Editorial
El presupuesto de un País, de un estado o de un municipio nunca alcanza, por lo menos no en nuestros países latinoamericanos, otros estados tienen de donde echar mano, créditos que nunca se acaban o fondos de dónde echar mano, pero no aquí.
Nuestro presupuesto es como una cobija demasiado corta, que si le jalas de un lado para cubrir un sector terminas destapando otro que se encontraba cubierto.
La llegada de un nuevo gobierno federal con nuevas ideas de cómo taparnos con la cobija finalmente no cambia el tamaño de la cobija, así que andamos estirando la cobija de todos lados con al esperanza de que el frío no nos agarre descobijados.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador y su equipo tuvieron una idea genial, hacer más grande la cobija, estirando la parte de la cobija que la corrupción le arrebata al pueblo, para cobijar algunos bolsillos en particular.
La idea es buena, el problema es que por más que le busquen la cobija sigue siendo demasiado corta y las necesidades no sólo son más grandes, sino que además siguen creciendo.
Aunado a la lucha contra la corrupción, López Obrador apela a un modelo de gobierno austero que permitirá ahorrar metros de cobija desperdiciada, sin embargo la cobija sigue tapando a pocos y dejando a la intemperie a muchos.
La última decisión ha sido despedir en bloque a miles de trabajadores de las dependencias federales, como el caso del SAT, donde cientos de personas perdieron sus empleos, y seguirá el recorte.
El problema de los despidos es que de un tajo le arrebatas la cobija a esas personas y las dejas en la calle, creando un nuevo problema social, económico y hasta de seguridad.
Los problemas de este País son extremadamente complejos, se ha dejado que todos los males crezcan, alimentados por la corrupción, la pobreza, la impunidad, así no hay cobija que alcance.
El nuevo Gobierno tiene enfrente un desafío descomunal, es tiempo de que la ciudadanía ponga de su parte y ayudemos a crecer la cobija que nos tapará a todos.
Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.
