"Innovar, el reto de hacer realidad las buenas ideas"

México no es precisamente considerado como un país innovador, pues de acuerdo con el Índice de Competitividad 2018, nuestro país ocupa el lugar número 56 en una lista de 126 economías. El motivo, entre otros, son las políticas públicas como eje rector de la innovación, advirtió el economista Víctor Guadarrama.

A pesar de que nuestro país tiene buenos recursos humanos y la infraestructura para lograrlo, hace falta robustecer las políticas públicas para aprovechar el potencial mexicano, expresó Guadarrama, investigador de la Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión.

La innovación sucede en todos los campos y en distintas escalas, desde un anticonceptivo hasta una piñata plegable. De acuerdo con el investigador de INCyTU y experto en Innovación Social, las innovaciones se pueden clasificar en dos: la radical y la incremental.

 “La radical está basada generalmente en el conocimiento científico, es un nuevo descubrimiento que es resultado de la investigación y este tipo de innovaciones llega a transformar hasta la forma en la que nos relacionamos en la sociedad, por ejemplo: la píldora anticonceptiva”.

 Mientras que la innovación incremental es aquella que sucede gradualmente, basándose en un producto que ya existía pero al que se le realizan modificaciones o mejoras, como por ejemplo las nuevas versiones de celulares.

 “Necesitamos hacer innovación para tener mayor productividad, generar empresas competitivas para la creación de empleo”, dijo el doctor Guadarrama

 La innovación en México

 De acuerdo con Rocío Cassaingne Hernández, presidente de la Asociación Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo Tecnológico (ADIAT) la innovación depende de la capacidad de mirar hacia el futuro y de aprovechar los recursos que se tienen pues con ello, en algún momento se puede dar algo útil a la sociedad.

 En las áreas de medicamentos y alimentos México tiene algunas innovaciones exitosas pero son tecnologías que no siempre trascienden al exterior, dijo Cassaingne Hernández.

 Añadió que en nuestro país tenemos la costumbre de mirar hacia el exterior y copiar; sin embargo, es posible tener una innovación más certera y adecuada a las necesidades mexicanas, con los recursos y la visión nacionales.

 Mirar hacia el exterior no es totalmente malo, Corea y Japón comenzaron copiando. El tema es cómo desarrollar las políticas apropiadas que estimulen a las empresas a que evolucionen hacia un desarrollo innovador y que puedan avanzar hacia una mayor competitividad en el nivel internacional, dijo en su turno la doctora Gabriela Dutrénit, ex coordinadora del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

 Se requiere una política de innovación que establezca incentivos para que la industria innove y sí, los incentivos son políticas, dijo la especialista en Innovación. Añadió que desde los años noventa del siglo pasado tenemos programas que estimulan la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (CTI); incluso, señaló, todavía sobreviven algunos como los programas de estímulos a la innovación.

 “Ahora estamos en un momento de cambio por el nuevo régimen y aún no está claro cómo van a ser esos apoyos a la innovación y quién va a ser el actor de lado del gobierno encargado de coordinar los apoyos a la innovación”, cuestionó durante el programa.

 No obstante, un gran paso fue que se estableciera en el Artículo 3º constitucional el derecho a la ciencia y a los beneficios que de ella provengan. “Esto indica que es una obligación del gobierno, y la sociedad puede ejercer ese derecho”, afirmó Dutrenit.