Francisco Coppel Azcona
En todos los periódicos y noticieros en los medios mencionan que las negociaciones para modernizar el TLCAN no llegarán a feliz término. Donald Trump ha dicho que no quiere un TLCAN, y va a seguir con sus amenazas de salirse por el simple hecho de que no se puede reducir el déficit comercial con México de un plumazo. Me parece que las amenazas han subido de tono y cada vez se hacen más realidad. Inclusive el representante comercial de EUA, Robert Zoellick, recientemente comentó que hay un 50% de probabilidades de que Trump se salga del TLCAN en el 2018. El Secretario de Hacienda mexicano, José Antonio Meade, a su vez dijo que México está buscando mercados sustitutos en Europa y Sudamérica en caso de que se cancele el TLCAN.
Las propuestas de Trump de reducir el déficit comercial con México y llevar de regreso los empleos a EUA es insuperable, sobre todo cuando son las empresas estadounidenses las que se han beneficiado de esta relación. El déficit comercial entre México y EUA proviene sobre todo, por las importaciones automotrices y de productos duraderos que hacen las empresas maquiladoras de este lado. Si México se saliera del TLCAN o ya no se renegociara, perderíamos muchos empleos, sobre todo en las maquiladoras, pero al mismo tiempo, se perderían más en EUA, porque otras empresas como las asiáticas y europeas con instalaciones en nuestra frontera con EUA, continuarían trabajando y produciendo productos para exportación al mercado norteamericano, el cual preferiría este producto por ser más barato y de calidad. A diferencia de los países asiáticos y europeos, México no le exporta productos finales propios a EUA, casi todos son de marcas globales que son ensamblados en maquiladoras en nuestro país (ejemplo pantallas).
En los mercados financieros si concluye el TLCAN vendrían meses de elevada volatilidad en el tipo de cambio y elevada incertidumbre en la bolsa de valores mientras deciden las empresas que hacer. El mayor impacto en los mercados sería el sicológico, que dispararía al alza el precio del dólar. La paridad podría llegar a los $20 pesos y el índice de la BMV podría bajar de 5 al 9 por ciento, aunque podría recuperarse en un plazo corto.
El fin del TLCAN tendrá repercusiones económicas negativas en muchas otras partes del mundo, y en muchas industrias, desde la manufactura, la energética y la agrícola.
También se provocaría un caos, sobre todo en la automotriz, autopartes, aeronáutica y electrónica que han organización sus cadenas de suministro en base a los acuerdos vigentes del TLCAN, lo que causaría, aumento del desempleo, menos inversión extranjera y menor crecimiento. Otro riesgo importante si concluyera el Tratado seria, si la FED aumenta la tasa de interés este 11 de diciembre próximo, Banco de México también tendrá que hacer lo mismo para evitar la salida de capitales golondrinos, lo cual encarecería más el costo del dinero y empujaría a nuestro país a caer en una recesión.
Las negociaciones del TLCAN continúan y la tensión sigue creciendo y acumulándose. Para nuestro país sería un grave error salirse, pero hay puntos en los cuales no se puede ceder.
