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"El Chapo pagaba sobornos a altos mandos de la Sedena, PGR, Policías y hasta de Interpol: Rey Zambada"

"Jesús Zambada García declaró este jueves en contra del capo sinaloense, quien está acusado de 11 cargos relacionados con el narcotráfico"

Siendo el líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias el Chapo, ordenó sobornar a altos mandos de la Policía y militares mexicanos, así como a la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) -con 192 países miembros- pagando sobornos en la Ciudad de México hasta por 300 mil dólares mensuales.

Esto lo aseguró este jueves Jesús Zambada García, alias el Rey, testigo clave del Gobierno de Estados Unidos en el juicio que se lleva a cabo en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York en contra del capo sinaloense, quien está acusado de 11 cargos relacionados con el narcotráfico.

El hermano de Ismael Zambada García, alias el Mayo, respondió a cuestionamientos de la Fiscalía, y aseguró que pagaba personalmente sobornos en dólares al entonces comandante de la Procuraduría General de la República (PGR) en la Ciudad de México -plaza de la que el Rey estaba supuestamente encargado-, así como a elementos de la entonces Policía Federal de Caminos -que protegía también los aeropuertos-, a la Policía Judicial federal, estatal y municipal, y “a Interpol también”.

“Los sobornos para funcionarios en Ciudad de México eran unos 300 mil dólares por mes”, contó al jurado Zambada García, de 57 años de edad, quien vestía traje de presidiario azul y camiseta naranja, quien además aseguró en el 2004 pagó -a pedido del Chapo- 100 mil dólares al General de División diplomado del Estado Mayor, Gilberto Toledano Sánchez, quien en ese entonces “estaba encargado de Guerrero”.

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Toledano Sánchez fungió, después, como Secretario de Seguridad Pública del estado de Morelos, durante el sexenio de Marco Adame Castillo. Asimismo, fue suplente del diputado federal Ángel García Yáñez en la LXIII Legislatura, por el distrito 5 de Yautepec, Morelos, postulado por el Partido Nueva Alianza (Panal).

“Yo iba a importar cocaína de Colombia por el estado de Guerrero, platiqué de esto con el Chapo Guzmán Loera y con mi hermano Mayo, y el Chapo me dijo ‘ahí está el general Toledano, es amigo mío, vaya a verlo y dele 100 mil dólares de mi parte’”, contó el Rey al jurado.

“Se los mandaba regalar, y me dijo que lo saludara y le mandara un abrazo”, agregó. Chapo, de traje oscuro y corbata, escuchó con atención el veredicto de su ex aliado y hoy colaborador del Gobierno estadounidense, a quien el capo miró fijamente.

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Además, el Rey, sublíder del Cártel de Sinaloa desde 1987 hasta su arresto en 2008, detalló los costos de proteger el contrabando de la droga colombiana que viajaba a Estados Unidos, vía México, con los que el grupo criminal obtuvo ganancias masivas de “miles de millones de dólares, que los narcos colombianos y mexicanos se repartían a medias.

Zambada García relató que recibían la droga en lanchas rápidas, barcos pesqueros, aviones o incluso contenedores comerciales, y enviaban luego “el 100 por ciento” a Estados Unidos. De las bodegas donde el Rey recibía y almacenaba la droga en Ciudad de México, salían unas 80 a 100 toneladas anuales de cocaína a Estados Unidos.

El trabajo inicial de Rey, según relató, fue establecer un sistema contable de las ventas en Estados Unidos. Pero luego pasó a contar la droga que llegaba a tres depósitos de la capital mexicana e iniciar su transporte a la frontera con EE.UU., en general en camiones de transporte de gas.

El precio de la droga iba subiendo al acercarse al norte, afirmó. En Colombia, un kilo de cocaína costaba unos 3 mil dólares, en México de 10 mil a 13 mil, en California 20 mil, en Chicago más de 25 mil y en Nueva York hasta 35 mil, según sostuvo.

