"Deja joven su casa en la sierra de Concordia por la violencia y halla otra desgracia"

"Juan Ricardo “N”, de 15 años de edad, está estable, pero triste tras haberle cercenado una pierna una trituradora de hielo"

MAZATLÁN._ Obligado por la violencia que se vive en la sierra de Concordia dejó su casa en el poblado La Petaca.

Lo hizo en medio de un profundo dolor, pues ahí nació y creció.

Juan Ricardo “N”, de 15 años de edad, se convirtió en un desplazado más por la violencia , pero en Mazatlán encontró otra tragedia.

Llegó al puerto acompañado de sus padres Gerardo y Guadalupe "N", y sus dos hermanos.

Se vio obligado a dejar la secundaria para poder sobrevivir.

"Dijimos vámonos pa' Mazatlán o nos van a matar acá, así que dejamos todo lo que uno tiene que son sus gallinitas y su casita, mi muchacho dejó la secundaria y eso que le gusta mucho la escuela", dijo con profunda tristeza el padre de Juan Ricardo.

Al mayor de sus herederos lo describe como "muy inocente mi hijo y muy trabajador, pues en la sierra no hay maldad entre los muchachos que se crían ahí, todo es nobleza".

Desde hacía unos meses, Juan Ricardo pelaba camarón en la congeladora Tirado ubicada en el Parque Bonfil.

Se empleó para ayudar a sus padres y para poder salir adelante aquí en Mazatlán, pues sus padres decidieron que como era un joven que estaba creciendo, podía ser víctima de quienes se dedican a actividades ilícitas.

"Y él me dijo cuando nos dijeron que podíamos regresarnos para La Petaca que si se podía quedar acá para trabajar y ayudarnos, además de que deseaba entrar a la secundaria abierta y allá, en el rancho, pues no hay esa facilidad, y decidimos dejarlo a que se quedara para salvarle la vida y mire que pierde su piernita mi muchacho", expresó don Gerardo.

Ayer, era el primer día en el que Juan Ricardo laboraba en esa área de la empresa.

Estaba muy emocionado porque iba a ganar un salario fijo.

Lamentablemente a las 14:15 horas de este martes, mientras maniobraba la trituradora de hielo, cayó en la "boca" de la misma y ésta le cercenó la pierna derecha de la rodilla hacia abajo.

El muchacho se encuentra estable, aunque muy triste.

"Con el apoyo de nosotros y de Dios, mi muchacho va a salir adelante, estoy seguro, así que en cuanto él esté bien, me lo voy a llevar para el rancho, yo ya estoy trabajando en la carretera, así que al menos los frijolitos no van a faltar".

Hasta el momento, los gastos médicos del muchacho están siendo absorbidos por la empresa.

Juan Antonio se encuentra internado en una clínica particular donde recibe una atención integral.

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