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"En Culiacán, Mazatlán y Los Mochis hay más días calurosos que hace 45 años"

"Según especialistas se prevé que para el 2053 hará mucho más calor"

Culiacán, Mazatlán y Los Mochis (cabecera del municipio de Ahome), en Sinaloa, son ciudades mucho más calurosas que lo que eran hace casi medio siglo, en 1973, cuando se fundó el periódico Noroeste. Y el calor seguirá incrementándose de forma exponencial en el futuro, todo debido al cambio climático inducido por el hombre, según datos del Laboratorio de Impacto Climático, retomados por el diario The New York Times, medio que creó un simulador que prospecta las temperaturas en una línea de tiempo.

Por ejemplo, en 1973, en la capital estatal, alrededor de 121 días al año podían alcanzar, al menos, 32 grados centígrados. En la actualidad esta tendencia podría llegar a los 190 días, en promedio. Pero en 2053, fecha en que Noroeste cumplirá 80 años de haberse fundado, los modelos prospectados indican que podría haber 215 días calurosos en Culiacán, no obstante que el rango probable será de entre 208 y 243 días.

Por su parte, en Mazatlán, durante el año 1973 alrededor de 27 días al año podían alcanzar, al menos, 32 grados centígrados. Sin embargo, en este 2018, dicha tendencia aumentará, en promedio, a 88 días. Pero en 2053, los modelos prospectados indican que podría haber 126 días calurosos en el puerto, no obstante que el rango probable será de entre 112 y 159 de fechas en el calendario con calor.

En Los Mochis, en 1973 alrededor de 104 días al año podían alcanzar, al menos, 32 grados centígrados. Sin embargo, este año la tendencia podría llegar a los 173 días, en promedio. Pero en 2053, los modelos prospectados indican que podría haber 187 días calurosos en Ahome, no obstante que el rango probable será de entre 181 y 205 días de calor en el municipio.

Es probable que en las tres ciudades sinaloenses antes citadas se sienta calor extra, incluso si los países toman medidas para reducir sus emisiones a finales de siglo, según un análisis realizado para el NYT por el Laboratorio del Impacto Climático, un grupo compuesto por 20 científicos del clima, economistas y analistas de datos del Grupo Rhodium, la Universidad de Chicago, la Universidad Rutgers y la Universidad de California, en Berkeley.

En todo el mundo se ha descubierto que las altas temperaturas aumentan el riesgo de enfermedad y muerte, especialmente entre las personas mayores, los bebés y las personas con enfermedades crónicas. Las poblaciones de menores ingresos, que con frecuencia carecen de acceso a aire acondicionado y otras tecnologías de adaptación, también son más propensas a sufrir los impactos del calor extremo.

Los trabajadores al aire libre son particularmente vulnerables a los días calurosos más frecuentes, pero el calor excesivo también tiene consecuencias para los trabajadores de las fábricas de interiores, especialmente en los países en desarrollo, donde es menos probable que se enfríen los espacios de trabajo.

Un aumento en los días de 32 grados también será más impactante en las regiones húmedas que en las secas. “Un factor muy importante de cómo los humanos experimentan calor, es qué tan húmedo es [...] si también es húmedo, los humanos no pueden evaporar fisiológicamente el sudor con la misma facilidad, y no podemos enfriar nuestros cuerpos de manera efectiva”, aseguró Kelly McCusker, científica del clima del Grupo Rhodium.

Los datos presentados por el simulador del NYT reflejan solo las temperaturas y no tienen en cuenta la humedad, lo que puede hacer que las temperaturas aún menos extremas sean peligrosas, indicó el rotativo. El alto nivel de calor también afecta la producción de alimentos (incluida la disminución de los rendimientos de los cultivos y la producción de productos lácteos) y puede aumentar la demanda de electricidad.

Ademas, los días más frecuentes con 32 grados centígrados también podrían agravar la sequía y las condiciones de incendio en ciertas regiones. “Días más calurosos en todo el mundo producen impactos directos y peligrosos sobre las personas y los sistemas de los que dependemos”, dijo Cynthia Rosenzweig, directora del Grupo de Impactos Climáticos del Instituto Goddard para Estudios Espaciales de la NASA.

“Alimentos, agua, energía, transporte y ecosistemas se verán afectados tanto en las ciudades como en el país [Estados Unidos] Los efectos de salud a altas temperaturas golpearán a los más vulnerables”, abundó Rosenzweig.

Un análisis reciente de tendencias climáticas de la Urban Climate Change Research Network, encontró que si las actuales tendencias de calentamiento continúan, para finales de este siglo las temperaturas de bulbo húmedo —una medida del calor y la humedad que puede indicar el punto en el que un cuerpo ya no puede refrescarse a sí mismo— serán tan altas -de por lo menos 35 grados Celsius para 2050-, que la gente expuesta directamente durante seis o más horas no sobrevivirá.

 

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