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"Observatorio"

"La predecible rebelión de Sergio Torres"

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OBSERVATORIO

    alexsicairos@hotmail.com

    En el PRI, ¿el que pega primero gana?


    El sábado, Sergio Torres Félix desayunó con Quirino Ordaz Coppel y de refilón le mencionó su aspiración para relevarlo en el cargo, sin que el Gobernador le creciera o le cortara las alas. Con los “está bien” y “estoy enterado” como respuesta el Mandatario le dio a entender que no ha definido todavía la sucesión y esto les mete ansiedad a los otros pretensos debido a que el Secretario de Pesca ya anda armando la plataforma de lanzamiento.

    Así cerró la semana en la cual Sergio Torres les movió el tapete sucesorio al Partido Revolucionario Institucional y al Gobernador que creían que era posible estirar el procedimiento hasta el límite de los plazos formales para definir al candidato, como si los actuales fueran aquellos tiempos en que el PRI podía destapar a sus aspirantes hasta una semana antes de la elección y aun así ganaba las votaciones.

    El principal elemento de preocupación que se instaló en la cúpula estatal priista es el de la fractura ya que, acostumbrado a moverse en el terreno agreste de Los Vasitos, sindicatura de Las Tapias, Torres sabe bien que entre más temprano inicie la taspana más a tiempo se limpia la milpa y empieza la siembra. Por esa razón desbrozó a punta de machete una parte del terruño futurista al decir que aparecerá en la boleta electoral del 6 de junio de 2021, “con o sin el PRI”.

    Él le apuesta a la ley del monte, del echado pa’delante antes de que le coman el mandado, mientras el partido y el Gobierno se juegan el futuro con la disciplina de los cuadros directivos y la militancia, cargando con el trauma de que uno que se brincó las trancas en 2010 pudo ganarle la elección de Gobernador para marcar una ruta de rebeldía que otros querrán repetir en escenarios políticos donde todo indica que es mejor arrebatar que pedir.

    ¿Es una ocurrencia o un plan que tiene sentido? Para saberlo es conveniente conocer algunos datos que lleven a cada quien a esclarecer sus propios análisis. El principal es que Sergio Torres ha tenido contactos con liderazgos de partidos distintos al PRI y lo que plantea en principio es una coalición electoral amplia donde él encabece la fórmula para Gobernador. Si su partido se lo avala y si no, también.

    En el Partido Acción Nacional Sergio Torres halló acogida en el segmento sinaloense que comparte la visión del líder Marko Cortés Mendoza para forjar alianzas que ganen elecciones en lo estatal y le quiten al Movimiento Regeneración Nacional el control de las Cámaras de Diputados y Senadores, en lo federal. Y ojo con esto: el mismo día que el Gobernador y el Secretario de Pesca se reunieron, el dirigente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, reveló que dialoga con el PAN, MC y PRD con miras a coaliciones parciales o totales.

    Otro elemento que valoró Sergio Torres al violentar la formalidad proselitista es que aparece, junto con Jesús Valdés Palazuelos, dirigente del PRI en Sinaloa, a la cabeza de las encuestas internas que miden las proyecciones del voto en lo que respecta a priistas que se consideran candidateables. Los dos quieren ser abanderados por el PRI a la Gubernatura y se ve difícil que se pongan de acuerdo.

    Torres Félix no aceptará a un tercero en discordia. Está firme en que será candidato aunque tenga que enfrentar el desdén de su partido y, aparte, mantiene encendida la velita del apoyo de Quirino Ordaz aun cuando la flama amenaza con apagarse y enseguida vuelve a arder. Por lo pronto ha logrado dos ventajas invaluables: al alzar la mano dentro del PRI revolvió las antes apacibles aguas tricolor que lo dejaban fuera de la sucesión y obtiene espacios en medios de comunicación y redes sociales, unos para cuestionar su atrevimiento, otros para empujarlo al ruedo.

    De sus negativos, el Par Vial, el “Morrín”, la violencia cuando fue Alcalde de Culiacán, el caso Jimmy Ruiz, el fallido juicio político que se promovió contra él en el Congreso y su supuesto parentesco con Javier Torres (el JT), Sergio Torres afirma que está preparado para demostrar que las acusaciones son falsas. Tiene cajas de documentos y evidencias, dice, para echar abajo lo que llama “calumnias”.

    Otra verdad es que nadie le jaló las orejas al destaparse “con o sin el PRI” como suspirante por la gubernatura. No hubo tal llamada de Jesús Valdés para pedirle que se discipline y fue hasta el 26 de junio que tocó el tema con su jefe, Quirino Ordaz, cuando éste lo sentó frente a una mesa en la cual en lugar de manotazos lo que hubo fue la definición de programas de atención al sector pesquero.

    En resumen, al jugarse el todo por el todo, Sergio Torres sabe que esto es tan arriesgado como lanzarse sin salvavidas al bravo río de la incertidumbre: igual la corriente lo puede llevar a la postulación del PRI, o bien sumergirlo en los remolinos de la insubordinación, sin posibilidad de rescate.

    Reverso

    Siempre como alebrestado,
    Sergio Torres sí que lo sabe,
    Que en política la clave,
    Es nunca pecar de confiado.

    La sombra de Millán

    Luego de romper la alianza con Mario López Valdez y su gente, al que alentó en 2010 para abandonar el redil priista e irse con la oposición a una alianza ganadora, Juan Millán Lizárraga vuelve a las andadas políticas y, lejos ahora de la época de oro del millanato, se ofrece como factótum en la sucesión de 2021 en Sinaloa. ¿Qué tanto queda de aquel todopoderoso operador político para el que importaban los fines y no los medios? Por lo pronto es una silueta que poco a poco se va metiendo a los centros de decisión.

     

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