Por una inversión de 45 millones de dólares entre cinco narcos, restando los costos operativos del envío, las ganancias aproximadas eran de 195 millones en Los Angeles, California; 240 millones en Chicago, Illinois; y 390 millones en Nueva York; según calculó Zambada García, que también invirtió personalmente en el negocio, comprando hasta tres toneladas.

El Rey contó que una vez el Chapo invirtió “una proporción pequeña” en una de sus importaciones de droga colombiana, y que su hermano el Mayo y su socio solían invertir juntos en embarques de unas seis toneladas, y se repartían a medias las ganancias.

Por otra parte, un narco colombiano, Juan Carlos “Chupeta” Ramírez, utilizaba barcos pesqueros para traer hasta 30 toneladas de cocaína desde Colombia a México, a pedido del Chapo y los otros grandes líderes del cartel: el Mayo, Amado Carrillo Fuentes, el Señor de los Cielos y Juan José Esparragoza Moreno, el Azul.

Pero una vez, en 1994, “la tripulación se imaginó que los iban a interceptar y hundieron el barco”, contó al jurado Zambada García.

El Mayo contrató entonces a buzos de aguas profundas y logró recuperar todo el contrabando, aseguró el Rey. El Chapo, quien se encontraba ataviado con un traje oscuro y corbata, escuchó atento a Zambada García, y a veces tomaba notas que pasaba a uno de sus abogados. Otras tantas, fijaba la mirada en su joven esposa Emma Coronel Aispuro, sentada en la sala.

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La Fiscalía de Nueva York mostró al jurado del juicio contra el Chapo, un organigrama de la jerarquía del Cártel de Sinaloa con Joaquín Archivaldo Guzmán Loera; Ismael Zambada García, el Mayo; Amado Carrillo Fuentes, el Señor de los Cielos; y Juan José Esparragoza Moreno, el Azul; a la cabeza, así como esquemas de los precios, mapas y fotos de los capos.

El Chapo, quien se encontraba ataviado con un traje oscuro y corbata, escuchó atento a Jesús Zambada García, el Rey, que testificó en su contra en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, y a veces tomaba notas que pasaba a uno de sus abogados. Otras tantas, fijaba la mirada en su joven esposa Emma Coronel Aispuro, sentada en la sala.

Ayer, otros dos testigos del Gobierno fueron Carlos Salazar, un agente de aduanas retirado que descubrió en mayo de 1990 un túnel atribuido al Chapo para trasladar drogas entre Agua Prieta, en México, y Douglas, en Arizona, donde el gobierno estadounidense incautó más de 929 kilos de cocaína.

Además, la Fiscalía neoyorquina presentó el testimonio de un químico forense retirado que trabajó para la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), quien certificó la pureza de dicha cocaína en 99 por ciento.

El Gobierno estadounidense presentó al Chapo como un despiadado asesino que durante 25 años envió a Estados Unidos toda la droga que quiso, en total más de 155 toneladas. El fiscal Adam Fels detalló ante el jurado una parte de dichos envíos, mismos que totalizaron 41 toneladas de cocaína.

“Hay suficiente cocaína en esas 41 toneladas como para 328 millones de rayas de cocaína. Eso es más que una raya por cada persona en Estados Unidos”, afirmó Fels en su argumento de apertura. Según los fiscales, el Chapo es un temible y astuto narcotraficante que lideraba el cartel de Sinaloa, quien traficaba “cantidades masivas de cocaína” en aviones, barcos pesqueros y hasta submarinos.

“Por su alianza con Zambada García entre 2001 y 2016, se convirtieron en los principales líderes del Cártel de Sinaloa, una agrupación criminal de lavado de dinero, asesinatos y corrupción”, acotó Fels. Y “estaba planeando otra fuga”, acotó el fiscal.

