"César Alfredo, 14 años representando a Jesús en Guasave"
GUASAVE.- Desde hace un mes, César Alfredo Espinoza se preparó para algo que ya es habitual en él: representar a Jesús en el viacrucis.
Ingeniero de profesión y con 40 años de edad, con este suma 14 años en el que desempeña el papel del hijo de Dios en la representación, lo que considera un privilegio.
“Para mí es un privilegio tener la oportunidad de representar a lo máximo que tenemos en nuestra Iglesia católica, nos preparamos con un poco más de un mes de anticipación, ensayamos, la eucaristía, la oración, el rosario, el sacrificio y muy contento de tener la oportunidad un año más.
Fue en 2006 cuando por primera vez decidió participar en la Pasión de Cristo y desde entonces ha sido el único Jesús en la representación que se realiza entre los feligreses guasavenses.
“Es el catorceavo año este que Dios me da la oportunidad de representar el sufrimiento de su hijo Jesús, de representar el sacrificio que él hizo por nosotros, de representar el amor con el que entregó su vida”, expresó.
Para César Alfredo, cargar la cruz, ponerse la corona de espinas y ser azotado durante un recorrido que duró más de una hora, más que un sacrificio, es un orgullo.
“Es un honor, un regalo, lo siento más como un regalo que él me da. Para mí (en Semana Santa) no hay otro plan más que estar aquí y las veces que Dios me haga la invitación seguiré igual. Mientras Dios me llame aquí estaré”, dijo.
Para el padre Juan Raúl Aguirre Veas, la representación de la Pasión de Cristo busca la reflexión de las personas en el profundo amor de Jesús al entregar su vida en beneficio del ser humano, ya que su muerte trajo para todos, el perdón de los pecados.
“Como cada año la Semana Santa nos invita a concentrar nuestra atención en este ofrecimiento de Jesús total de su persona, cuerpo y alma en beneficio de nosotros, hoy viernes especialmente al recordar en el viacrucis lo que él padece en el camino a su crucifixión y su misma muerte”, expuso.
La pasión, muerte y resurrección de Jesús, destacó, es la piedra angular del cristianismo.
El sacerdote llamó a los guasavenses aprovechar estos días para mirar la cruz con gratitud y amor, y ver la manera de unirse a ese sacrificio ofreciendo alguna renuncia, como un gesto de amor para quien ofreció su vida.