"Sarcasmos"

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Ya aprendí: los genes no hacen una familia.

Tucídides

Es muy conocido y manoseado entre los historiadores el fenómeno llamado la “trampa de Tucídides”: cuando una potencia dominante se enfrenta a una potencia emergente, una guerra se cocina entre ambas potencias. Tucídides derivó su tesis del año 411 a. C. de la guerra entre Atenas (la potencia dominante) y Esparta (la potencia emergente). Observando el mundo de los últimos 500 años, 16 mancuernas de potencias se encontraron en esta “trampa”; 12 de esas 16 veces (el 75%) terminaron en guerras. Según algunos, EU (la potencia dominante) y China (la potencia emergente) van para allá. Sus respectivos líderes, Trump y Xi saben que una guerra así sería devastadora para ambos países (y para todo el mundo, en realidad), pero quizá sean incapaces de evitar el choque. Así parece. Ojalá no lo sea. El problema es que esa guerra sería desatada por otro país (¿Venezuela, Norcorea, Taiwán, Irán, Ucrania, Líbano?). En fin, ve  
https://www.youtube.com/watch?v=XewnyUJgyA4


Rusia y EU: amigos entrañables

“Algo de lo que se mantiene ignorante al pueblo estadounidense, es el hecho de que Estados Unidos y Rusia nunca, NUNCA, han guerreado entre sí. Al contrario. Rusia rompió filas con las otras potencias europeas y abolió la esclavitud en 1861, seguida por el Presidente Abraham Lincoln liberando a los esclavos en 1863. Cuando el Imperio británico y Francia intentaron invadir EU, la flota rusa se apresuró a protegerlo, una acción que EU pagaron 70 años después cuando ayudaron a Rusia a derrotar a los socialistas alemanes nazis”. ¿Y nos los quieren presentar como “enemigos naturales históricos”? ¿La “guerra fría” de 1946 a 1991 fue un auténtica farsa?
 

David y Goliat

Solemos ver a David como el frágil pastorcito adolescente que se enfrentó semi desnudo a un gigante filisteo acorazado con una impresionante armadura, escudo y una formidable espada. Bueno, la realidad es que así fue… y al mismo tiempo no fue exactamente así. Porque la ventaja bélica no estaba de parte de Goliat sino de David, por extraño que esto pueda parecer. Me explico. Los ejércitos de la época, y hasta la invención de la pólvora, constaban de tres fuerzas: la infantería integrada por soldados de a pie que intimidaban con su movilidad, habilidad y fiereza; la caballería, que avasallaba con velocidad, peso y contundencia; y la artillería, que mataba a distanca con flechas y con piedras lanzadas por arcos, ballestas, catapultas… y hondas. La honda que sabía manejar David, porque lo había hecho toda la vida, no era un juguete sino un arma en toda la extensión de la palabra. Cuando David la giraba, la honda daba seis o siete vueltas por segundo, o sea que la piedra salía disparada a unos 35 metros por segundo, más veloz que una bola de beisbol lanzada por el más rápido de los pítcheres. La piedra que lanzó David era típica del Valle de Elah, no una piedra “normal” sino una mezcla de bario y sulfato, dos veces más densa y pesada. Si se hacen los cálculos balísticos, la fuerza del impacto en la frente del gigante es más o menos equivalente a la de una bala disparada por una pistola calibre 45. Un hondero experimentado era capaz de herir, mutilar y hasta matar a una víctima a 180 metros de distancia, y era capaz de acertarle a un pájaro en vuelo. David estaba mucho más cerca que eso de Goliat, de manera que se entiende su confianza en darle entre los ojos y dejarlo fuera de combate. ¡Toda la ventaja estaba de su parte! Además según todas las especulaciones, Goliat el gigante de 2.06 metros (cuando el promedio de estatura en ese lugar y esa época era muchos centímetros menor), sufría de acromegalia, que vuelve lentos de movimientos y cortos de vista a quienes padecen esta enfermedad. Esto es, Goliat llevaba todas las de perder. Contra lo que nos han hecho creer, la fuerza suele no estar del lado que parece. Malcolm Gladwell, ttps://duckduckgo.com/?q=TED+Malcolm+Gladwell&atb=v98-1&ia=videos&iax=videos&iai=ziGD7vQOwl8