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"COLUMNA"

"El Octavo Día: RECUENTO DE POETAS: DE NOVO A KAREN VILLEDA"

"El “Mantenedor” era la figura que antes asumía el papel de valedor de la fiesta al dar un discurso previo"
EL OCTAVO DÍA

Hace 70 años, en el Carnaval de 1947, el gran poeta Salvador Novo estuvo en Mazatlán como mantenedor de Juegos Florales, siendo una de las figuras más importantes de la literatura nacional que nos han visitado en los ayeres de nuestra máxima fiesta.

Su obra poética es altamente digna así como sus crónicas de la vida en la Ciudad de México. Una generación lo recuerda porque aparecía en los noticieros haciendo comentarios editoriales, a veces con una peluca similar a la del actor Enrique Alonso “Cachirulo”, otro icono de la época.

El “Mantenedor” era la figura que antes asumía el papel de valedor de la fiesta al dar un discurso previo, orientando al público sobre los valores de la poesía, preparando el campo para la lectura del poema ganador.

Hoy ya no se necesita esa figura desde el momento que dejamos de ser un pueblo y no requerimos de un sabio con otros horizontes que nos ilustre en la ceremonia. Desde 1925 tenemos este galardón que es el más antiguo de México, así que con su tradición nos basta: lo han ganado grandes figuras cuya sola nómina justifica su valía.

El poeta ganador de ese año había sido Carlos McGregor Giacintti, quien según en la crónica de Novo, coincidió con él en el vuelo de ida, que había hecho escala en Guadalajara, además de Cantinflas, quien venía de torear en otra feria de pueblo.

La reina era la gentil dama Rosa María Olmeda, quien por cierto se casó con uno de los beisbolistas más guapos que ha tenido el equipo de Los Venados, al decir de las mujeres de la época… recuerdo cómo suspiraban mis tías por él todavía en los 70: Daniel “La Coyota” Ríos, padre del biólogo del mismo nombre, quien hemos visto muy activo en su campo aquí en Mazatlán y que fue presidente del Club Muralla.

Novo, con el sarcasmo de que le caracterizaba, decía que uno de los atractivos turísticos era ir a la antigua Prisión Militar de La Batería, ubicada en el Cerro del Vigía y que entonces daba al mar, a ver de lejos y tras las rejas a Rodolfo Valdés, “El Gitano”, quien en el aún reciente 1944 había ejecutado al Gobernador Rodolfo T. Loaiza en el hotel Belmar en pleno carnaval.

También se sorprendió de que el puerto tuviese tantos marineros yanquis borrachos, y de que la aristocracia patasalada fuese conformada por casi puros médicos y muy pocos licenciados.

Hace 50 años, el ganador fue el poeta Ernesto Moreno Machuca, quien por cierto ostenta el segundo lugar como mayor ganador de Juegos Florales en Mazatlán, después del ya mencionado Sr. McGregor.

Su poema se llamaba “La declaración espiritual del hombre”, según el dato que me corrobora el cronista local, Enrique Vega Ayala.

De Moreno Machuca, un viejo amigo escritor dijo que era un poeta “sumamente conocido en su casa y en la de algunas amigos y acreedores”, porque a ojos suyos no tenía la calidad y fama de muchos otros.

Debemos entender que era otra época, sin tantas maneras de publicar o recibir apoyos fuera de prebendas políticas comprometedoras, y en mi tiempo se usaba “el poeta y su poesía comprometida con la realidad social”, a la manera de Miguel Hernández, Neruda o Pablo Milanés.

De Moreno Machuca destacó algo que hizo como una cortesía perdida la última vez que ganó, a fines de los 80: dedicó un poema especialmente a la reina que se publicó en la prensa local, como un “Saludo real”.

No solo un bonito detalle, sino un gesto elocuente. También añado que ese año se lamentó que los organizadores no le dieran la flor natural, la flor metálica de oro (o bañada en dorado) que se le ponía al poeta en la solapa del traje o en el vestido como corsagge, de ser mujer la ganadora.

(Recordemos a algunas de las mujeres ganadoras: Enriqueta Ochoa, Dolores Castro, Alicia María Uzcanga y la mazatleca Rosario Uriarte de Atilano).

Hace 25 años, el ganador fue un joven poeta de Guadalajara, Jesús de Loza Paíz, con el poemario Confesión del fugitivo, que en 1993 fue publicado por editorial Toque de Poesía.

Tiene dos trabajos más, titulados Cartas halladas bajo una piedra y Brindo por la luz, el primero, editado por la Secretaría de Cultura de Jalisco en 1993, y el segundo por Sextante Editores, en 2001.

Hoy ha vuelto a ganar una mujer, Karen Villeda, con un poema experimental inspirado en una tribu indígena que ya no existe: “Kus”. Bravo. Que siga el Carnaval y su poesía.

 

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