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"Opinión"

"Se queda fuera Sinaloa del primer plan de AMLO"

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14/09/2018

    Arturo Santamaría Gómez

    Andrés Manuel López Obrador, reunido en su casa de transición con 12 gobernadores, anunció el pasado miércoles un programa para impulsar un plan de desarrollo en 15 ciudades fronterizas, del centro y del sureste del país con altos índices de marginación y violencia.
     
    Las ciudades de la frontera norte son San Luis Río Colorado, Sonora; Tijuana, Baja California; Matamoros, Tamaulipas; Acuña, Coahuila; y Juárez, Chihuahua.
     
    En el Estado de México: Nicolás Romero, Chimalhuacán, Texcoco, Chalco y Cuautitlán Izcalli.
    Y las ciudades turísticas costeras incluidas son: Acapulco de Juárez, Guerrero; Los Cabos, Baja California Sur; Bahía de Banderas, Nayarit; Puerto Vallarta, Jalisco y Solidaridad, Quintana Roo.
     
    A este plan de desarrollo urbano y vivienda el gobierno de AMLO destinará 10 mil millones de pesos.
     
    El Presidente electo indicó que, en el caso de las ciudades turísticas, el objetivo es reducir las brechas de desigualdad.
     
    “No queremos los contrastes, que duelen, que indignan, que hay hoteles de gran turismo en ciudades del Caribe y del Pacífico y al mismo tiempo hay colonias donde no hay agua, no hay drenaje, no hay servicios públicos, hay mucha pobreza, inseguridad, violencia”, enfatizó el triunfador del 1 de julio.
     
    No se dieron a conocer, al menos en las notas periodísticas, los criterios con los que se seleccionaron las ciudades que serán beneficiadas y no resulta fácil especular cuáles fueron los criterios para determinar por qué esas zonas urbanas fueron escogidas. Aunque es obvio que sobran las poblaciones que podrían haber sido incluidas si es que hablamos de pobreza, violencia e inseguridad.
     
    Podría pensarse que ciudades azotadas por la violencia como Matamoros y Ciudad Juárez en la frontera norte, Acapulco en el suroeste o Chalco y Cuatitlán en la zona metropolitana del Estado de México entran perfectamente dentro de los parámetros generales que anunció AMLO; sin embargo, queda la pregunta de por qué se dejó fuera Ecatepec, en el Estado de México, por ejemplo, cuando es la ciudad más violenta de toda la zona metropolitana de ese espacio y una de las más pobladas e inseguras del País; o por qué excluir a otras áreas de la República como el Bajío, donde Guanajuato se ha convertido en un infierno, o la zona metropolitana de Culiacán-Navolato  donde se ha ido degradando rápidamente su calidad de vida debido a una delincuencia desatada.
     
    Ciertamente, es un programa tan sólo para 15 ciudades. Quizá es una idea piloto o un plan de prueba de restañamiento social o, simplemente, siguiendo la tradición política mexicana, se busca fortalecer la presencia del partido gobernante en ellas. No parece ser así, pero esta conjetura no la podemos dejar fuera si observamos lo que hasta la fecha han hecho los partidos en el poder.
     
    Quizá sólo un puñado de ciudades mexicanas están exentas de una violencia e inseguridad sistemáticas, donde los contrastes sociales no son tan marcados y sus servicios públicos son satisfactorios, (pero por más que me esfuerzo no encuentro ninguna), así que la selección de 15 urbes bien podía haber sido al azar.
     
    Andrés Manuel López Obrador incluyó en su plan a las principales ciudades turísticas del País, pero no a Mazatlán. Quizá le informaron que Quirino Ordaz con el apoyo de Peña Nieto ha llevado a cabo una gran inversión, incluso todavía en curso; pero probablemente no le dijeron que casi todos los recursos se destinaron a los espacios turísticos del puerto y no a otros.
     
    En apariencia el plan del Presidente electo no busca fortalecer la infraestructura turística sino invertir en zonas menos favorecidas con el propósito de enfrentar los marcados contrastes sociales que regularmente imperan en este tipo de ciudades, y si es así Mazatlán nada en la abundancia de desigualdades sociales.
     
    En fin, lo deseable es que se anuncien planes semejantes para otras áreas y ciudades de México porque la deuda histórica con las zonas marginales es enorme.
     
    Posdata
    La actual dirigencia panista dice que va a purgar a Roberto Cruz por haber apoyado a Morena en la pasada contienda electoral. ¿Y por qué no pidieron en su momento la expulsión de Felipe Calderón por haber apoyado a Peña Nieto? ¿Y también van a despedir a los panistas sinaloenses que le dieron su respaldo a Margarita Zavala cuando ella ya había renunciado al partido?
     
    Más bien parece el pretexto para deshacerse de un militante incómodo y respondón que no les sigue el juego.
     
     

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