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"Mazatlán"

"Evangelización, Educación y Cultura: Un momento, una vida"

"Entrar en el interior de la persona, contemplar el contenido de un diario vivir, entre luchas y satisfacciones, es el compendio de una persona"
19/01/2021

Padre Amador Campos Serrano

Un momento brillando, cual fulgurante estrella en la extendida dimensión del espacio de la existencia, la fugacidad de un instante iluminando toda una vida para proyectar su luz propia, marca el inicio de nuevos senderos que recorrerá el ser humano.

En la memoria, impresos quedarán los momentos descritos con detalle, dejando su indeleble huella para el resto de la vida, el recuerdo precisará lugar y hora, con quirúrgica precisión.

Aquel ordinario día, transcurriendo con monótona sucesión, en una labor cotidiana, para continuar día tras día, al final de la labor cotidiana estaba una invitación del grupo de amigos para asistir a una reunión de una desconocida celebración, a la cual se asistiría con el compromiso de una deferente consideración. Al llegar ella estaba ahí.

La cautivadora sonrisa fue el saludo de bienvenida y la distinción de sus modales cambió el interés por todo el ambiente, ella parecía estar absorbida por la atención del ambiente, su saludo fue tan solo una desinteresada atención y su presencia se diluía en diferentes centros de atención.

Han pasado ya 20 años, hoy, compartiendo una misma vida familiar, con algunas alegrías y sinsabores,unos hijos han florecido de aquel primer encuentro.

Extendida la vida a través del paso del tiempo, los momentos especiales se hacen presentes, protagonizando las tomas de decisión impulsoras de la vida, en el sendero marcado por las huellas de la historia que ilustrarán a futuras generaciones.

Un grupo de jóvenes, buscando respuestas para dar sentido a esta vida, allá en las riberas del Río Jordán escuchan aquella expresión: “Ese es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo”, interrogantes se acercan al personaje señalado y le preguntan, “Maestro ¿en dónde vives? La lacónica respuesta fue, “Vengan y lo verán”.

Entrar en el interior de la persona, contemplar el contenido de un diario vivir, entre luchas y satisfacciones, combinadas con horas de fatiga y desaliento, es el compendio de una persona, sintetizado en un ambiente vital, para marcar el rechazo o la aceptación de una forma de vivir.

El discípulo en la lejanía del tiempo precisa el recuerdo grabado en su memoria: “Eran como las cuatro de la tarde”.

El momento, un momento, ¿Cuál fue el que marcó tu vida? Aquel con el cual te designan ahora como Maestro, médico, empresario, político, líder social, esposo o madre de familia. Un momento, quizá, fugaz por su duración, pero con una perene resonancia para seguir el llamado de Dios que una vez te dijo: “Sígueme” y tan solo contestaste: “Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad”.

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