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"Observatorio"

"Sinaloa y el titubeo militar de AMLO"

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OBSERVATORIO

    alexsicairos@hotmail.com

     

     

    Cienfuegos, El Sauz y Quirino Ordaz

     

     

    En el marco de la guerra silenciosa que se libra al interior de las Fuerzas Armadas de México, el viernes vino a Sinaloa el General Salvador Cienfuegos Zepeda a avalar la estrategia de la Secretaría de la Defensa Nacional para que el Ejército siga al frente de las tareas de seguridad pública. A mes y medio de dejar el cargo, el alto jefe militar trajo señales encontradas con las que envía Andrés Manuel López Obrador.

     

    La Sedena se jugará con los gobernadores aliados, hasta el último día del actual régimen, la apuesta por la militarización del combate a la violencia sin importarle que el despliegue de soldados a estados como Sinaloa, con la base El Sauz arraigará a 3 mil 500 elementos de la Policía Militar, atraviese por un período de incertidumbre.

     

    Lo poco que se conoce de las políticas públicas del Presidente electo relacionadas con el cuerpo castrense nacional es que compactará en un solo bloque al Ejército, Fuerza Aérea y Armada de México, creando también un órgano civil que vigile la actuación militar. Además ha dicho que le dará forma a la Guardia Nacional y reclutará a 50 mil jóvenes para que fortalezcan las tareas de seguridad pública.

    Hasta el momento es todo un misterio si el nuevo gobierno continuará con el desplazamiento de tropas a las diferentes regiones del País para que prosigan en funciones que corresponden a la Policía. Es de suponerse que no, si se toma en cuenta la decisión ya tomada por López Obrador de desmantelar el Estado Mayor Presidencial y, muy posiblemente, vetar la Ley de Seguridad Interior que Enrique Peña Nieto aventó como papa caliente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

     

    Son medidas que no son del agrado de la élite del Ejército de México. En ese contexto de al menos turbación militar circula en redes sociales la carta que un supuesto soldado le dirige a AMLO instándolo a respetar la institución militar, de la cual le ofrece lealtad pero le espeta que su concepto de defensa nacional es erróneo.

     

    Usted pretende convertir al Ejército en guardia civil, eso sería un gravísimo error. Ningún gobernante que quiere pasar a la historia como un estadista se deshace de su ejército. Por el contrario, lo emplea como el más fuerte instrumento a su disposición para proteger al Estado”, le dice el militar anónimo.

     

    Detrás de todo esto hay un descuido de formas porque antes de que el Ejército le jure lealtad, lo que ocurrirá después de que rinda protesta como Presidente de México, López Obrador ha permitido la fuga de información desde su equipo de transición relativa a las reformas que hará a las fuerzas armadas, inquietando a mandos militares y soldados rasos.

    El Ejército Mexicano es la institución más vulnerable en escenarios de incertidumbre. Cuidado con eso. En unos días vendrá a Sinaloa el todavía Presidente Enrique Peña Nieto a inaugurar el moderno complejo El Sauz que le apuesta a la continuidad de la militarización de la seguridad pública y para esas fechas la incomodidad en los Generales y tropas irá creciendo.

    Se trata, por un lado, del proyecto con la inversión de alrededor de 750 millones pesos que ha abrazado el Gobernador Quirino Ordaz porque es, al menos hasta el 31 de noviembre, la carta que Peña Nieto se juega en materia de seguridad pública. Solo que a partir del primero de diciembre las reglas habrán cambiado y en el dilema que turba hoy al Ejército va incluido la disyuntiva de traer más militares a Sinaloa o regresarlos a los cuarteles.

     

     

    Re-verso

    De los cien fuegos, General,

    Uno exige su atención:

    El asomo de rebelión,

    Que avanza a paso marcial.

     

     

    La primera chispa

     

    Todo indica que la propuesta de López Obrador de desaparecer el Estado Mayor Presidencial, integrado por 2 mil 865 efectivos, fue Ia brasa tirada en el pasto seco del desconcierto militar. Recordemos entonces, solo para no olvidar, las últimas palabras que un Presidente (Enrique Peña Nieto) pronunció en febrero de 2018 como elogio al EMP que “está sustentado jurídicamente y se trata de un órgano del Estado que al proteger la institución presidencial contribuye a la seguridad de la nación, es un cuerpo militar y civil que inspira confianza y respeto, certidumbre y admiración. Al apoyar a la Presidencia de la República ustedes no sirven a una persona sino a toda la sociedad”.

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