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"Con su arte, Silvia Sugey Solorio adorna a la Virgen de Guadalupe en Escuinapa"

"La creativa habla del arte que le fue heredado por su tía Dolores Domínguez, quien cada año viajaba de Mazatlán a Escuinapa a vender sus flores. Hoy le alegra que sus guías y coronas de flores están en muchos hogares"

ESCUINAPA. _ Las manos de Silvia Sugey Solorio Rubio se mueven diestras sobre el papel ‘crepé’ de color amarillo que será el pistilo sobre el que se formará una flor.

Mientras el alambre sostiene el centro de la flor, las manos se mueven rápidamente para seguir haciendo el tallo de color verde, así se hacen las guías y coronas que desde hace 20 años ofrece para adornar las imágenes de la Virgen de Guadalupe.

Este es un arte que le fue heredado por su tía Dolores Domínguez, quien cada año venía de Mazatlán al municipio a vender sus flores y que fue quien le enseñó a laborarlas.

“Mi tía fue quien me enseñó a hacer estas flores y también quien me dejó este espacio de venta, ella venía de Mazatlán a vender, pero cuando me enseñé me dijo que me hiciera cargo, para ayudarme en lo económico”, explica Silvia Sugey.

Tiene 43 años, de los cuales 20 años ha dedicado a la elaboración de flores, no lo hace para el Día de Muertos, su meta siempre son las festividades del día de la Virgen de Guadalupe.

Ofrece las flores para formar guías o coronas para la Virgen, es un trabajo que le lleva a estar sentada cortando papeles, alambre recocido y formando flores desde las 6:00 horas hasta las 22:00 o 23:00 horas, depende de las solicitudes que tenga.

“Me gusta hacer flores, mi tía me enseñó a hacerlas, pero poco a poco porque es una actividad que me gusta, fui haciendo otras cosas y cada año solo esta temporada trabajo”, explica.

Son tres semanas que regresa a estar en el municipio a casa de sus padres, a empezar con la elaboración de flores, es el tiempo que tiene programado para vender sus coronas y guías.

El tiempo en que sabe que tendrá jornadas largas de trabajo, sentada, con pegamento en sus manos, con las tijeras cerca, con el comedor inundado de papel.

Es algo que disfruta, la jornada no le resulta tan pesada por eso a veces hasta sale a vender por la calle sus flores, en 20 años conserva sus clientes y ha ido haciendo más.

Este arte se lo ha enseñado a su cuñada, aunque siempre cada quien tendrá su particularidad y la forma en elaborar las flores, ella disfruta de saber que en muchos hogares las flores que sus manos elaboraron adornarán la imagen de la Virgen de Guadalupe, cumpliendo así con una tradición que le llena de satisfacción.

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