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"OPINIÓN"

"Los senadores que votaron contra la Constitución"

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    Qué yerro el de los tres senadores sinaloenses Rubén Rocha, Mario Zamora e Imelda Castro, que en su debut parlamentario coincidieron en votar contra la Constitución para que un “compañero verde” detente simultáneamente dos cargos de elección popular.

    Quizá, ni se tomaron el tiempo de leer los artículos 125 y 116 constitucionales, para enterarse sobre las restricciones constitucionales a este tipo de licencias. Y, es que estos senadores bisoños, hasta lo han presumido en redes sociales como un acto de congruencia, de simetría política que pone en alto los intereses nacionales.

    La verdad es que dan pena con su voto en coro se ponen al servicio de la línea que dicte el líder de su fracción y las necesidades del momento en su partido.

    Vamos, en este debut penoso se mostraron como legisladores dispuestos a “levantar el dedo” como ha sucedido siempre, por disciplina de partido y para no desentonar con la unanimidad acrítica, claro, también para no abollar su carrera política.

    Y es que vea estimado lector, la mañana del martes 4 de septiembre, estaba sobre la mesa del Senado de la República la solicitud de licencia del senador Manuel Velasco Coello, el todavía Gobernador de Chiapas que buscaba volver a su estado, para concluir su mandato de seis años.

    Un neófito en materia constitucional no vería problema alguno que el pleno del Senado le otorgara la licencia para termina su gestión en Chiapas y cuando concluya regresar a la cámara alta para seguir con el siguiente cargo de los próximos seis años.

    El problema es que teóricamente los senadores no son neófitos sino personas versadas en materia constitucional, Rubén Rocha e Imelda Castro, fueron diputados locales y saben que no se puede ir contra lo que establece la Constitución aun cuando hay quien sostiene que no es un problema moral sino político. O sea, que lo político manda, ¡vaya!

    Y así parecía. Aquella mañana había consenso parlamentario de que era notoriamente improcedente la solicitud de licencia por chocar con el artículo 125 constitucional que expresamente señala: “Ningún individuo podrá desempeñar a la vez dos cargos federales de elección popular ni uno de la Federación y otro de una entidad federativa que sean también de elección; pero el nombrado puede elegir entre ambos el que quiera desempeñar”

    Por si esta disposición fuera insuficiente el 116 constitucional establece: “Los gobernadores de los Estados, cuyo origen sea la elección popular, ordinaria o extraordinaria, en ningún caso y por ningún motivo podrán volver a ocupar ese cargo, ni aun con el carácter de interinos, provisionales, sustitutos o encargados del despacho”. Y es que Velasco, se había ido a la campaña, y ganó la elección de senador, estaba obligado a ir al siguiente cargo de elección popular.

    Sin embargo, algo pasó en la hora de la comida de ese martes, porque por la tarde las posiciones de morenistas y priistas habían cambiado, y contraviniendo el fundamento constitucional, lo que había sido un NO matutino se transformó en un SI rotundo vespertino, masivo, imponente, donde los senadores de Morena junto con los del PRI -con la excepción de la morenista guerrerense Nestora Salgado- decidieron aprobar la licencia que automáticamente pone en manos de Manuel Velasco el doble rol que impide la ley.

    Es decir, vuelve al cargo de gobernador, pero en diciembre que termina su mandato, regresara con plenos derechos al Senado de la República, salvo que un tercer interesado alegando la inconstitucionalidad de la decisión mayoritaria, lleve el caso de Velasco Coello a la Suprema Corte de Justicia para que tenga que decidir entre ser Senador o Gobernador.

    ¿Qué explica ese cambio de 180 grados de esa mañana?, hay dos versiones, no necesariamente excluyentes sino perfectamente complementarios. Una, los amarres de Ricardo Monreal para que Morena pudiera tener mayoría absoluta en la Cámara de Diputados mediante la trasferencia de cinco diputados verdes a su grupo parlamentario y la otra más grave, porque se habla de un intercambio de favores entre este y Manuel Velasco que de hacerse realidad interferiría con la actuación del Poder Judicial ya que están o estuvieron detenidas en Chiapas tres jovencitas que trabajan como operadoras de Monreal y a las que se les encontró un millón de pesos que no pudieron justificar.

    Para documentar lo segundo circula en la red un audio donde Ricardo Monreal conversa con su “amigo” Manuel Velasco, para que estas mujeres sean liberadas, pero estaba en manos de la PGR pero exhibe como se hace la política sin escrúpulos, el intercambio de favores, el torcimiento de la ley, contra lo que la gente votó en julio para que no se repita y siguen las mismas pillería con nuevos actores: Véase (https://vanguardia.com.mx/articulo/filtran-la-verdadera-razon-del-apoyo-de-ricardo-monreal-para-manuel-velasco).

    En este contexto se inscribe el voto a favor de los senadores sinaloenses que con su voto a favor violaron la Constitución para resolver un problema de mayoría parlamentaria y al parecer también uno judicial, lo que demuestra que una cosa es el discurso contra la corrupción en todas sus manifestaciones, y otra muy distinta cuando involucra el interés partidario, del líder de la fracción, el futuro de una carrera política, los tres legisladores son indefendibles.

    A todos ellos los marca para futuras declaraciones en contra de la corrupción, porque esto es corrupción política y más cuando Mario Zamora horas antes había subido a la tribuna del Senado para pronunciarse contra cualquier forma de corrupción.

    Quizá, en su alocución cargada de vehemencia, en su ADN, no está la que se da en la sede legislativa, que es la peor porque es ahí donde se elaboran y acuerdan las leyes, desde donde se cuida el país.

    La disciplina de partido, la bendita línea vertical del jefe parlamentario, el que tiene interlocución con dios, crea un antecedente pernicioso en la biografía de Morena y ojalá que quienes votaron en contra, inicien una controversia constitucional, para que el señor Velasco Coello tenga que decidirse entre uno de los dos cargos electos.

    Poner en entredicho sería hacer justicia a la honorabilidad del Senado, pero sobre todo al pueblo chiapaneco, que debe estar harto de la frivolidad del símil telenovelesco de Peña Nieto.

    En definitiva, lo grotesco de los cambios de opinión en este caso en el transcurso de unas cuantas horas, alerta de que en aras de concentrar poder se vale todo pero no se olvide que este tipo de actitudes son las que botaron al PRIANRD, y por lo tanto es una alerta para el 2021.

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