"Este es el PAN en ruinas, que recibe a Juan Carlos Estrada. ¿Podrá levantarlo rumbo a 2021?"

"Con un partido achicado, empequeñecido, el Comité Directivo Estatal que ganó la elección tiene un gran reto enfrente: recuperar fuerza, credibilidad, para estar en posibilidad de ser un actor clave en la sucesión para la Gubernatura de Sinaloa"

Unas siglas en ruinas son las que recibirá Juan Carlos Estrada Vega, el nuevo dirigente del Partido Acción Nacional en Sinaloa.

El choicense, ex Alcalde y ex Diputado local, liderará un partido empequeñecido, achicado… arruinado.

Y es que en los últimos años el albiazul ha ido perdiendo liderazgos, espacios de representación política, influencia y, presencia, en la vida pública estatal.

Sin embargo, el Comité Directivo Estatal 2019-2021 que surgió de la elección interna del domingo 28 de julio puede jugar un rol protagónico en la disputa por el poder en 2021.

Sólo podrá lograrlo si se levanta de entre los escombros.

Si recupera la credibilidad y confianza entre las clases medias, urbanas, que lo hicieron fuerte hasta conquistar la Presidencia en 2000, y si redefine su rol ante un Gobierno estatal priista y un Gobierno federal morenista. Y se diferencia de ambos.

Al nuevo equipo corresponderá definir la candidatura a Gobernador para la sucesión del priista Quirino Ordaz Coppel, aunque en circunstancias adversas, tanto en el ámbito nacional como estatal.

 

Adversidad, adentro y afuera

 

En el plano federal la presencia de Morena como fuerza política sigue dominando, al capitalizar la alta aprobación al Presidente Andrés Manuel López Obrador versus el desgaste del resto de partidos.

Hasta ahora, todas las encuestas le siguen otorgando al Mandatario un respaldo ciudadano por encima del 60 por ciento. Y a Morena, como el partido favorito.

Y esto se ha traducido en el avance morenista en las gubernaturas y alcaldías.

Baja California y Puebla, otrora bastiones azules, se tiñeron de color guinda en los recientes comicios.

Los sondeos de Consulta Mitofsky, Parametría, GEA-ISA y de otras encuestadoras indican que ni PRI ni PAN logran "capitalizar" , aún, el descontento de los inconformes con el Presidente.

En el contexto local el panorama también es adverso para Acción Nacional, tercera fuerza política en la entidad desde el año 2016, en que fue desplazado por el local Partido Sinaloense.

Y es que en la arena del poder la disputa se ha centrado entre el PRI, al frente del Gobierno del Estado, y Morena, con el control del Poder Legislativo, la principal caja de resonancia de los asuntos públicos.

Son los priistas los que juegan ahora ese rol opositor, en la "cancha" del Congreso, aun cuando son gobierno en el Poder Ejecutivo.

El PAN del hoy, de 2019, ha dejado de influir en la agenda pública estatal.

Su presencia a nivel municipal se reduce a El Rosario, ayuntamiento pequeño, al sur de la entidad. Fuera de éste, la presencia de cuadros panistas en los demás cabildos es marginal y, en algunos casos, como San Ignacio, nula.

Incluso en las principales ciudades, que llegó a gobernar, como Culiacán, Mazatlán, Ahome, Guasave y Salvador Alvarado, su fuerza se traduce a un regidor.

Aun así, ningún regidor se ha destacado, ni en el plano mediático, por ser contrapeso a los alcaldes morenistas.

En el Congreso local sólo hay dos curules albiazules, que no han marcado diferencia del resto.

Incluso los dos únicos diputados con que cuenta se han sumado al PRI, su antiguo adversario en la entidad, en votaciones como el presupuesto, la aprobación de informes de cuentas públicas y de reformas polémicas, como la del matrimonio igualitario.

 

Gloria y ocaso

 

Propios y extraños coinciden en que el declive panista en Sinaloa inició con la postulación de Mario López Valdez a la Gubernatura en 2010.

