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"En Escuinapa, Salvador, con Síndrome de Down, llega a los 65 años feliz y contento con la vida"

"Fue el último hijo de los Rivera Mayorquín, en Rosa Morada, pero desde hace seis décadas reside en el municipio, cuando se vinieron a buscar mejores condiciones de vida"

ESCUINAPA._ Cuando Salvador Rivera Mayorquín nació en Nayarit no hubo anuncios médicos que le otorgaran un tiempo estimado de vida, aunque su vida estuviera marcada por un cromosoma de más.

Pero aun así, solamente piensa en ser feliz.

“'Salva' es feliz, siempre ha estado feliz, desde que nació hasta hoy, pocas veces está triste o se enoja”, señala su hermano Ramón Rivera Mayorquín.

'Salva', como es llamado, cumple este miéroles 65 años, aunque siempre han celebrado el 12 de enero, que es la fecha en que su mamá acostumbraba, comenta su hermano.

Han sido 65 años excepcionales e increíbles para alguien con Síndrome de Down.

Fue el último hijo de los Rivera Mayorquín, nació en la comunidad Rosa Morada, Nayarit, llamada Colonia 18 de marzo, pero reside desde hace más de 60 años en el municipio, cuando se vinieron a buscar mejores condiciones de vida, relata su hermano Ramón, quien es tres años mayor.

'Salva' sí ha envejecido y eso lo ha hecho caminar más lento sobre la Calle 22 de Diciembre, al salir a pasear a sus perros.

Quizá la edad ha hecho que no vaya más a las casas de los vecinos buscando barrer o trapear, pues es un convencido de la limpieza en los hogares.

Conserva, sin embargo, el gusto por el baile, por abrazar, por acariciar a los perros que están en casa, por regañar a su hermano cuando siente que lo apresura.

Posa para las fotos y responde a las preguntas que le hacen su cuñada Martha y su hermano Ramón, escucha poco, tiene algunas dificultades, su estado físico y su corazón están en perfectas condiciones, por eso celebran los 65 años con pastel.

Son 65 años en que no recibió instrucción educativa debido a que no se tenían escuelas entonces, fue al CAM a los 40 años solo dos semanas.

Ha sido hijo, hermano, tío y amigo afable y ecuánime, pues no le gusta pronunciar groserías y no tiene gusto más que por la Coca Cola, pero ésta le ocasiona hiperactividad, por lo que ha dejado de consumirla.

'Salva' nunca ha creído que tenga un padecimiento y lo demuestra disfrutando la vida, observa a otros niños con capacidad diferente igual a la suya, pero no siente que tengan obstáculos, pues no considera que tenga el padecimiento, señala Ramón.

Le gusta andar limpio, bañarse y no permitir que alguien que está sucio se le acerque, es ‘quisquilloso’ cuando hay la intención de acercarse y observa que no están bañados igual que él.

“Es amiguero, todos lo conocen, más que a nosotros, no le gusta que se le acerque gente que está sucia, es un niño educado, a donde va busca hacer amigos, saludar y saludar siempre”, explica Ramón.

Aunque no sabe leer disfruta de las ilustraciones de todos los libros que estén a su alcance y de ver una y otra vez las fotografías familiares, donde están aquellos que han partido y a quienes esperan, pues la muerte solo la observa como un viaje temporal donde hace más de 30 años se fue su mamá, dice su hermano.

'Salva' se siente joven, aunque sus pasos sean más pausados, disfruta de ir a pasar la tarde en una colonia donde lo cuidan mientras su hermano y cuñada trabajan, ahí hace amigos.

 

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