“El siglo XXI será un siglo ecológico; de lo contrario, es muy posible que no haya siglo XXII. El ecologismo será la cuestión política crucial de nuestra época, como el conservadurismo y el liberalismo lo han sido en el pasado”, escribió el filósofo polaco Henryk Skolimowski, en su libro: Filosofía viva. La ecofilosofía como un árbol de la vida.
“La ecología es el hilo que une a todo el planeta y a todos sus habitantes. La ecofilosofía es una expresión filosófica de la nueva unidad entre los humanos, el planeta y los demás seres. La ecología es en la actualidad algo más que una ideología; ha asumido el papel de una nueva religión... Necesitamos una forma de fervor religioso que una nuestras energías y voluntades en el extraordinario proyecto de salvar la Tierra y de salvarnos con ello a nosotros mismos”, subrayó.
Skolimowski señaló que la tecnología aporta grandes beneficios a la humanidad, pero también un empobrecimiento espiritual.
“Cuando nos relacionamos con el mundo a través de la tecnología, no pensamos en ser benévolos, compasivos y amorosos, sino en ser eficientes, dominantes, afirmativos. La tecnología ha traído evidentemente efectos beneficiosos, como el confort, el aumento de la calidad de vida material, la eliminación de enfermedades contagiosas, la sensación de libertad de movimiento, y ha servido de escalera para escapar de las limitaciones y constricciones de la conciencia religiosa, pero también ha engendrado una nueva imagen de lo humano: el hombre fáustico que celebra el momento buscando gratificación inmediata. El hombre fáustico sostiene que sólo se vive una vez, y que por tanto hay que vivir al límite, a costa de lo que sea y de quien sea, aunque eso signifique la ruina de futuras generaciones y la destrucción de hábitats ecológicos “.
¿Actúo con ecofilosofía?
@rodolfodiazf