Ello en contraste con la pujanza que le caracterizó en los 80, los años de Manuel "Maquío" Clouthier, Jorge Del Rincón Bernal, Rafael Morgan Ríos, Mercedes Murillo Monge, y otros.

Y en los 90, cuando empezó a conquistar alcaldías, a la par del derrumbe tricolor.

Para 2004 el albiazul logró acariciar la Gubernatura, llevando como candidato a Heriberto Félix Guerra, casado con Lorena Clouthier Carrillo, hija de Manuel "Maquío" Clouthier, ícono del panismo nacional.

Desde esa elección el PAN incrementó su presencia en el Congreso, municipios, cabildos, ya no como una situación de coyuntura, como la de 1995, marcado por la crisis económica nacional, sino por el avance entre el electorado, como opción real de cambio.

Pero en 2010, en alianza con PRD, PT y Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano, el albiazul relegó a un cuadro propio y postuló a un priista: Malova.

El ex priista se arropó en la bandera del cambio, derrotando al poderoso empresario Jesús Vizcarra Calderón, abanderado del PRI y aliados.

Ya en el Gobierno del Estado, Malova cedió algunos espacios a panistas o a personajes afines al albiazul, pero la abrumadora mayoría del gabinete tuvo sello priista.

Ganó con las siglas, pero no gobernó con la plataforma ni la doctrina panista, resumiría años más tarde Rafael Morgan Ríos, uno de los fundadores del albiazul.

Sin embargo, aquel "triunfo" de 2010 embriagó a la élite dirigente, por haber "conquistado" nueve alcaldías y nueve diputaciones de mayoría, lo que a su vez desencadenó en la pérdida de la hegemonía del PRI en el Congreso local… en teoría.

Para 2013 la realidad los alcanzó. A la mitad del sexenio malovista, el PRI retomaba la mayoría de la Cámara y de los municipios.

 

El derrumbe: la "chapodiputada"

 

La "burbuja" del poder albiazul se reventó a golpe de cifras, adversas, en 2013.

La coalición Unidos Ganas Tú, del PAN, PRD y PT, ganó ese año sólo tres alcaldías. Seis menos que en 2010.

Aunque las tres posiciones ganadas fueron atribuidas al impulso de Malova, que llevaba en Mazatlán, Angostura y Guasave a políticos cercanos, o afines a él.

Y es que al ex Gobernador se le acusaba de jugar también, con cartas en el PRI en municipios como Ahome, o "malovistas" insertos en el PAN, en Guasave, Angostura, Mazatlán.

Los electores, que tres años antes votaron por la alternancia, empezaban a cobrar las facturas al PAN en las urnas.

Pero el asunto que derrumbaría al panismo en Sinaloa fue, sin duda, la postulación de Lucero Sánchez, como Diputada local por Cosalá.

Desde su ascenso a la Cámara local se especulaba, extraoficialmente, que la de Lucero era la "curul del Chapo".

Con el paso de los años, en escándalo tras escándalo, el Gobierno federal revelaría que la legisladora era pareja sentimental de Joaquín "El Chapo" Guzmán y lo visitaba en el penal de Almoloya, usando documentos falsos.

En la actualidad ambos están presos, en cárceles de Estados Unidos.

Figuras como Morgan Ríos han atribuido el desfonde a la pérdida de identidad que se acentuó al alquilar las siglas a Malova, cuyo gobierno terminó en medio del desencanto, el caos y escándalos de corrupción.

La postulación de la pareja de "El Chapo" cobraría una mayor factura también en los comicios por la Gubernatura en 2016, que le llevó a perder estrepitosamente, mandando al PAN a tercer lugar, después del PAS.

El panismo se redujo al 17 por ciento, mientras el PAS obtuvo el 24 por ciento.

