"Fiscalía, al cuate de Quirino ASE, con el tufo de Malova"
Cuando los amigos de Quirino Ordaz Coppel predominaron ayer por encima del movimiento social que le pidió sacar las manos como Gobernador del proceso de designación de Fiscal General del Estado, se desprendió por completo el velo de esperanza y cayó fulminada la palabra que el mandatario estatal comprometió hace apenas 75 días.
De aquellas expectativas que levantó el 31 de diciembre de 2016, al asumir el Gobierno de Sinaloa, la de proporcionar seguridad pública a los sinaloenses ha ido desplomándose desde ese día a la fecha, al imponer el récord de cuatro homicidios dolosos diarios.
La otra, la de dotar de autonomía a la Fiscalía General, ya es palabra muerta. Insostenible la vocación de los gobernantes por reivindicar el poder ciudadano, naufraga la promesa en el miedo a que la sociedad acumule instancias o posiciones que signifiquen a los políticos el riesgo de perder privilegios y potestades.
Pese a que algunos sectores sociales habrían albergado la esperanza de que con Ordaz Coppel fuera distinto, el hecho de asignarle la Fiscalía a Juan José Ríos Estavillo, amigo y ex compañero de cuarto en la etapa de estudiante del Gobernador, terminó la mascarada de la Fiscalía autónoma. No hay duda de que la cuna de Sinaloa la siguen meciendo con cuentos.
Más allá de la designación de Emma Guadalupe Félix Rivera como Auditora Superior del Estado, la 62 Legislatura se prestó a demoler la legitimidad y credibilidad de la Fiscalía que deja de llamarse Procuraduría General de Justicia del Estado, pero conserva intacta la sumisión al Ejecutivo y, por antonomasia, el modelo de impunidad alentado por el gobernante en turno.
La ASE, concediéndole a la posibilidad de que Félix Rivera dé muestras inmediatas de que rompió sus compromisos con el ex Gobernador Mario López Valdez y el ex Auditor Antonio Vega Gaxiola, tendrá que acelerar la labor de fiscalización para aportar pruebas contra servidores públicos deshonestos.
Sin embargo, los informes de auditoría que realice la ASE y que detecten delitos contra el patrimonio público se turnarán a la Fiscalía General y esta a su vez los remitirá al Fiscal Anticorrupción, puesto este que le tocará asignar a Ríos Estavillo. Es aquí donde se altera el curso independiente de la investigación y acción del Ministerio Público.
Si el Fiscal General emanó de un ejercicio de apariencia ciudadana, pero de esencia autoritaria, mismo que ponderó amistad y lealtad con el Gobernador por encima de capacidad, probidad y experiencia, qué autonomía se le podrá pedir al momento de abatir la impunidad y perseguir a los corruptos.
A la Auditora Félix Rivera se le apremia a quitarse el tufo de un sexenio, el de Malova, señalado de ser de los más corruptos de la historia, y desligarse de un ex Auditor, Antonio Vega Gaxiola, que solapó como ninguno el saqueo cínico del erario, pero ¿se les puede pedir a Ríos Estavillo o al Fiscal Anticorrupción que actúen sin la intromisión del Gobernador?
Definitivamente no. Dejemos ya la ingenuidad que nos lleva al precipicio.
Re-verso
En la farsa acostumbrada,
Al pueblo nos dio coba,
Cedió la ASE al que roba,
Y la Fiscalía al camarada.
Fiesta en la cloaca
El enojo que mostró el grupo malovista de diputados cuando el Congreso les rechazó la cuenta pública del primer semestre de 2016, debió tornarse gozo ayer porque la Auditora Félix Rivera es harina del mismo costal del que vienen ellos. ¿O no es así Juan Pablo Yamuni, Aarón Rivas y Marcial Liparoli?
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