"Morenistas al poder, sin líder"

Les diseñan camisa de fuerza

 

En el aturdimiento del imprevisto poder que Andrés Manuel López Obrador puso en sus manos, los grupos parlamentarios de Movimiento Regeneración Nacional y de los partidos Encuentro Social y del Trabajo, próximos a instalarse en Sinaloa, se convierten en invitados de piedra frente a la maniobra del Congreso del Estado para convertirlos en mayoría legislativa acotada.

 

Dispersos, todavía anonadados por la “piñata” electoral que los favoreció, ayer recibieron la primera estocada que la 62 Legislatura le asesta en su ocaso a la entrante asamblea camaral, al aprobar que el Ayuntamiento de Culiacán contrate nueva deuda pública por 347 millones de pesos, adicional a la que ya tiene la Comuna por 700 millones de pesos.

 

Los diputados del PRI utilizan la mayoría abusiva y la abyección cara de las fracciones del PAN, PRD, PVEM y Panal, para legislar con perjuicio a los espacios políticos que Morena, PES y PT coparán en el Congreso y Ayuntamientos en unas semanas más. Los controles y candados que nunca se preocuparon por implementar mientras tenían el poder, hoy la “aplanadora” priista en pacto con el PAN los impone como venganza por el resultado electoral.

 

Van PRI y PAN enseguida por desprender del Legislativo a la Auditoría Superior del Estado, cambiar las reglas en cuanto al control de la Junta de Coordinación Política, presidencias de la Mesa Directiva y la Diputación Permanente, echando al pozo de la ignominia la cuchara grande con la cual ellos se sirvieron durante décadas los mejores bocados de la representación popular.

 

En esta coyuntura, los diputados que integrarán el bloque amloísta en la 63 Legislatura del Congreso de Sinaloa dilapidan un tiempo valioso al no erigirse en la oposición de cara al Congreso en funciones que les invade cronológica y jurisdiccionalmente el campo de atribuciones, al endosar deudas a los futuros alcaldes y confeccionarles camisas de fuerza a los legisladores de cuño izquierdista.

 

A pesar de que están por desocuparse las curules que abrumadoramente ocuparán, a los 17 diputados electos de Morena, cinco del PES y cinco del PT se les nota dispersos, inconexos, fortaleciendo así la presunción ciudadana de que son improvisados y que sin matriz ideológica común cada cual jala por su lado.

 

¿Quién es el líder? ¿Cuál es la agenda? ¿En qué punto de encuentro coincidirán por el bien de Sinaloa? Ni siquiera se conocen entre ellos, nadie propone el itinerario pejista a seguir en el estado, ninguno tiene idea del sello transformador que le imprimirán a la 63 Legislatura. ¿Qué esperan Rubén Rocha Moya e Imelda Castro para asumir el papel de guías que la praxis política les asigna? 

 

La crónica de la elección del primero de julio se congeló en la imagen de candidatos de la alianza Juntos Haremos Historia que salieron victoriosos y enseguida no supieron qué hacer. ¿Dónde están? ¿Qué hacen? Nadie los ha convocado a la capacitación y ni siquiera a presenciar una sesión parlamentaria.

 

A pesar de que Graciela Domínguez se perfila como coordinadora del grupo parlamentario de Morena y Fernando Mascareño al frente a la bancada del PES, hace falta el factor bisagra que los compacte como el conjunto lopezobradorista que desde el Congreso adoptará en lo local la transformación que popone AMLO a nivel nacional.

 

Debieran los diputados de Morena, PES y PT actuar en bloque para que el PRI no los inmovilice con reformas constitucionales y de la ley orgánica del Congreso que acotarían la mayoría calificada que los electores les dieron el primero de julio. Pero no. Desperdigados y turbados están inhabilitados para defender los cargos a desempeñar.

 

Re-verso

Uno abusa, otro apechuga,

En este juego desalmado,

Donde el PRI va acelerado, 

Y Morena a paso de tortuga.

 

El puente roto

Tampoco se ven los viaductos de interlocución tendidos por el gobierno de Quirino Ordaz Coppel hacia los partidos que constituirán la mayoría calificada en la 63 Legislatura. La negociación política debería estar ya a toda capacidad en Sinaloa para armonizar la relación con el nuevo Congreso y que el actual golpeteo a Morena no se interprete como el rompimiento precoz entre el Gobernador de Sinaloa y el próximo Presidente de México.