Esto en medio de una dirigencia estatal cuestionada por estar controlada por grupos y cacicazgos, que siguieron en la lógica de la asignación de candidaturas por "dedazo" y el reparto de "pluris" a familiares, hijas, esposas.

"Y hasta a amantes", diría en su momento el ahora ex panista Roberto Cruz Castro.

Con esas prácticas se continuó echando tierra a la tradición democrática interna que antes caracterizaba a ese partido, en la designación de candidaturas.

 

2018: más escombros

 

Los comicios de 2018, cuando se empataron comicios locales con los federales, constituyeron una nueva derrota para el PAN.

En el plano federal, el albizul perdió la senaduría de primera minoría, que históricamente detentó, desde que se creó esta figura por la que transitaron Emilio Goicoechea Luna, María Serrano Serrano, Francisco Salvador López Brito.

Resultó derrotado también en la contienda por diputaciones federales, donde ya había avanzado en triunfos de mayoría en Culiacán, Mazatlán, Guasave y otros, con cero distritos ganados.

Su representación actual en San Lázaro se reduce a Carlos Castaños, electo por la vía plurinominal.

En la esfera local, los datos dibujan el colapso.

En la elección para diputados locales el PAN obtuvo la cifra histórica más baja en tres décadas, al ubicarse en tercer lugar, con el 11.2 por ciento de los votos.

Del derrumbe habla un dato más: cinco partidos de la llamada “chiquillada” rebasaron incluso este porcentaje, en 2018, con una consecuencia adicional: la drástica reducción del presupuesto para 2019, con 17.5 millones, la más baja en su historia reciente.

El partido ha tenido que despedir personal, deshacerse de edificios y hasta vender autos.

El resultado llevó al albiazul a contar con la bancada más chica de los últimos 40 años, con sólo dos diputados, similar al que obtuvieron en 1980.

Son las dos curules que se tenían en la 50 Legislatura, representadas por Pedro Rigoberto López Alarid, de Culiacán, y Zenén Xóchihua Valdez, de Los Mochis.

Sólo que los actuales representantes panistas, Jorge Villalobos Séañez y Roxana Rubio Valdez, son cuestionados hasta por los propios militantes, adversarios al grupo de Adolfo Rojo Montoya, “El Popo”, perdedor de la elección ante Estrada Vega.

En los cabildos su presencia es ahora marginal. Cuentan con una sola alcaldía, El Rosario.

Y aunque la coalición “Por Sinaloa Al Frente” con el PAS, PRD y Movimiento Ciudadano redundó en dos triunfos en alcaldías, en Mocorito ganó un pasista, Guillermo Galindo. Y a nivel de distritos, el 24 de Escuinapa y El Rosario, fue cedido a un perredista, Édgar González.

En tanto, el Distrito 09, que abarca Angostura y Salvador Alvarado, a José Manuel Valenzuela, apodado "Chenel", empujado por el PAS.

La de 2018 fue una "derrota enorme", admitiría en su momento Sebastián Zamudio Guzmán, quien en los próximos días pasará la estafeta a Juan Carlos Estrada, de un partido convertido en ruinas…

 

 

NÚMEROS DE LA DEBACLE

 

2007

2 alcaldías (PAN solo)

6 diputaciones de mayoría (PAN solo)

11 diputaciones plurinominales (sumados otros partidos)

 

2010

1 Gubernatura (en alianza con PRD y Convergencia)

9 alcaldías

9 diputaciones de mayoría

6 diputaciones plurinominales

 

2013

3 alcaldías (en coalición)

4 diputaciones de mayoría (en coalición)

9 diputaciones plurinominales

 

2016

Cae a tercera fuerza política, después del PAS

Dos alcaldías (Choix y El Rosario)

2 diputaciones de mayoría

5 diputaciones de plurinominales

 

2018

Sigue como tercera fuerza, ahora después del PRI

1 alcaldía (El Rosario)

0 distritos de mayoría (obtuvo dos, pero uno quedó para el PAS y otro para el PRD)

2 diputaciones plurinominales

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