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"MALAS COSTUMBRES INDUSTRIALES Y ALIMENTICIAS"

"COLUMNA / Popó: La fragancia de invierno que está en boca de todos"

"Además de la descomposición social que estamos viviendo en la capital ¿acaso hay algo más pudriéndose en las entrañas de Culiacán?"

Si no has estado en Culiacán o sufres de hiposmia, has tenido la fortuna de no haber disfrutado la suave brisa invernal que impregna la ciudad, la cual tiene un dejo a heces fecales. Este nauseabundo aroma se ha esparcido por toda la entidad.

Además de la descomposición social que estamos viviendo en la capital ¿acaso hay algo más pudriéndose en las entrañas de Culiacán?

La pungente fragancia de Culiacán puede deberse a unas cuantas moléculas orgánicas: aminas volátiles, indol, amoniaco y metano.

Las aminas volátiles, particularmente trimetilamina y dimetilamina, son compuestos derivados del amoniaco. Éstas moléculas están asociadas con olores putrefactos. El indol es un compuesto orgánico derivado de la degradación del triptófano, ese aminoácido que ayuda al cuerpo a producir serotonina. Éste producto está presente en las heces de los mamíferos por efecto de la fermentación intestinal y es culpable de olores fétidos.

El amoniaco es un compuesto químico de nitrógeno con un característico olor a putrefacción y es producto del metabolismo de la urea (lo que se te sube cuando consumes mucha carne roja).

El metano es un compuesto sin olor que al mezclarse con materia orgánica en descomposición, usualmente ácido sulfhídrico, nos da ese olor característico a huevo podrido.

¿Cual es la fuente de estos olores?

Nuestra aversión a las aminas volátiles es meramente narcicismo humano. Dichos olores penetrantes no fueron diseñados para nosotros. Usualmente asociamos olores dulces con abejas siendo seducidas por las flores. No obstante, existen algunas especies arbóreas cuyas flores emiten aminas volátiles con el fin de atraer escarabajos y moscas como polinizadores.

Empero, estas especies no abundan en nuestra entidad.

La principal fuente de indol, amoniaco y metano son la industria agropecuaria y los desechos humanos. El incremento en la fetidez del aire culichi pudiera ser secundario a un aumento en la producción de desechos provenientes de la industria ganadera y agrícola, así como a una deficiente depuración de los desechos humanos con alto contenido de amoniaco (a los culichis nos encanta la carne).

Esta combinación de odorantes no sólo es un insulto a nuestra nariz, sino que también es nociva para nuestro medio ambiente y nuestra salud.

El amoniaco es tóxico para los seres humanos (y cualquier forma de vida eucariota) y contribuye a la acidificación del suelo y agua.

El metano es un gas con una gran capacidad para absorber energía infrarroja y es, junto con el dióxido de carbono (CO2) y el óxido de nitrógeno (NOx), la principal causa del calentamiento global.

La calidad del aire en esta ciudad es un reflejo, no sólo de nuestras malas costumbres industriales y alimenticias, sino también de una indiferencia por parte de nuestras autoridades (¡oh, sorpresa!).

De acuerdo con Abel Romero Pérez, director de Protección al Ambiente, el monitoreo de la calidad el aire se realiza a través de tres cabinas que están situadas estratégicamente en las ciudades de Culiacán, Mazatlán y Los Mochis. En Abril de 2017 reportó que los índices de contaminación del aire se encuentran por debajo de los límites permitidos por las normas oficiales mexicanas.

Esto resulta difícil de creer. La industria agropecuaria Sinaloense produce cantidades exorbitantes de amoniaco, CO2 y NOx. Asimismo, no existe camión urbano que no parezca locomotora de carbón, y no existe una conciencia en nuestra población por la disminución del consumo directo e indirecto de combustibles fósiles. No es de sorprendernos que Culiacán amanezca todos los días con una bruma color mostaza en el firmamento.

Asimismo, el Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (SINAICA) mantiene un monitoreo nacional de la calidad del aire con datos obtenidos de cada entidad federativa. En su portal, el cual muestra datos en tiempo real, no existen datos para el estado de Sinaloa.

Actualmente, los culichis no sólo somos víctimas de la cacofonía producida por el reggaetón y la música mafiosa; también estamos siendo dañados por la inadecuada política ambiental que ocasiona esta cacosmia a la cual hemos sido sometidos últimamente.

Si no reducimos nuestro consumo de carne y combustibles fósiles, Sinaloa está a unos cuantos lustros de convertirse en un yermo contaminado. Esto no es una hipérbole, actualmente hemos cruzado el punto de no retorno (en cuanto a los efectos del calentamiento global se trata); empero, aún estamos a tiempo de prevenir que nuestro único hogar se convierta inhabitable para la siguiente generación.

"Pero ¡hey!, no puedo dejar de comer carne", dice la mayoría. Los culichis nos jactamos de ser carnívoros y nos mofamos de aquellos que adoptan una dieta alternativa; así como los musulmanes fundamentalistas se jactan de oprimir a la mujer, "mochan" manos/cabezas de disidentes y ridiculizan a quienes no comparten su estilo de vida.

Si no estamos dispuestos a dejar de comer carne, podemos al menos disminuir su consumo y exigir a nuestras autoridades regular adecuadamente todas aquellas actividades que ocasionan el aumento de estos contaminantes.

Les recomiendo ver los documentales "Before the Flood" y "Cowspiracy", ambos disponibles en Netflix.

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