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"Observatorio"

"Noroeste: en honor a la verdad. Las tribunas que deben resistir"

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OBSERVATORIO
26/03/2018 07:25

    En lo personal soy testigo y beneficiario de la libertad para hacer periodismo en Noroeste. Letra a letra ha respetado lo que pienso, que es lo que escribo, sin interferencia de ningún tipo dándole así fuerza a la intención de que las ideas, sean correctas o equívocas, pretendan algo de empatía con lo que siente y dice la sociedad sinaloense.
    Desde aquel lunes 5 de diciembre de 2016 cuando inicié mi segunda etapa en este diario, ahora no solo de papel sino también en su versión digital, el director general Adrián López Ortiz me ofreció una tribuna libre para que intentara el esfuerzo de cinco colaboraciones a la semana, a riesgo, claro, de divergir con aquellos que piensan diferente a mí.
    El sábado 24 de marzo, mientras en Mazatlán se celebraba la Convención 2018 “Todos Somos Noroeste” realice un arqueo de poco más de un año de publicar esta columna y más de dos de participar en Noticiero Noroeste que se transmite por Youtube y se potencia en las redes sociales. En otras ocasiones he sido partícipe de eventos internos y con la invitación jamás vino una orientación editorial.
    He de confesar que algunas veces necesité de alguna pista para ir acompasado con la filosofía periodística de Noroeste y nunca encontré quien me la diera. Aunque ya la conocía desde el último año del Siglo 20 y el primero del tercer milenio. Realmente es fácil localizarla y sin hilos negros: la ética periodística, buscando proximidad con los que pretenden algo de verdad.
    Pero ¿qué es la verdad? ¿De quién es la versión más confiable? Ambas no existen de manera completa ni el periodismo de opinión es la mejor forma de encontrarla. Uno escrudiña todos los días en la realidad social y de ahí se extraen indicios para hilvanar hipótesis. Además, dejémoslo claro, los espacios de análisis raramente pretenden o se aproxima a la verdad.
    A diferencia del periodismo de investigación, que incluso debe de ser pretensión hasta del columnismo, el peso de la prueba está en la credibilidad de quien opina. Soltar una conjetura nunca será fácil, menos cuando toca intereses de tipo perverso, corruptos y delincuenciales. Cuando se da la cara para defender algo se corren riesgos, sin embargo se peligra más en lo personal o colectivo si esa idea se calla, por miedo o por sobornos.
    Ese es el Noroeste que yo conozco desde mi experiencia personal. El que nunca, lo juro si es necesario, me ha obstaculizado el pensamiento o la garantía de libre expresión. Es el periodismo que, estoy convencido, debe de subsistir en el campo minado en que se ha convertido Sinaloa.
    En medio de hipótesis  catastrofistas, de complots para matarlo por inanición, con pronósticos que lo desahucian, Noroeste ha resistido y al oponer tenacidad a los augurios y vocaciones por acabarlo, ha tomado entereza para librar el ayer duro y sobre todo para emerger en el hoy y mañana cuando las amenazas y enemigos son cada vez más perversos y mafiosos.
    Es una escuela por la cual todo periodista debería pasar. Baluarte de libertad para que el albedrío insubordinado  se manifieste y corra por rieles de emancipación. Al soportar los embates, Noroeste crece como tribuna de la sociedad. Ojalá que siempre la tengamos y que todos aportemos a conservarla, cada día más íntegra y fuerte.
     
    Re-verso
    El autoritario que apueste,
    Al silencio y la sordera,
    Antes imagine qué fuera,
    De Sinaloa sin Noroeste.
     
    Traduciendo a Meade
    Si José Antonio Meade lo que quiso decir es que para Mario López Valdez fue pródigo el sexenio 2011-2016, tiene razón. Pero si lo que plantea es que encabezó un Gobierno progresista, entonces ahí está la razón por la cual el candidato del PRI a la Presidencia de la República no prende en el ánimo del electorado.