"Estaban tres mexicanos..."

...sentados comiendo tacos, sopa de tortilla y plátanos flameados en un auténtico restaurante mexicano en Hangzhou, China. Uno de ellos era sinaloense, otro michoacano, otro neolonés. Todos tenían viviendo en China de 3 a 18 años. Todos estaban contentos en China, ninguno tenía planes inmediatos de regresar a México. Hay muchas oportunidades aquí, mucho dinamismo de trabajo, mucha movilidad, mucho networking local e internacional... y sobre todo, como dicen no sólo estos tres, sino todos los mexicanos que vienen a China: mucha seguridad. El sinaloense dijo, “hombre o mujer, de la edad que seas, puedes ir caminando por la calle, solo, a las dos de la mañana, y no sentir ningún tipo de aprensión”.

La conversación inevitablemente toca la política: todos observamos de lejos pero desde muy adentro, a nuestro país. Todos lo extrañamos, todos lo sufrimos. Ninguno de los tres votó por la opción ganadora más reciente, pero ninguno de los tres está deseando ninguna otra cosa más que le vaya bien. No bien, excelente. Pero ninguno de los tres estamos brincando en una pata de alegría ni tenemos un optimismo sin límites. Será que ninguno de los tres somos veinteañeros.

La conversación inevitablemente torna a hacer comparaciones. La principal: planeación. El tema: reforma educativa. En China, empezó en 1993 y está en la mitad de su tercera fase. Sí leyó bien: a principios de los 90 se hizo un plan de reforma educativa, dividido en tres fases de 10 años cada una. A 25 años de distancia, los resultados positivos han sido espectaculares, los retos que quedan aún son muchísimos; ya se trabaja en la siguiente etapa para los siguientes 20 años después de 2023. Otras muchas políticas -fiscales, lucha contra la corrupción, reorientación de la composición de la actividad económica- se planean de la misma forma: a largo plazo. Los resultados verdaderos se ven en una generación.

Más temas pasaron por la mesa, claro: ¿Mochamos manos o basta con que se aplique lo que ya existe? ¿Todos los servidores públicos deben de tener brackets de salarios, todo debe ser digitalizado por ley? ¿Qué hace el ejército, la policía, los hospitales..? Desde luego, no somos expertos en esos temas, pero en los últimos años es sano que todos nos involucramos cada vez más en la conversación. Todos queremos que nuestra amada patria, cerca o lejos, mejore. La cuestión no es sólo si tenemos la voluntad: es más bien, ¿tendremos la paciencia? ¿Podemos ver más allá de nuestras cadenas de seis años?