"El hombre de los brazos de metal"

Rafael es un hombre de 50 años, que vive junto a dos muletas, que son como dos brazos de metal, porque cuando apenas tenía un año le inyectaron vacunas caducadas, lo que le provocó poliomielitis, pero eso no lo detuvo.

Él hoy es licenciado en sicología, quiere ejercer su carrera y moverse en silla de ruedas, porque los brazos ya los tiene cansados.

Él es originario de Aguaverde, una comunidad del municipio de Rosario, al sur de Sinaloa.

Llegó a Culiacán en 1983 para estudiar la preparatoria y luego la carrera de medicina, la cual dejó trunca hasta el cuarto año, porque se casó y prefirió trabajar para ganar dinero.

Sin embargo, el conseguir trabajo no fue tan sencillo. Por su discapacidad fue discriminado en distintos lugares.

"Batallé mucho para encontrar trabajo, pues recuerdo que en una ocasión me dijo un checador de camiones, que era el encargado de contratar, me dijo que a mí no, porque 'estás discapacitado' y que no iba a rendir en el trabajo", recordó.

"También la encargada de la Farmacia 24 horas también me dijo que no contrataban a personas con discapacidad, lo que eran Farmacias 24 horas, y eso fue en el 87 más o menos", expresó.

Rafael vendió tamales y trabajó como cuidacarros en los estacionamientos de una cadena de supermercados, donde ganaba de las propinas de los automovilistas, lo que ocasionó que sus cartílagos se cansaran.

De acuerdo con un diagnóstico médico, Rafael tiene bursitis de hombro, que quiere decir que las articulaciones de sus hombros están desgastadas, lo que le provoca un dolor que sólo se puede disminuir con analgésicos.

Además, los médicos le recomendaron dejar sus muletas, porque de seguir con ellas también continuará el desgaste y el dolor, pero el dinero que gana no le es suficiente para ello.

En 2012 Rafael ingresó a rehabilitaciones en el Centro de Rehabilitación y Educación Especial en Culiacán, donde pudo ingresar a un programa de bolsa de trabajo, el cual le sirvió para emplearse como radiooperador de la Policía Municipal de Culiacán.

"Es un gran trabajo, pero yo ya me recibí, quiero ejercer lo mío", dijo.

Rafael aseguró estar contento con su empleo, pero no satisfecho, pues desde que ingresó a la Policía Municipal, también lo hizo en la Facultad de Psicología de la UAS para estudiar en el modelo semiescolarizado los fines de semana.

"He pedido a la Secretaría mi cambio para trabajar en el DIF, pero no se puede, porque el contrato es fijo y no puedo cambiarme así porque sí", señaló.

Sin embargo, eso no lo ha limitado, pues al término de cada jornada él se traslada a las instalaciones de DIF en la colonia Vallado, donde da atención psicológica en un espacio prestado.

"Es la manera en que puedo ejercer mi carrera para tener experiencia en mi currículum", indicó.

El espacio que usa Rafael es prestado, por eso busca que le otorguen un préstamo, que le podrá servir para construir un consultorio y poder ejercer de manera plena su carrera.

"Sé que ese consultorio va a ser chico, pero ya va a ser mi espacio", expresó.

Usted puede ayudar a Rafael

Él busca cambiar sus muletas por una silla de ruedas, las cuales le ayudarán a la rehabilitación de sus hombros.

También busca ejercer su carrera, la de sicología, pero no tiene un trabajo fijo ni el espacio para hacerlo.

Sin embargo, aseguró, él puede obtener un préstamo para construir su consultorio y hacer el pago sin problemas.

Si usted quiere ayudar a Rafael, se puede comunicar directamente con él al siguiente número celular: 667 224 3656.