"Evite los hijos malcriados"
Es muy saludable, emocional y familiarmente, aceptar que como padre o madre no se es la “perfección andando”, porque equivocarse es una
oportunidad para aprender y recapacitar.
La crianza de los hijos, por lo general, es de dos. Si nota que el desarrollo de su familia no es el deseado, siéntese con su pareja a
evaluar la forma de corregir estos problemas, establecer estrategias y empezar cada día.
Mire esta lista de hechos y situaciones que a veces parecen normales en una familia, pero que realmente le hacen mucho mal a los niños,
dando como resultados hijos malcriados.
* Con información de Familias.com
1. No tener estructura
Levantarse a la hora que sea, acostarse cuando se terminan las ganas de mirar televisión, comer en el lugar que dé hambre o donde se esté
más a gusto, y tomar los objetos que deseen por el placer de hacerlo es cómodo, pero altamente nocivo. Es importante para tus hijos saber
que cada cosa tiene un lugar y cada actividad su momento, y se llama rutina. La rutina los ayuda a desarrollar autocontrol y seguir las
normas, los hace adquirir buenos hábitos y buenos modales. Los padres son los encargados de forjar la rutina.
2. No ser consistentes
Decir que la regla será no mirar televisión si no han hecho la tarea, pero dejar que lo hagan porque tienes la visita de una amiga y
quieres pasar un rato cómoda, no es lo mejor para educar a tus hijos. Ellos necesitan saber que Sí es Sí y No es No. Cuando establezcas una
norma, haz el esfuerzo por cumplirla, más si de por medio están la disciplina y la autoridad que debes mostrar a tus hijos para formar
buenos hábitos y seguir una rutina diaria de actividades en casa.
3. Tolerar demasiado
Su mamá es un ser dulce y amoroso, muy condescendiente, que siempre dice sí a las peticiones de sus hijos y los atiende con toda prontitud
ante cualquier necesidad, pero extrañamente sus hijos son desobedientes ¿qué pasa? Esto sucede cuando se busca complacer en todo a los
hijos y no hay firmeza en las órdenes dadas. Procura que te escuchen y atiendan cuando hablas usando órdenes directas y claras, y ante su
negligencia para hacerlo es preciso mostrarle lo importante que es su colaboración en la tarea.
4. Hacer las cosas por ellos
Cuando tu primera frase es “No te caigas”, “eres chico, no puedes” o “deja que lo haga”, y tu impulso, para evitar desorden, suciedad, un
accidente o se equivoquen, es hacer las cosas por ellos, evitas que crezcan, limitas sus capacidades. Te sorprenderás de lo mucho que
pueden hacer si sólo das una guía prudente sobre lo que hay que hacer, deja que explore sus capacidades y si se equivoca será la
oportunidad para aprender.
5. No creer en ellos
Creer en la palabra y dichos de los hijos es básico para establecer una relación de confianza como padre o madre. Si un padre no cree en su
hijo ¿entonces quién? Literalmente conoces a tu hijo desde que nació y sabes cuando miente, también conoces sus carácter. Ante un reporte
escolar o queja de alguien, debes escuchar también su versión de los hechos.
6. Golpear
“La letra con sangre entra”, “A mí me pegaron y no estoy tan mal”. Piensa, llega tu marido y ve que la cocina está llena de trastes sucios
y sin recoger. Se para frente a ti y lo primero que hace es ponerte en sus piernas para darte una nalgada, luego te lleva a un rincón y te
dice “es por tu bien, así aprenderás a limpiar cuando es momento”. ¿Así aprenderías algo? ¿Te quedarían ganas de “portarte bien”?
7. Vivir en el desorden
Cuida que Tu Casa sea un lugar armónico y ordenado, que puedan desenvolverse en un ambiente limpio y que invite a la convivencia sana y
respetuosa. Si bien es cierto que en los primeros años andan tirando todo por doquier y no siempre juntan los juguetes que usan, sé
insistente en invitarlos a colaborar con el orden y tener un lugar o espacio para cada cosa, al final se hará un hábito que agradecerás.
8. Pelear con tu pareja
¿Cómo aprenderán lo bella que es la vida y querrán formar en el futuro un matrimonio si sus padres se la viven peleando todo el día y por
cualquier cosa? Una relación tóxica no sólo daña a la pareja, sino también a todos quienes interactúan con ellos, en especial los hijos.
Procura mantener una buena relación de pareja, de ser necesario busquen apoyo con terapia.
9. No perseverar
La vida es una lucha, los que triunfan son los que más veces se levantan, y quienes más se levantan son usualmente los que más conscientes
están de lo que se juegan. Sabes que te juegas la armonía para ti y para los tuyos. Si la jornada de hoy tuvo sinsabores, la de mañana
podrá salir mejor si haces tu esfuerzo.
10. No cumplir las promesas
Castigos o pérdida de privilegios, premios o recompensas, llámales como quieras, pero son promesas que haces a tus hijos y deben aplicarse
en función de su comportamiento. Cuando los padres no cumplen sus promesas, pierden la confianza de sus hijos y el respeto hacia su
autoridad, haciéndose más fácil que ellos tampoco cumplan sus deberes.
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