"Presidente de México Lázaro Cárdenas del Río De diciembre 1, 1934 – noviembre 30, 1940"
Mario Arturo Huerta Sánchez
Después de abril de 1969, mis viajes a México los hacía una vez por mes, para asistir a las Juntas de Consejo de la CNIC, en algunas ocasiones llamaba a Doña Amalia para saludarla. También desde Mazatlán la llamaba para felicitarla en su cumpleaños (julio 10) y le enviaba tarjetas con motivo de Año Nuevo.- Así mismo yo recibía sus tarjetas de agradecimiento y de felicitación.
El lunes 19 de octubre de 1970, fecha en que me encontraba en la Ciudad de México, al regresar al Hotel Aristos por la tarde, me entregaron un recado de mi mamá, con quien me reporté de inmediato a Mazatlán. Me dijo que en la TV habían informado que había muerto el General Cárdenas. De inmediato me fui a su casa en Andes 605 en donde localicé a mi tío Coronel Luis Sánchez Gómez, quien seguía comisionado a las órdenes del General Cárdenas, y me condujo hacia Cuauhtémoc para darle el pésame: Él se encontraba de pie a un lado del féretro, acompañado de los ingenieros Gonzalo Martínez Corbalá, César Buenrostro y Julio Argüelles, los dos primeros compañeros de Cuauhtémoc y Julio además casado con Fe, sobrina del General; ellos recibían el pésame del gran número de visitantes que hacían cola desde la entrada de la casa, llegaban al féretro se detenían para ver por última vez al General, luego se dirigían a Cuauhtémoc y acompañantes para expresar su pésame y se regresaban a la entrada. Mi tío me llevó directamente hacia Cuauhtémoc y amigos y me pidió que me quedara con él acompañando a los cuatro ingenieros, por lo que yo también recibía los saludos de las visitas de composición heterogénea. Empecé a darme cuenta que algunas personas en la “cola” que se desplazaba a unos tres metros de donde me encontraba, dirigían sus miradas hacia mi y me saludaban con una discreta inclinación de cabeza, luego al llegar a mi lugar me volvían a saludar muy afectuosamente, después de cierto tiempo mi tío se retiró de su lugar y me pidió que yo me quedara. La gente pasaba en esa interminable cola, seguían los amables saludos que no dejaban de extrañarme, hasta que distinguí al famoso Torero Lorenzo Garza quien desde enfrente me saludó con una sonrisa, al dar la vuelta al féretro y dar su pésame, llegó hacia mi con una amplia sonrisa, tomó mi mano entre sus dos manos y me dijo: “Como está usted don Alfonso?”, yo sorprendido no me quedó más remedio que contestarle “como está usted Don Lorenzo?”. En ese momento le encontré explicación a todos los saludos que en forma silenciosa había recibido de tanta gente anteriormente: me confundieron con don Alfonso Martínez Domínguez, quien entonces era presidente del PRI. Recordé que antes de esa fecha, cuando en Mazatlán hubo una reunión en “La Copa de Leche” con las “fuerzas vivas” presidida por don Alfonso Martínez Domínguez, mi amigo Luis Fuentevilla Peláez me empezó a llamar “don Alfonso”, por el parecido que me encontró con él.- Después del saludo de Lorenzo Garza, me salí al jardín de la casa en donde encontré a don Federico Partida Coyt, a quién relaté el suceso que le causó mucha risa. Después busqué a mi tío Luis quien después de conocer los hechos me recomendó que regresara al mismo lugar y que les ofreciera a los saludadores las candidaturas que anduvieran buscando.
Al día siguiente partió el cortejo a las 3:00 p.m. de la casa del General al cementerio.
Había tanta gente que perdí a mi tío, quien pude localizar en su casa hasta esa noche, por teléfono por supuesto.
Pasaron poco más de tres años y medio cuando doña Amalia atendió una invitación que le hicimos mi hermana Esther y yo para que viniera a Mazatlán, fecha en que yo era Presidente Municipal, llegó ella a Mazatlán en su carro especial del FFCC el viernes 22 de febrero de 1974, día en que se iniciaban las fiestas de Carnaval, acompañada de su hermana Coty y su sobrina Fe. El Combate Naval del sábado y el desfile del domingo lo observaron desde el balcón de la casa de don José y Doña Emilia Rico. El lunes lo pasaron en la playa de la Posada Santa Fe (de mi hermana Esther y su esposo Buddy), en donde estaban alojadas. A las 7:30 les ofrecimos un cóctel y una cena en el Hotel Playa Mazatlán. El martes a la 1:00 p.m. las invité a una comida en el Club Balboa y después nos reunimos en mi casa donde tomaron café, toque el piano, conversamos y nos divertimos con diversas anécdotas. El miércoles por la noche cenamos en el “Shrimp Bucket”. El jueves llevamos a nuestras invitadas a las 8 de la mañana a la estación del Ferrocarril para abordar su carro especial en el tren que las llevó de regreso a la Ciudad de México.
Ahora que termino de escribir estas notas (agosto del 2001), han transcurrido 27 años, lapso en el que no he vuelto a ver a doña Amalia. Solamente he seguido con la costumbre de enviarle telegramas y tarjetas de felicitación con motivo de su cumpleaños y de Año Nuevo.
Asimismo yo he tenido el gusto de recibir tarjetas de agradecimiento y felicitación de su parte.
El 31 de Diciembre del 2002 recibimos con gran alegría su tarjeta de felicitación por Año Nuevo 2003.
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Mazatlán, Sinaloa, 2 de Enero de 2003.
Sra. Amalia Solórzano de Cárdenas
Andes No. 605
Lomas de Chapultepec
C.P. 11000, México, D.F.
Muy estimada Doña Amalia:
Con gran gusto recibimos como todos los años su tarjeta con afectuosos
deseos de salud y dicha con motivo del Año Nuevo 2003, lo cual le agradecemos profundamente y asimismo nosotros le enviamos con mucho cariño nuestros mejores deseos de salud y felicidad.
En lo que se refiere a su pregunta “¿Hasta cuándo nos veremos nuevamente?, para nosotros sería motivo de gran alegría que nos visitara nuevamente, por lo cual le reitero que será nuestra invitada cuando decida venir a Mazatlán. Nos hubiera dado mucho gusto precisar como fecha de su visita la del Carnaval de este año que es del 27 de febrero al 4 de marzo, pero lamentablemente estaremos ausentes de Mazatlán del 25 de febrero al 16 de marzo con motivo de que ya está programada una intervención en mis ojos para extraerme cataratas. Sin embargo, piense usted en alguna fecha que pudiera acomodarse a sus compromisos y así por favor me la haga saber para hacer los preparativos.
Por otra parte cuando estuve en la ciudad de México en el mes de junio (4 días), intenté llamarle pero no contestó el número que yo conservo en mi agenda, si lo considera conveniente le agradeceré me lo haga saber.
Me estoy permitiendo adjuntar a la presente 7 páginas que he escrito como parte de las memorias que estoy escribiendo, para suplicarle que una vez que se diera tiempo de leerlas, me hiciera el favor de señalarme las correcciones y omisiones de que adoleciera mi escrito.
Por favor reciba abrazos y saludos cariñosos de parte de mi esposa Vira y míos.
Hasta pronto.
Ing. Mario Arturo Huerta Sánchez