La Fiscalía aseguró, también, que el Chapo no dudaba en matar ni a sus familiares, incluyendo uno de sus primos, para ampliar su negocio o evitar ser atrapado. “Dinero, drogas, asesinato, una vasta organización de narcotráfico: de esto se trata este juicio, y lo probaremos con las evidencias”, indicó el fiscal Fels.

La fiscalía asegura que el imperio criminal del Chapo, con nexos en toda América, Asia y Europa, facturó unos 14 mil millones de dólares. Sin embargo, las autoridades nunca pudieron incautar nada de esa fortuna. Fels aseguró que el Chapo era propietario un AK-47 bañado en oro y de una pistola incrustada con diamantes con sus iniciales, y que “tenía su propio ejército privado de cientos de hombres armados con rifles de asalto en las montañas de Sinaloa”.

Asimismo, el fiscal hizo hincapié en los montones de evidencias acumulados por el Gobierno estadounidense, que incluyen mensajes de texto del Chapo encriptados y “un video de Guzmán y sus sicarios interrogando a miembros de carteles rivales” y donde se vería al capo “apretar el gatillo”.

Aunque el Chapo no está acusado de homicidio, la Fiscalía neoyorquina asegura que posee pruebas de al menos 33 asesinatos cometidos u ordenados por él. Además, el Gobierno estadounidense también prepara el testimonio de decenas de testigos para intentar probar los crímenes cometidos por el capo sinaloense, muchos de ellos exrivales o socios del capo narcotraficante.

“Estos testigos han matado a fiscales, han intentado matar a presidentes [...] Cuando escuchen a estas personas se les pondrá la piel de gallina [...] ¿Por qué el Gobierno está yendo tan lejos, dándoles visados para que permanezcan en este país?”, preguntó el abogado defensor Jeffrey Lichtman al jurado.

Entre ellos, destacó por ejemplo a un testigo llamado Miguel Ángel Martínez, que casi habría perdido la nariz tras “esnifar cuatro gramos diarios de cocaína” durante años, según Lichtman, quien también aseguró que la Fiscalía prevé llamar a declarar al narco colombiano César Gastelum Serrano, supuesta “mano derecha” de Guzmán que sobornó a candidatos presidenciales en Guatemala y a un expresidente de Honduras, o Dámaso López Núñez, alias el Licenciado, quien fue extraditado este año de México a EEUU.

Lichtman insistió en que todo el caso contra su cliente está “construido sobre una base de mentiras” y pidió a los miembros del jurado que mantengan una “mentalidad abierta” pese al “poderoso” nombre del capo sinaloense.

“Porque el Chapo es el mayor premio con el cual la Fiscalía ha soñado, y está soñando con esto desde hace años”, respondió el abogado del Chapo, quien abundó que pese al arresto y extradición del capo sinaloense, la guerra contra las drogas “obviamente no ha logrado nada”, estimó Lichtman.

“El flujo no ha parado. El negocio continúa como siempre” y Estados Unidos sigue consumiendo “más drogas que cualquier otro país del planeta”, abundó Lichtman, quien también aseguró que el verdadero jefe del Cártel de Sinaloa no es el Chapo, sino su coacusado el Mayo, de 70 años de edad, quien nunca pasó un día en prisión y sigue prófugo.

Además, el litigante estadounidense aseguró que “El Mayo” Zambada ha pagado “al actual y al anterior presidente de México”, Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón Hinojosa, “cientos de millones de dólares en sobornos”, aseguró el martes pasado en la Corte, lo que ambos mandatarios negaron, mientras que Lichtman fue amonestado por el juez Brian M. Cogan, encargado del juicio.

Los abogados defensores del Chapo aseguran que el capo sinaloense es el “chivo expiatorio” de “corruptos” gobernantes mexicanos y de agentes de la agencia antidrogas estadounidense, quienes “le tendieron una trampa”, además de asegurar que el verdadero jefe del Cártel de Sinaloa era “El Mayo” Zambada.

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