"Rocha e Imelda: informe arruinado"

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La teatral profecía de una sucesión


Será difícil desentrañar qué fue lo que sucedió el viernes 5 de julio en el teatro Pablo de Villavicencio de Culiacán, donde el primer informe de los Senadores Imelda Castro Castro y Rubén Rocha Moya dio un viraje súbito hacia el todo y la nada, enloqueciendo las manecillas del reloj político y haciendo divagar al oráculo del Movimiento Regeneración Nacional. ¿Cuántas lecturas entre líneas hay que darle a algo que es cualquier cosa menos rendición de cuentas?

A eso se refiere Joan Manuel Serrat en la fiesta en la que el noble y el villano, el prohombre y el gusano bailan y se dan la mano sin importarles la facha. Juntos, en la apoteosis de quién sabe qué, los aguerridos del Movimiento Regeneración Nacional y los enemigos terribles de La Cuarta Transformación en aquella campaña de 2018, alucinando a un pueblo que ahora busca un mesías para la sucesión gubernamental de Sinaloa.

Los incómodos morenistas y los felices adversarios, igual de encandilados unos y otros porque nadie imaginó que en un solo escenario cupieran demasiadas farsas. La misma Imelda Castro, habituada a la sencillez y enemiga de los espacios fatuos, y Graciela Domínguez, arrastrada por esa parafernalia (el réquiem a un PRI que resucita el anquilosado ritual del poder a través de sus antagonistas de izquierda) hicieron visible la estupefacción por lo impensado.

Y detrás de bastidores el maestro de ceremonias destacaba la importante presencia del empresario Carlos Antonio Sosa Valencia, el moderno rey Midas de los negocios en Sinaloa; Jesús Aguilar Padilla, quien jubiloso creyó ir al “destape” de uno de los suyos, y Héctor Melesio Cuén Ojeda, evidencia irrefutable de la posible alianza con aquel que acusó al Partido Sinaloense, en el debate de candidatos al Senado del 5 de mayo de 2018, de aprisionar a la Universidad Autónoma de Sinaloa “con una imposición política”, la cual prometió desarticular.

¿Qué objetivo pretendió el informe de los Senadores? ¿Era el lanzamiento de la campaña de Rubén Rocha a la gubernatura? ¿Fue la quimera de los grupos de la diversidad sexual aclamando a Imelda Castro como Gobernadora? ¿Pretendió mostrar el reencuentro con los enemigos públicos para el relevo sinaloense sin raspaduras? ¿Acaso se planeó con el propósito de blindar políticamente al Gobernador Quirino Ordaz Coppel en los casi dos años y cuatro meses que le restan en el cargo?

Al menos Imelda Castro se atrevió a tocar dos temas cruciales en la agenda legislativa local como son los matrimonios entre personas del mismo sexo, el cual dijo saldrá adelante atendiendo los criterios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como la reforma a la Ley Orgánica de la UAS, institución “a la que se le quiere mucho”, pero hay que defenderle la auténtica autonomía para que recupere su esencia. El momento cumbre es cuando blandió los colores de la lucha LGTB y proclamó “un Sinaloa diverso”.

Rocha Moya, por su parte, prefirió el atajo de asuntos más generales y menos espinosos como los problemas de comercialización que enfrenta la cosecha de maíz y la acusación de dumping contra el tomate sinaloense y se situó rebasado por el discurso que allí pronunció que postula que “avanzar por las rutas de la cuarta transformación significa hacer de la política una actividad reformadora”. 

Logró ser, por esta vez, el ave que cruza el pantano sin manchar el plumaje o el águila que con solo desplegar las alas provoca la aclamación de la jungla. Y el público por enésima vez embelesado en un recinto que, jurémoslo, presentó la definición de un proyecto político, no las cuentas de dos representantes populares.

En sí, lo más interesante lo planteó Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, que sí rindió su propio informe, al llamar a cuidar y apoyar a las universidades autónomas y se alzó como el héroe al dar a conocer que los 32 Senadores presentes en el Villavicencio, igual que la mayoría de Morena en la Cámara alta, decidieron respaldar todas las demanda planteadas por Quirino Ordaz en favor de Sinaloa.

Pasará algún tiempo para entender qué se intentó hacer con el informe de los Senadores. Tal vez no alcancen para descifrarlo ni los 726 días que restan a partir de hoy para el 4 de julio de 2021 cuando se realizará la elección de Gobernador. Lo que sí sabemos es que la parafernalia escénica del PRI está viva como práctica remasterizada del ceremonial político que pretende forzar los plazos y dar por ganada una votación mucho antes de que caiga el primer voto en las urnas.

Reverso
Regresó el dinosaurio viejo,
A aquel circo atiborrado,
Y bailó a paso de cangrejo,
¡Qué gran espectáculo ha dado!

Moscas en la sopa 
A Rubén Rocha se le sirvieron suculentas viandas futuristas, sin embargo, nunca faltan las moscas en el caldo. Ahí, frente a él, estaban los tres alcaldes que podrían echarle a perder el proyecto de ser Gobernador de Sinaloa. Bien portados, como si nunca rompieran un plato, “Billy” Chapman Moreno, de Ahome; “El Químico” Benítez Torres de Mazatlán, y “Kid” Estrada Ferreiro, de Culiacán, debieron sentirse aludidos cuando Ricardo Monreal llamó a los políticos de Morena en el poder a no defraudar a los ciudadanos y velar siempre por el interés del Estado.