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"Día del Padre"

"Juan Carlos Cossío de la Garza, un padre socialmente responsable"

"Al frente del patronato del Centro de Integración Juvenil Mazatlán, continúa trabajando en los valores en las familias mazatlecas"

Mazatlán._Mientras que muchos jefes de familia, al llegar a las etapas de la jubilación laboral y “nido vacío” en la familia, cuando los hijos emprenden su propio camino, deciden invertir su tiempo en ellos mismos, Juan Carlos Cossío de la Garza ha enfocado todo su potencial a una labor que perpetúa su rol paterno.

Ser presidente del patronato del Centro de Integración Juvenil de Mazatlán, institución que ve por el bienestar de las nuevas generaciones y enfoca su trabajo a la prevención de las adicciones, lo ha llevado a extender su paternidad a muchas familias que requieren apoyo.

“Estoy convencido de que la labor de ser papá no se puede limitar a la satisfacción de ver a tus hijos realizados como personas, que esa es la meta de todo padre de familia, y que gracias a Dios, a estas alturas de mi vida, yo ya cumplí al lado de mi esposa, sino que puedes hacer más cosas por otros hijos. Es por el bien de uno, de la familia y de la sociedad de la que formamos parte”, considera.

Descendiente de una familia de abogados reconocida en todo México, entre sus familiares se encuentra José Ramón Cossío Díaz, Ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; cuenta con una brillante trayectoria profesional como abogado litigante y director de asuntos jurídicos.

Además es catedrático universitario y asesor jurídico de importantes empresas, pero pocos saben que su mayor triunfo en la vida es la familia que fundó el 24 de julio de 1981, al lado de Verónica Madero Rodríguez.

La familia

Hoy, sus tres hijos, María Verónica, Juan Carlos y Mariana Cossío Madero son profesionistas realizados, los dos primeros ya casados y con estudios de posgrado terminados, mientras la menor próximamente terminará su maestría.

Aunque ninguno de sus hijos reside ya en Mazatlán, la buena comunicación sigue siendo el eje rector de la familia y gracias a la tecnología, el contacto es permanente.

“Soy el orgulloso padre de tres hijos y tengo la satisfacción de haber sido uno de los pocos papás que se daba el tiempo para ir a llevar y a recoger a cada uno de ellos al colegio cuando fueron estudiantes, incluso cuando ellos me pedían: ‘papá, bájame en la esquina’, a mí me gustaba llevarlos hasta la puerta de entrada de la escuela y al recogerlos, ir al salón de clases, ver con la maestra qué novedades porque eso es ser un padre, no nada más pagar la colegiatura”, afirma.

Para él, esos momentos que parecen rutinarios, como ir y venir a la escuela a diario con los hijos, comer con ellos, llevarlos al deporte en las tardes, a fiestas y después ir a recogerlos en la noche, son realmente momentos muy valiosos para crear un lazo con ellos, porque se toma parte activa de sus vidas.

“Fue un tiempo maravilloso y es algo que pude hacer gracias a que vivimos en Mazatlán, una ciudad que me permitió criar a mis hijos como debe ser. Estoy consciente que de haber continuado viviendo en Ciudad de México, no habrían sido posible”, comparte.

“Y es por todas estas satisfacciones que Mazatlán me dio, que hoy estoy en esta labor que es muy importante: la prevención de las adicciones, algo que hago con mucho cariño porque nuestra sociedad necesita más papás que vean por sus hijos”.

A varios años de distancia de jornadas extenuantes, en que combinaba su trabajo como abogado en un banco con la tarea de papá de tres, reconoce que hoy, formar hijos es más complicado y es necesario que toda la sociedad contribuya de alguna forma.

Los Cossío Madero llegaron a Mazatlán a vivir en el verano de 1985, orillados por un problema de salud de su primogénita, provocado por la contaminación de la Ciudad de México. Les tocó ver el crecimiento exponencial que la ciudad ha tenido en las últimas tres décadas, tanto geográfica como socialmente, incluso han sido parte de este desarrollo.

“De mi llegada a Mazatlán a este momento, la ciudad ha crecido social y geográficamente, lo cual es muy bueno, pero lamentablemente, en gran medida, se han perdido todos los valores que antes eran fundamentales, en parte debido a la mala economía y al estrés con que la gente esta viviendo cada vez más”, opina.

“En estos tiempos, ya no alcanza lo que gana el padre para mantener a la familia y la madre tiene que entrarle al trabajo por parejo; todo esto nos lleva a un nivel de estrés alto, mientras los hijos están ahí en medio de muchos riesgos, porque muchos no lo saben, pero es increíble la facilidad con la que ahora los jóvenes pueden acceder a las drogas ilícitas”.

El entorno, la falta de guía paterna, el interés de los jóvenes por ser aceptado por sus iguales, la rebeldía propia de la juventud y la facilidad de accesos a las drogas, entre otros factores, han hecho que las nuevas generaciones estén más expuestas al uso de drogas ilícitas y que las lícitas sean parte de su interacción con sus pares.

“Es una lástima ver cómo niños de 12, 13 años ya tienen un problema de adicciones a sustancias peligrosísimas, el alcohol y el tabaco ya no son suficientes. Esto no puede seguir así, hay que hacer algo. La labor que desde Centros de Integración Juvenil se hace es una parte de todo el trabajo que implica esta lucha”, alerta.

De fan de Venados al CIJ

La llegada de Juan Carlos Cossío de la Garza a Centros de Integración Juvenil fue casi casual, a través de amigos que tenían amistades dentro la institución. Recuerda que fue en una Serie del Caribe, celebrada en República Dominicana, a la que asistió para apoyar al Club Venados, donde le presentaron al químico Rosendo Flores Esquerra, presidente de los patronatos de los CIJ Sinaloa.

“Yo ni sabía de la existencia de CIJ, mucho menos dónde estaba en Mazatlán. De hecho, cuando dije en mi casa que me habían invitado, todos se preguntaron lo mismo, ‘¿y qué es eso? ¿Dónde está?’ Ya que supimos dónde estaba, la impresión fue ‘¿de veras vas a ir?’ Y pues aquí estamos, empecé como vocal y desde hace tres años tengo la encomienda de ser presidente del patronato”, señala.

Llegar a la mayor cantidad de personas que sea posible, llevar el mensaje de prevención y atención a las adicciones, sensibilizar a los jóvenes y padres de familia sobre los riesgos del alcohol y el tabaco, que son drogas lícitas, así como las ilícitas, hacer crecer la capacidad de atención del CIJ y coadyuvar a que tenga finanzas fuertes son algunos de los objetivos sobre los cuales trabaja todos los días.

“Nuestra tarea final es contribuir a mejorar la situación de nuestra sociedad. Desafortunadamente, hoy nuestros niños y jóvenes están expuestos a muchos más peligros y es deber de todos prevenir; si ahí está el daño, entonces atender, pero todo es en sí trabajo con la comunidad”, exhorta.

En este Día del Padre las actividades serán sencillas para el matrimonio Cossío Madero: en la mañana, ir a misa, a dar Gracias a Dios, pedir por los papás de su familia y por todos los papás, ya que ser padre es un privilegio, pero también un reto.

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