"Parque las Riberas, un potencial local"

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Para darle continuidad a mi última columna, donde escribí sobre el potencial urbano-paisajístico que Culiacán tiene en su sistema fluvial que conforman sus arroyos y demás cuerpos de agua; me referiré en esta columna a los tres ríos de Culiacán, que actúan como intermediarios del paso del agua por la ciudad luego de recibirla de los arroyos y de las presas para distribuirla en un complejo sistema de canales para riego de cultivos.

Los tres ríos, junto con sus riberas, cubren una superficie de poco más de 300 hectáreas dentro de la mancha urbana (el Central Park de New York tiene 340 hectáreas, solo por comparar) y podría, además, significar un parque lineal de casi 30 kilómetros de largo. El Plan Maestro del Parque las Riberas (que tuve fortuna de coordinar en el IMPLAN hace ya 10 años) comprende solo 120 hectáreas (primera etapa) de lo cual solo un aproximado del 20 por ciento de las propuestas y proyectos se han desarrollado.

Lo más importante que ha sucedido hasta este momento en el parque las riberas es el descubrimiento de su potencial para el desarrollo de la ciudad. El parque apenas ha mostrado una pequeña parte de todo lo que puede ser, pero a la vez también nos ha revelado su vulnerabilidad cuando existe una gestión inadecuada.

Las riberas de los ríos están sumamente deterioradas y requieren de un costoso proceso de restauración para recuperar su paisaje de forma sostenible y reconocerlas como lo que nunca debiesen haber dejado de ser: El gran parque público de Culiacán.

Para garantizar un desarrollo sostenible, urge un nuevo plan maestro para este territorio de propiedad federal que deberá contemplar un tratamiento especial de toda la cuenca hidrológica de los tres ríos para que la restauración sea de forma integral, y donde el agua y su ecosistema sean los elementos vitales a cuidar en todo momento.

Las riberas de los ríos, entre las presas y los límites de la ciudad, deberán ser restauradas y protegidas; mientras que el recorrido de los tres ríos dentro de la mancha urbana de Culiacán tendría que convertirse en un área urbana natural, donde se intensifiquen los parámetros de conservación para beneficio de toda la población y así evitar que la actividad humana dañe las condiciones ambientales de las riberas como hasta hoy sucede.

Finalmente, y en otro orden de ideas, quiero agradecer y reconocer al Grupo Salinas (de Ricardo Salinas Pliego) que, a través de la organización Kibernus, nos hicieron partícipe de una experiencia sin precedentes en el País. Ellos organizaron un encuentro donde participamos los 35 lideres sociales ganadores del premio Kibernus al Valor Ciudadano de todas las entidades del País. Fue un evento donde se acumuló la energía social de México y de donde salimos convencidos de que el activismo social y las organizaciones con causa son un motor fundamental para el desarrollo de México. Felicidades a cada uno de mis colegas líderes en sus regiones, son ganadores y ganadoras desde el momento que decidieron dedicarse a esta labor.