"Los dos panes"

Justo un día antes de la toma de protesta del nuevo Comité Directivo Estatal del PAN, un nuevo escándalo sacudió al desmoronado Partido Acción Nacional en Sinaloa. Y es que la dirigencia estatal saliente, antes de dejar la silla decidió darse su última revolcada en el lodo otorgándose una “jugosa” autoliquidación, a todas luces ilegal y abusiva.

Inmerecidos $357,000 pesos que vienen a ponerle una piedra más a la tumba política de Sebastián Zamudio, cavada el día en que su “manejador” perdió las elecciones contra Juan Carlos Estrada quien el día de ayer rindió protesta en un abarrotado auditorio MIA en el centro de Culiacán.
Juan Carlos llegó sonriente a un evento en el que se dieron cita panistas, algunos empresarios y líderes de organizaciones de la sociedad civil que hacía mucho no se les veía cerca del partido albiazul. Llegó acompañado del dirigente nacional Marko Cortés y el delegado del CEN para Sinaloa Luis Serratos. Del PAN de Adolfo Rojo ni sus luces, Sebastián Zamudio cumplió su amenaza de ausencia, pero sinceramente en el recinto nadie lo echó de menos, porque nadie nuca extraña a los hampones.
El discurso del dirigente nacional tomó la frase de campaña de Estrada Vega. “México necesita que el PAN haga lo correcto” dijo el michoacano visiblemente conmovido por las muestras de apoyo de los presentes. Y es que, por todos es sabido que la dirigencia nacional, al menos vía su representante sonorense, tenía muy buena interlocución con el equipo perdedor del candidato Adolfo Rojo Montoya.
Pero Marko convenció en su discurso, se ganó el aplauso espontáneo de la concurrencia al reiterar que Sinaloa contaba con la dirigencia nacional para arrancar los trabajos de reconstrucción del partido.
Y justo fue eso lo que prometió Juan Carlos, “un nuevo comienzo” una nueva era en el PAN, que dará un cambio radical al partido porque irá al reencuentro con el electorado que dejó de verlos como una opción. Que comenzará un proceso de limpieza institucional, que saneará el partido en obvia referencia a la desastrosa administración que lo enlodó todo con el pestilente barro de la corrupción y el abuso.
Anunció un plan de fortalecimiento institucional que buscará darles vida a los 18 comités municipales y se comprometió en asignar más recursos para la capacitación política de la mujer, porque dijo que “se acabó la simulación y el reparto de candidaturas para las mujeres para acomodar cuotas familiares o de grupo”. Dijo que el PAN no será un testigo presencial de la elección de 2021. Dijo mucho y lo dijo bien. ¿Podrá cumplirlo aun con las amenazas internas?
En Sinaloa hay dos “panes”, uno que rindió protesta formal el día de ayer y otro que está tramando el boicot y el sabotaje. Al primero le urge cerrar la negra página de la triada impresentable Zamudio-Rojo-Villalobos. A los otros, les conviene poner trancas y troncos en la pista para que el nuevo PAN no pueda despegar.
Los intereses externos que apostaron por Adolfo Rojo y su equipo, estarán ahora empeñados en que la franquicia electoral blanquiazul no crezca, porque si lo hace el escenario político en Sinaloa se les puede complicar. Al PAN lo tenían muerto porque así les convenía, porque el juego de las cartas estaba repartido en otras manos. Para muestra la última encuesta, donde solo dos partidos apuntan a 2021.
Queda claro que en el PAN de Estrada, intransitables son las alianzas con fuerzas políticas externas que apoyaron a Rojo Montoya. Y todo pinta a que las alianzas con miras a 2021 se busquen, como ya lo han hecho, en las cúpulas nacionales del partido. Que se concreten o no, dependerá de la fuerza que tome el dirigente local que a dicho de él mismo: “No viene a simular, ni a cobrar quincenas, viene a mandar y poner orden”, para bien de su partido y por el bien de la pluralidad en Sinaloa ojalá que así sea, porque esa institución percudida en sus lodos hoy por hoy está en menos que migajas. Luego le seguimos...
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