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"The Joy"

"Café Marimba, un lugar creado en Culiacán que provoca sensaciones"

"En Culiacán existe un lugar en el cual se buscan provocar sensaciones positivas, se llama Café Marimba"
07/05/2018

Noroeste/Publicidad

En Culiacán existe un lugar en el cual se buscan provocar sensaciones positivas, se llama Café Marimba, está en Las Quintas, por la Gran Avenida El Dorado. El dueño es Jorge Peraza Sato quien se encarga de sostener el sitio para cumplir con el objetivo.

Jorge explica que para él Café Marimba representa una plataforma para provocar sensaciones en Culiacán, como la de brindar la sensación de que existen espacios o posibilidades donde la vida puede ser más llevadera o menos violenta, otra posibilidad de vivir incluso dentro de Culiacán.

Por eso su eslogan es “piensa bonito”, con el fin de promover un espacio diferente a las notas rojas de los periódicos.

Lo hace por medio de lo que se escucha en las bocinas, por medio de lo que se puede ver en las paredes, en las pizarras, del personal que trabaja ahí, de lo que se huele, de lo que se prueba, por medio de todas las texturas que se dan en la construcción del lugar.

Que se dan en la decoración, en la madera, piedra, ladrillo, las plantas, el plástico y es una combinación de texturas para el tacto, para la vista, para los aromas.

La inmersión de Peraza Sato en el mundo gastronómico fue por un gusto y tradición familiar, recuerda que su papá siempre ha sido un anfitrión de primera, además de ser un patriota culinario de cierta manera, que siempre buscó rescatar y resguardar lo mexicano y sinaloense en la cocina.

“Donde es La Chuparrosa Enamorada es el rancho donde nosotros crecimos desde chiquitos, cuando éramos niños mi papá tenía vacas, árboles de mango, de guayaba, había caballos, cochis, íbamos con nuestros amigos al rancho de los Peraza, al rancho de mi papá, siempre tenía invitados, todos los domingos“, recuerda.

Señala que su papá se dedicaba a la construcción, entonces era muy común que la gente de los contratos fuera de invitados a su rancho, como su padre siempre ha sido un “apapachador” a través de la comida, en las reuniones que tenía siempre había natas, huevos de rancho, cazuela, pozole, tortillas del comal con maíz, mojarras, bagres, cauques y todo lo de la entidad, entonces él se inició en el oficio por la vocación de su papá.

Cuenta que su papá dejó de dedicarse a la construcción porque era muy cansado, entonces los amigos lo impulsaron a la industria gastronómica, le decían que los dejara de invitar gratis, que comenzara a cobrar, fue cuando les tomó la palabra, mandó un mensaje a todos y les dijo: “este domingo es el último que comen gratis, el próximo domingo esto se abre como desayunador” y así surgió La Chuparrosa Enamorada.

“Así fue domingo tras domingo, que los amigos de los amigos traían a sus amigos a desayunar, hasta que no se sabía qué hacer con tanta gente, se abrió los sábados también, se construyó una cocina nueva, luego se construyó una segunda cocina, que inmediatamente quedó chica y se terminó construyendo una tercera cocina para dar abasto los dos días”, recuerda.

De esa manera se pasó a la industria restaurantera, después de cinco años de tener La Chuparrosa Enamorada se compró el Café Marimba. Jorge se encarga al 100 por ciento del Café Marimba y aunque es una empresa familiar nadie se mete en su dirección.

En 2003 incursionó en la industria restaurantera con La Chuparrosa Enamorada, para el año 2008 da un giro y adquiere el Café Marimba como parte del proyecto familiar, el café tenía un año aproximadamente que se había inaugurado cuando adquiere la administración.

“Ser gastronómico representa por la formación y herencia que traigo ser un patriota, ser alguien con la posibilidad de rescatar nuestras raíces a través de la comida, ser un anfitrión, apapachar gente”, señala.

Dice que un restaurante viene de la palabra restaurar y hay comida que restaura, ambientes que restauran y hay comida que en lugar de restaurar perjudica y ambientes que en lugar de relajar perjudican o estresan.

Advierte que se toma muy en serio el lado de dar cosas positivas para que la gente salga con fuerza, pues es algo que considera representa dar energía por medio de los alimentos, de la ambientación, del lugar, del apapacho.

El paso a la provocación

Jorge dice que se compró el café con todo y nombre, era de una amiga de él y de su pareja, María Tatiana se vino a vivir de Guadalajara a Culiacán, con toda la onda que se estaba dando allá de cafés, cosas relajadas y en la inauguración de Marimba fue como invitado, estaba ahí platicando con ella y le dijo: “Cuando te aburras de este negocio yo lo quiero, a mí es al primero al que me lo debes ofrecer” y cuenta que así fue.

“Yo estaba en La Chuparrosa, un concepto netamente sinaloense y eso me cerraba las posibilidades de conceptualizar, pues todo tenía que ser dentro de lo sinaloense, dentro de lo ranchero. Sí ha habido posibilidad de meter cosas nuevas, cosas fuera de sinaloense, pero este lugar (Marimba) cuando yo lo vi dije aquí cabe todo, aquí cabe cualquier idea, no nada más el concepto sinaloense, aunque la sazón es muy sinaloense”, señala.

Recuerda que desde que lo vio le gustó mucho, le inspiró para expresar sus ideas, sus conceptos. Ahora lo considera más que un restaurante o un negocio, una posibilidad para expresar, como una instalación de arte, un “sensorama”, una forma de comunicar por medio de todos los sentidos.

 

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