"Los líderes que México necesita"

Rafael Morgan Ríos

Mucho se ha comentado en reuniones, cursos y medios de comunicación, sobre la ausencia de verdaderos líderes en quién confiar el desarrollo y la protección de la sociedad mexicana, lo cual es más evidente en lo que se llama “la oposición” en México, frente a un líder gobernante que ataca y destroza, no sólo a quienes se le oponen, sino a las instituciones, tanto a las conformadas por ciudadanos encuadrados dentro de las estructuras gubernamentales, como a las constituidas por ciudadanos en defensa de sus derechos frente a los actos de gobierno o de las estructuras civiles, como las empresas, los sindicatos, los partidos políticos, las universidades, etc.

Hasta el momento no aparecen líderes suficientemente fuertes, honestos, “sin cola que les pisen” y que además presenten o expongan un ideario, un conjunto de principios y de valores en los que la sociedad pueda creer, aceptar y luchar por ellos junto con ese liderazgo. Los ciudadanos se unirían sin reticencias a un líder que hable con la verdad, que cumpla sus “promesas de campaña”, que busque siempre respetar las leyes y que pida y exija que se respete el “Estado de Derecho”, ya que no es posible la sana convivencia y el desarrollo sin una estructura jurídica a la que los ciudadanos, los gobiernos y las organizaciones se sujeten.

Se requieren líderes que respeten a la sociedad y que se respeten a sí mismos, que respeten a la mujer, a los adultos mayores, a la niñez, en fin, respeten a votantes y no votantes; que acepten la participación ciudadana en las decisiones y actos de gobierno; líderes que se comprometan a mantener informada a la sociedad sobre el uso del poder, del presupuesto y de las decisiones de todo tipo; esto es, que no sean opacos sino que transparenten todos sus actos.

Líderes que crean y promuevan la igualdad de género en las leyes, el empleo y el gobierno; que protejan a la niñez y que impulse y promueva su educación y desarrollo, reconociendo a la familia como institución primigenia de la educación de sus hijos.
Se buscan líderes que quieran y sepan rendir cuentas de los bienes y recursos que se le han confiado y que se comprometan con el valor de la honestidad “en lo poco y en lo mucho”, así como en la eficiencia y el bien común, pues todo lo anteriormente expuesto es eso; Bien Común.

Líderes gobernantes que respeten la Constitución, la división de poderes y el Federalismo y que sin ninguna excusa se comprometan a proteger a los ciudadanos que sí cumplen, frente a quienes actúan contra las leyes, contra la sociedad y contra el gobierno, es decir, líderes que no acepten la impunidad y la desidia como forma de gobierno.
Pero además de poseer un conjunto de valores, se requieren líderes en el Gobierno que sepan y quieran actuar en las distintas áreas de gobernanza, comenzando por la educación, en cuyas políticas, además de recursos y respeto a los maestros, se privilegie a la niñez y a los padres de familia, con programas de estudio que promuevan la excelencia, la innovación y la convivencia social, el respeto a la ley y a los demás, el respeto a los héroes y a la Patria.

Líderes que sepan y quieran enfrentar la violencia y a la delincuencia organizada, con una política integral que incluya no sólo buenos y capaces policías, sino un trabajo de educación, capacitación y apoyos presupuestarios ahí donde se necesita y sólo mientras se necesite. Para todo lo anterior, se requiere un auténtico trabajo de inteligencia en el que la autoridad sepa quién es quién y no esté dando “palos de ciego”; además, que tenga idea clara de cómo tratar el asunto de los migrantes.

Gobernantes comprometidos con la salud del pueblo, con una política institucional, con programas preventivos, de capacitación y reconocimiento a médicos y enfermeras, pero sobre todo de respeto y cuidado de enfermos y heridos. Gobernantes conscientes y comprometidos con la ecología, con el respeto al medio ambiente, con políticas de reforestación, de cuidado de las fuentes de agua, de protección de la fauna y de la limpieza del aire y del suelo.

Líderes que sepan cómo activar la economía aprovechando nuestras ventajas internas y las circunstancias internacionales; que sepan cómo rescatar a Pemex y la CFE, aprovechando los potenciales recursos petroleros. Que sepan impulsar la productividad agropecuaria; y que favorezcan la investigación, la innovación, la digitalización y cuiden el turismo y las remesas de nuestros conciudadanos.

En suma: líderes honestos, capaces y con visión de estadistas. (Parece imposible, ¿verdad?)

cp_rafaelmorgan@hotmail.com