"Betina y su familia no existen...y no son los únicos en esa situación"

"A raíz de la enfermedad de uno de sus hermanos, la joven de 29 años de edad acompañada por su familia caminaron tres horas y media por la Sierra Madre Occidental desde Jikapory hasta San José de Gracia para poder registrarse y así contar con un documento que les dé identidad"

San José de Gracia, Sin.-Cerca de 100 personas se remolinean como hormigas alrededor de las computadoras, entre ellos destaca Paula, una mujer de estatura baja, piel morena y vestido color lila. Ella hace fila pacientemente en uno de los módulos de registro civil que acudieron a San José de Gracia para brindar servicio el pasado 3 de diciembre.

Cuando llega su turno Paula trata de explicar su situación, viene a registrar a su hijo porque no tiene acta de nacimiento; le cuestionan por los papeles que necesita, ella dice no tener ninguno; le solicitan una cartilla de vacunación, no sabe qué es. El encargado le pregunta por el niño, resulta ser un joven de 21 años quien unos días antes había estado enfermo y para poder atenderlo en el hospital le pidieron su acta de nacimiento con la cual no cuenta, por cierto, Paula tampoco.

Los encargados del Registro Civil se desesperan pero le explican que la única forma en que pueden ayudarla es que acuda a la oficina de la Sindicatura de San José de Gracia a solicitar un registro de identidad, con ese documento pueden validar emitir un acta de nacimiento. Paula no comprende y se acerca su hija Betina para poder hacerse cargo de la situación.

Paula y Betina no van solas, acudieron acompañadas de Casilda, Elvira, Antonio, Venancio, Salo y Lencho, quienes son su familia. Ellos son de Jikapory, una comunidad que está en la parte alta de la sierra del municipio de Sinaloa, fueron juntos porque ninguno cuenta con acta de nacimiento o algún documento de identidad.

Unos días antes Betina y su familia se enteraron de que tendrían la oportunidad de darse de alta en el registro civil porque acudiría una jornada de apoyo a San José de Gracia, y así podrían solicitar todos su acta de nacimiento.

San José de Gracia y Jikapory son comunidades en lo alto de la Sierra Madre Occidental a cinco o seis horas de la cabecera municipal Sinaloa de Leyva; localidades amuralladas por montañas donde no llega la señal de celular, por lo que Betina se enteró de los servicios cuando les dijeron por radio que es la vía de comunicación que utilizan los pobladores.

Betina, su mamá, sus hermanos y sus tíos se levantaron el martes a las 03.30 horas y emprendieron a pie el camino desde Jikapory hasta San José de Gracia. Fueron cuatro horas de recorrido que lo hicieron en huaraches de correa y cargando un par de mochilas.

La joven tiene 29 años de edad y no tiene un documento que avale su identidad o que le dé existencia ante las autoridades. Ella al igual que su familia no acudió a la escuela, no sabe leer ni escribir. Se dedica a la siembra de maíz, con ello saca adelante a sus tres hijos y su marido que no puede trabajar.

Los niños de Betina sí están registrados, pero ella y los integrantes de su familia no han podido por no tener lo recursos suficientes.

“A veces no hay dinero, cobran y no nos alcanza”, narra.

De acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el 1.3 por ciento de la población en Sinaloa no cuenta con un acta de nacimiento.

En México poco más de 900 mil personas nacidas en el territorio nacional no están inscritas en el registro civil o no cuentan con un acta de nacimiento. El 30.1 por ciento corresponde a adultos de 18 a 59 años de edad, y el 31.5 por ciento a niños de 0 años de edad.

Del total de personas que no cuentan con un acta ni registro de nacimiento, el 22.7 por ciento se reconoce como indígena y se concentran en los municipios con altos índices de marginación, detalla el INEGI.

Betina y su familia se identifican como rarámuris, sin embargo, Jikapory es una comunidad que destaca por tener integrantes de la etnica tarámari, un pueblo que no existe y cuyos integrantes no tienen tradiciones específicas y son grupos conformados por 50 o 60 personas. También hay población tarámari en Alisos de Olguín, otra comunidad vecina a San José de Gracia.

Los tarámari no tienen apellidos, solamente nombres, pero Betina y su familia se identifican con los apellidos Bandera Ichámoche.

Jikapory es un poblado amurallado por la Sierra Madre Occidental, pero a diferencia de San José de Gracia en el que el verde de la vegetación predomina en las montañas, Betina dice que en su comunidad los cerros están “pelones” por la siembra, pero aún así sonríe cálidamente al explicar que es muy bonito allá.

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