechoso a nuestra sociedad. Muchos culpan a Internet de la viralidad con la cual se hicieron famosos este arquetipo de personajes.
     
    Aunque lo anterior podría considerarse un buen argumento, no hay que olvidar el pánico social y moral que siempre acompaña a la llegada de nuevas tecnologías de comunicación. La gente mostró pavor de manera análoga con la llegada de la fotografía, el teléfono y la televisión. Este fenómeno también afligió a Platón, quien afirmó que la tecnología de la escritura destruiría el arte de recordar.
     
    Sin duda alguna, el ubicuo y constante acceso a la Internet tiene una fuerte influencia sobre nuestros procesos cognitivos y por ende, también sobre la estructura de nuestros cerebros. Además, es un hecho que la tecnología de la comunicación forma y moldea a la sociedad; tan solo hay que recordar el impacto que la imprenta y los medios de comunicación han tenido sobre la sociedad. La neurociencia moderna ha revelado que los cerebros de personas analfabetas son distintos de aquellos que tienen la habilidad de leer y escribir. Entonces, si la tecnología de la imprenta y su concomitante requerimiento de saber leer pudo reestructurar el cerebro humano, es lógico asumir que nuestra adicción a la tecnología de la Internet habrá hecho algo similar.
     
    El cerebro es como un músculo, si no lo ejercitas, se vuelve débil y flácido. Si lo ejercitas regularmente, se vuelve flexible, rápido, fuerte y versátil. De alguna manera, la Internet es un análogo a hacer crossfit con el cerebro, mientras que los libros son como hacer ejercicio con peso libre. Cada método tiene sus ventajas, pero uno de ellos te proporciona un mejor entrenamiento si tus músculos no están muy desarrollados. Hacer crossfit es un excelente ejercicio para aquellos con condición física, pero resulta en lesiones y falta de resultados en aquellos gorditos que se inscriben en enero con la esperanza de bajar 20 kilos y ponerse como Schwarzenegger para Semana Santa.
     
    La Internet es prácticamente lo mismo, ésta usualmente nos dice lo que creemos que sabemos, diseminando información falsa y llena de disparates, los cuales son difíciles de discernir de la realidad si uno no tiene un cerebro ejercitado. Muchas veces, la Internet sustituye superfluidad por profundidad e imitación por originalidad.
     
    A final de cuentas, el medio no es el mensaje, y la Internet es sólo un medio, un repositorio y un archivo. Su más grande virtud es también su más grande debilidad: no es selectivo. La Internet se ha vuelto una fuente perenne de conocimiento. Conocimiento no es lo mismo que poder; sin embargo, es incuestionablemente un medio para lograrlo. La pregunta es ¿cómo utilizaremos este medio para el beneficio de la sociedad y para nuestro desarrollo como individuos?
     
     

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